𝐕𝐈𝐈𝐈

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𝑹𝒐𝒈𝒆𝒓𝒄𝒐𝒑

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TE SENTASTE EN LA MESA DEL COMEDOR, TERMINANDO el pequeño desayuno que tu madre te preparó. Ella aceptó ir a tu escuela para el día de profesiones de aquel día durante la clase. En realidad, no habías hablado mucho de tus padres con nadie en la escuela, nunca surgió en una conversación. Tu padre era un hombre de negocios y no estaba por allí muy a menudo. Mientras que tu madre estaba en casa más que tu padre.

Ella te llevó a la escuela, sintió que tenía que ir de todos modos. Tu madre estaba más que feliz de hablar de su trabajo o posiblemente de conocer a algunos de tus amigos. Solo esperabas que no dijera nada vergonzoso. Tu madre te seguía por la escuela; a veces señalabas sutilmente a tus amigos y le decías quiénes eran. Finalmente, al entrar en el aula, estabas emocionada de que los padres hablaran de su propio trabajo.

Ya habían pasado treinta minutos en clase, y un par de padres de los estudiantes ya habían dado su discurso profesional. El padre de Marinette acaba de comenzar con el suyo discurso; Marinette se paró a su lado con un montón de croissants puestos en una bandeja.

—Mi día comienza a las cuatro de la mañana todos los días por que la pastelería se abre a las siete. Creerían que la vida de un pastelero es pura rutina: hacer los mismos postres, rollos, pasteles. Pero en realidad es diferente cada día. Un día alguien puede ordenar un pastel con la forma de la Torre Eiffel y el otro día alguien más quiere un pastel de estilo diferente.—El padre de Marinette explicó su rutina en su trabajo.

Adrien entró en el aula con un aspecto angustiado, lo más probable era que su padre aún no se hubiese presentado, y lo más probable era que no lo hiciera en lo absoluto. Realmente te sentiste mal por él, así que le diste una mirada comprensiva antes de que se sentara.

—Marinette pasará y les convidará algunos croissants horneados esta mañana.— Marinette caminó hasta los primeros escalones de nivel girando hacia Chloe. La Sra. Bustier agradeció al padre de Marinette, mientras que llamaba a la madre de Alya. Marinette colocó un croissant en el lugar de Sabrina, luego se alejó de la mesa de Chloe sin darle uno.

Le diste a Marinette una sonrisa brillante mientras colocaba un croissant caliente junto a ti. —Gracias, Marinette.—Rápidamente asintió con la cabeza, sin darse cuenta de que también estaba inclinando la bandeja. Tomaste el borde de la bandeja para que no se cayeran los croissants.

—Oh, lo siento.—Ella se disculpó.

—No pasa nada.—Le dijiste con una sonrisa. Empezó a caminar de nuevo por las escaleras; luego tropezó con la bolsa de Chloe. La bolsa de Chloe había estado en el suelo con las cosas dentro ahora tiradas en el suelo. Croissants esparcidos por la zona, con una bandeja ahora vacía sentada en el regazo de Marinette.

Te levantaste de tu asiento arrastrándote un poco hacia Marinette para no distraer a los demás. Sin embargo, todo el mundo ya se centraba en Chloe.

—¡Dios! ¿Acaso no hay un día en el que no te tropieces con algo?—Le pusiste los ojos en blanco a Chloe, tomando la mano de Marinette en la tuya.

—Marinette, ¿estás bien?—Preguntaste, sentada de rodillas frente a ella.

—¡Estoy muy bien! Bien, bien, bien.—La cara de Marinette estaba roja, sosteniendo la bandeja entre sus manos con un fuerte agarre. Miraste hacia abajo dándote cuenta de que todavía estabas sosteniendo su mano; tu propia cara comenzó a calentarse un poco, dejando salir una risa nerviosa.

—Ven, yo te ayudaré.—Te ofreciste, recogiendo algunos de los croissants tirados y poniéndolos de nuevo en la bandeja.

—Gracias, _____.—Asentiste con la cabeza, dándole una sonrisa.

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐁𝐔𝐆 - MARINETTE Y TÚ/LADYBUG Y TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora