¿Tenemos un trato
Tanjiro-Kun? ¡Tú
tendrías todo lo
que quieras y yo igual!
Donde Douma en una
diseñadora
de ropa millonaria a nivel
internacional
y tanjiro es un chico con mu...
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Tanjiro despertaba, eran al rededor las cinco con cuarenta, ya era tarde, se bañó de manera espectacularmente rápida y fue a despertar a su hermana. Al llegar a su cama no miró ningún rastro de Nezuko, no lo había notado debido a la ligera adrenalina del momento, salió apresurado a la cocina y ahí miró a su única familia, su hermana menor.
¿Nezuko? —Preguntó confundido pues la menor estaba haciendo la comida, sus largos cabellos agarrados en una coleta alta.
Buenos días, Oni-Chan. —Sonrió la Kamado en dirección a su hermano. — ¿Puedes acomodar la mesa? Estoy por servir.
El mayor se sentó en la pequeña mesa que había en el espacio realmente reducido, acomodó con cuidado las cosas y puso dos platos. Tendría que rentar un lugar más grande para que su hermana estuviera cómoda, después de todo, ya no eran niños pequeños que dormían juntos. La chica sirvió en platos la comida preparada, un omurice sencillo y así ambos se sentaron a comer.
Perdón por no levantarme más temprano, Nezuko. —Se disculpo el mayor de ambos Kamados con una sonrisa que parecía triste, o tal vez un poco nostalgica.
No hay problema, Oni-Chan. —Sonrió dulce la menor llevando un trozo de comida a su boca, sintió el agradable sabor y habló con delicadeza después de tomar un poco de té. — Me pareció que estos días has estado muy cansado y quise dejarte descansar un poco más, haces mucho por mí.
Un silencio se presentó entre el pequeño apartamento, el Kamado mayor quería darle una bonita vida a su hermana menor y se lamentaba no tener el suficiente dinero para hacerlo. Tal vez algún día tendría el dinero suficiente para hacerlo, añoraba darle una buena vida a Nezuko. Aunque ahora que lo pensaba, recordaba las palabras de su ahora pareja, Douma, la dulce mujer que lo hacía estremecer.
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Deberás acostumbrarte, Tanjiro-Kun. —Habló tranquila y suave la mujer pronto su pareja. — Tu vida desde ahora cambiará para bien. —Sonrió de manera dulce mientras cerraba con suavidad sus coloridos ojos, un suave y muy discreto aleteo de pestañas le llamó la atención. —
