=El paraíso que les negaron=
La noche se hacia cada vez más densa, el bosque era aterrador para quien no estaba acostumbrado a él, pero Cyan y Urano ya habían entendido de mala manera que estarían ellos solo contra el mundo; Cyan no podría volver a la colonia por que seria ejecutado en cuanto ponga un pie dentro y Urano sería visto como un desertor por haber abandonado su misión.
─Esto es horrible ─Cyan de dejó caer sobre un árbol ─no podemos confiar en nadie, no podemos volver a la colonia y no podemos quedarnos aquí.
─Pero es lo que hay ─Urano dijo en tono de queja.
─Lamento que te hayas quemado la pierna.
─No es tu culpa ─respondió sentándose a un lado.
De la nada un montón de puntos luminosos se hicieron presentes por todas partes, era como ver pequeños foquitos revoloteando por todas partes Cyan no tenía el conocimiento del mundo exterior como lo tenía Urano por lo que su asombro no se hizo esperar al verlos por todas partes.
─Son luciérnagas ─dijo Urano ─pequeños insectos con bioluminiscencia.
La cara de duda de Cyan lo decía todo.
─Quiere decir que emiten luz propia de forma natural.
─Si, lo sabía ─Cyan mintió.
Bajó la mirada un momento dejando que el sonido de la naturaleza reinara por un momento, la cabeza de Cyan estaba hecha un caos con tantas cosas que han pasado en los últimos días y eso que solo pasaron como dos días desde que salieron de la colonia, ¿como iban a sobrevivir ahí afuera?
Pareciera que ya vivieron lo que se supone que debían vivir en toda su vida como mínimo, cualquier persona que no esté preparado previamente para esto puede corromper la mente, pero ¿quién está preparado para vivir tal cosa?
Los humanos no estaban listo cuando se les exigió que debía vivir en colonias subterráneas como hormigas, lo habitantes de Kore no estaban preparados cuando les exigió que debían mandar a sus hijos la guerra y sobre todo nadie estaba preparado para armar más de cien funerales a los largo de cien años, cien años de pelea interminable contra lo que sea que esté allá afuera, de entrenar a jóvenes para que arriesguen su vida por los más ancianos de la colonia con la premisa de ser "los elegidos" y que era un honor, un honor que hasta donde Cyan alcanzaba a notar nadie quería tener.
─¿Crees que lo que dijo Krocork es verdad? ─preguntó Cyan rompiendo el silencio.
─¿La verdad? no.
─Yo pienso que todo puede pasar.
─Cyan el tipo ese nos mintió ─Urano se incorporó ─te quiso entregar a la guardia de Kore e intento asesinarme en el proceso.
─¿Entonces por que nos dijo todo eso?
─Para distraernos o que se yo ─Urano se desplomó nuevamente.
Cyan regresó su vista a ver a las luciérnagas que volaban libremente por doquier, en ocasione él imaginaba que era un especie de ave que podía volar y huir de la colonia, que tenía un mundo tan grande y nuevo que descubrir afuera, y quería saberlo todo, no por libros o revistas sino por cuenta propia; en ocasiones le contaba a Peter como se sentía y como quería escapar de una vez de la colonia, pero eran solo sueños que a este punto podría decirse que se hicieron realidad, pero no como él deseaba. El aire no era tan frio como la noche anterior, incluso se sentía agradable cuando soplaba y hacia bailar las copas de los árboles; a la lejanía podía escucharse un leve ronquido que rápidamente Cyan se percató que era una gigaflor, se alarmó, pero al ver a su amigo profundamente dormid y sin preocupaciones solo sonrió y se acomodo para dormir él también. Mañana seria otro día.

ESTÁS LEYENDO
ELEMENTOS
General FictionCien años después de la batalla con los ángeles caídos del cielo, los humanos debieron buscar refugio en lo más profundo de la tierra creando colonias como si fueran hormigas; obligados a esconderse de las amenazas del exterior. Ahora, después de ta...