Cap 4

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has enterado, soy un "Montaras?", los de por aquí me llaman Tranqui Tronco. Y por lo que he visto tú debes ser el portador del Pitillo...

- Eh... ¡no, no...!... yo no soy... es... ¡ese! – mintió señalando a San

- ¡No intentes mentirme, pequeño Chobit! Además... no quiero quitártelo... es más, te ayudaré a llegar al Monte del Porrillo para que allí pueda ser destruido. Le he prometido a mi novia que pasaría por su casa, y como me coge de camino...

- Bueno... – dudó Frondoso – "la verdad es que a mí no me gusta luchar, y este tipo parece fuerte, él solo podrá enfrentarse a todos los monstruos que se nos crucen por el camino..." - ¡de acuerdo, puedes venir con nosotros! – accedió al fin

Las pisadas de los caballos al galope, resonaban por todas partes. El agua salpicando las hojas, el suave viento mecía las crines de los animales, era una escena realmente hermosa. Los jinetes, montaban con orgullo, seguros de sí mismos, con la cabeza bien alta, tanto que...

- ¡Joder! – gritó el jefe de los Jinetes Bellos cayendo al suelo, al estamparse contra la rama de un árbol.

Todo el grupo frenó en seco (hubo algunos que salieron despedidos por encima de su caballo). El jefe en cuestión, se podía distinguir por su capa azul cielo, que contrastaba muy bien con el color de su caballo, un morado muy claro, casi violeta, con unas flores rojas amarillas en la grupa y una pequeñas alitas (de adorno).

- ¡Jesús, María y José! – exclamó uno de los Jinetes Bellos - ¡aííííísssss, tío, menuda tocha que te has pegado! ¡ te lo juro por Snoopy!

Su jefe se levantó como pudo, y diciendo algunos tacos (que no se pueden repetir) subió a su caballo rezongando.

- ¡Esos malditos Chobits...! – gruñó el jefe - ¡os lo juro voy a llegar al grado de histerismo total si no los encontramos ya! – dijo con voz de pijo - ¡mierdaaa, se me ha roto el Rolex! – gritó mirando lo que le quedaba de su reloj de pulsera - ¡y también se me han manchado las deportivas de Quicksilver! ¡con lo que me habían costado! – exclamó desesperado

- Si quieres te presto las mías... – le dijo un Jinete Bello mostrándole unos playeros de Pull&Bear

- ¡Pero bueno, tú que te has creído! ¿sabes que diferencia de pasta hay de una marca a otra? ¡de verdad chavo, no estás en la onda, eh!

- Si tú lo dices... – se encogió de hombros el Jinete

- Bueno, ya iré un día que esté libre... es que ese Wapuman no me da ni un día de vacaciones... y con el poco sueldo que me da lo máximo que me puedo comprar son unas alpargatas del Carrefour...

El Señor (*pitillo*)??? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora