Un mes de tratamiento, y lo que escucho Tomura realmente no era lo que esperaba, tenia la ligera creencia que su cliente podía abrirse a él y contar todos sus problemas, causas, y sentimientos, pero lo único que consiguió fue todo lo contrario, mentiras, unas bastantes absurdas, por que de no ser que las exageraba demasiado y se le escapaban algunas risas burlonas él enserio le hubiese creído.
— ¡Si sigues con tus idioteces te voy a drogar con medicinas que no necesitas!
— Mi cuerpo se esta pudriendo por dentro y fuera, ya que mas da
— Vete al carajo, ya llego tu chofer — finalizo señalando la ventana en done se veía un auto negro lujoso y saliendo de el un tipo con traje que se dirigía la entrada.
— Como diga mi Doc
Dabi salio del consultorio con una sonrisa burlona, pero al velo como caminaba hacia el auto se le había borrado la sonrisa, tenia una expresión desinteresada, era como volver a su realidad, y no hay que tener un pasado tan trágico para saber que es desagradable salir de tu imaginación.
Tomura se quedo en su escritorio mirando la ventana, el auto ya se había ido, dejo caer su peso sobre el respaldo de su silla, sintió como si le hubiesen leído sus pensamientos, ¿su vida se veía tan jodida como la de el? ¡no! eso no, mas bien, ¿el se veía tan jodido como ese chico?
— Que irritante — soltó al aire caminando hacia la puerta para iniciar su siguiente consulta, parte del tiempo de la consulta la usaría para escribir el resumir que seria rápido sobre Dabi.
La relación te ambos chicos se había vuelto tan informal en un plazo de tiempo bastante corto, Tomura sabia que el imbécil que le visitaría 3 veces a la semana por los próximos meses realmente no se recuperaría, lo supo a la primera cita, cuando hablo con el. Realmente no había manera de ayudarle, Dabi vivía por una sola causa, y si se la quitaban moriría, pero esta bien, porque no podrían arrebatarle esa causa nunca...
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— ¿Como te fue Touya? ¿te gusto? ¿te sientes cómodo ahí?
Apenas el padre de Dabi llego ala casa y se topo con su hijo por los pasillos lo bombardeo con preguntas que hicieron que molestara.
— ¿Que te importa? la siguiente cita esta hecha, y me obligaras a ir... — contesto de mala gana fulminándolo con la mirada, aunque su viejo no se dejaba intimidar por aquello.
Enji prefirió guardar silencio para evitar llegar a los gritos, Touya sabia que la conversación no iba a mas, así que solo lo ignoro y siguió su camino hacia su habitación, en donde se encerraría las próximas 7 horas.
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