A Nascent Kaleidoscope. Parte 2

Capítulo 266

Oh chico, los últimos dos días habían sido caóticos.

Había estado corriendo ayudando a Yasaka a prepararse para el festival, junto con todos los demás. Scáthach encontró un escondite de hadas en medio de Kioto, eso fue... divertido escuchar los detalles. Ha estado barriendo la ciudad todos los días desde entonces y no ha encontrado mucho más. Afortunadamente, las barras de hierro eran las jaulas perfectas para ellos.

Sairaorg también irrumpió repentinamente en mi vida... lo cual fue inesperado. Le di mi número y supuse que aceptaba algo parecido a una amistad de él, o al menos un comienzo. No quería involucrarme más con tonterías diabólicas más allá de lo que ya tenía, pero ese tipo tenía un carisma loco. Y no ayudó que pareciera un tipo realmente bueno y eso dificultó que siguiera siendo distante.

Bueno, no parecía en absoluto un mal tipo, así que no estaba demasiado preocupada. Parecía lo suficientemente genuino en solo querer encontrarse y tal. Pensé que solo esperaría y vería, darle el beneficio de la duda hasta después de hablar con él un rato.

Golpeé la mesa en la que estaba sentado, dos cafés sentados frente a mí. Extendí la mano, tomando el más cercano y tomé un sorbo.

Miré por la ventana y vi a una persona que entraba en la cafetería, la persona que había estado esperando.

Ella sonrió al verme, acercándose y tomando asiento en nuestra pequeña mesa.

"Recibí lo que pediste". Empujé su taza hacia adelante.

"Gracias." Venelana lo tomó feliz, tomando inmediatamente un sorbo. "Mmm, justo como me gusta".

"Así que..." Toqué el borde de mi taza de café. "¿Cómo has estado?"

"Un poco dolorido." Ella le dio una sonrisa traviesa.

No me sonrojé.

"Pero por lo demás, he estado bien". Ella se rió de mi reacción. "Millicas parece estar bien también, y esa ha sido mi principal preocupación. He pasado por muchas batallas y casi he muerto más veces de las que puedo contar, siempre me preocupé mucho más por él".

"¿Pueden los demonios conseguir...?" Hice una pausa por un momento, tratando de decir esto correctamente. "¿Problemas mentales?"

"Oh, sí, aunque creo que no es tan común. Algo sobre nosotros lo hace más difícil que los humanos, sin embargo, es algo que sucede de vez en cuando. Los demonios simplemente tienen un umbral más alto antes de que esas cosas puedan afectarnos". Ella tomó otro sorbo.

"¿Quizás nuestra vida más larga lo compensa? Una divergencia en la mentalidad provocada debido a nuestras diferentes perspectivas sobre lo que consideramos 'vida'". reflexioné en voz alta.

"Ese es un pensamiento interesante". Ella se animó. "Admito que no era algo que realmente haya considerado antes. Pero mi primera conjetura sería la presencia de nuestra energía demoníaca y nuestra naturaleza inherente de ser pecaminosos , en un grado mucho mayor que los humanos normales. La idea de que algo es ' malo' y no podemos manejar mentalmente algo se compensa debido a que estamos precondicionados a un comportamiento pecaminoso".

"Naturaleza pecaminosa, sí". Toqué mi barbilla. "Sin embargo, la energía demoníaca es una vía intrigante. ¿Un uso subconsciente de ella para aclimatarnos al sufrimiento y/o comportamientos negativos, mientras que los humanos no tendrían ese tipo de 'defensa automática'?"

"Tendría sentido con la forma en que fuimos creados. Dudaba que Lucifer y Lilith quisieran que sus pequeños soldados se rompieran cuando las cosas se pusieron un poco... difíciles".

Una valoración morbosa, pero certera.

"Debe haber sido difícil en ese entonces".

"Sí." Había una mirada melancólica en su rostro. "Perdí a muchos amigos y familiares. Y en ese entonces, la idea del luto no era algo que hiciéramos en público. Se suponía que no nos preocupábamos por los demás, éramos 'malvados', solo destinados a hacer la guerra y traer el caos a la ciudad". mundo humano. Uno de los días más felices de mi vida fue cuando me enteré de que Lucifer había muerto. Otro fue cuando mi... hijo..." Hizo una pausa.