Pozo Dragón

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Ahí se encontraban otra vez, parados frente al foso de dragones. Daena no se veía tan segura como si se veía a su hermano mayor Aemond, eran los únicos en su familia en no tener un dragón, no sólo porque sus huevos no eclosoniaban si no, que ya habían hecho muchos intentos para unirse a uno que aún no tenga jinete.

- ¿Por qué lo tenemos que intentar otra vez?

- Porque necesitamos dragones Daena, ya hablamos muchas veces de lo mismo. Todos tienen uno, menos nosotros.

- Pero si los dragones no nos quieren Aemond, mira si te hacen daño, ¿quien podría pararlos? Deberíamos llamar a los cuidadores

- ¡NO! Ellos no nos van a dejar montarlos, pretenden que les hablemos y ellos entiendan, así nunca tendremos un dragón. No van a entender que sabemos montarlos si no lo hacemos.

- Es que no sabemos Aemond, son muy inteligentes, entienden y si no nos aceptan, montarlos no los va a cambiar, no quieren que seamos sus jinetes. Talvez nuestros huevos si eclosionen algún día.

- Daena pasaron 10 y 8 años, no hay dragones en esos huevos. Esta es nuestra única manera -El peliblanco tenía tanto miedo como su hermana, pero estaba seguro de que necesitaban uno, sino nadie los iba a tomar enserio, ya era bastante notoria la diferencia que hacían todos entre ellos y sus hermanos que si tenían dragones. Como un segundo hermano le correspondía ser el que vaya a Antigua a cumplir con sus deberes, pero en cambio eligieron llevarse a su hermano menor, Daeron al cumplir los 5 años. No era algo que le hayan dicho, pero estaba seguro que lo hicieron porque Daeron poseía a Tessarion y el no tenía nada. Tomo la mano de su hermana al ingresar, ella lo hacía sentir fuerte.

- Yo te voy a proteger, lo prometo, podemos hacer esto.

El suspiro de su hermana le dio el visto bueno, no siempre estaba de acuerdo con sus locuras, pero nunca ponía objeción, lo acompañaba y entendía.

A cada paso faltaba más la luz, era muy poco lo que se lograba ver, se podía escuchar muchos gruñidos y respiraciones. Debían tener cuidado al caminar y no hacer ruido ya que los dragones se alteraba con desconocidos y no era la primera vez que uno de ellos los atacaba. Los dos niños quería llegar a Silverwing, la nuevo dragona que su padre él rey Viserys había mandado traer desde Dragonstone, con la intención de que uno de sus hijos se uniera, pero de las veces que los guardias habían intentado acercalos a la dragona esta se resistía y quería volar, lo que no había dejado la posibilidad de que alguno de los dos niños lo domara si no podían siquiera tocarlo.

- No falta mucho, esta ahí ¿la ves? -Dijo susurrando y poniéndose a la altura de su hermana señalando a la dragona color plata que se podía medio visualizar en frente. Era claro lo que quería hacer, la iba a montar y ya arriba de ella iba a darle órdenes, así esta sabría a quien obedecer.

- Es muy hermosa cuándo duerme, no parece tan mala -Bromeó la niña provocando que los dos rieran en lo bajo. Eso era lo que él quería en realidad, verla así toda su vida, una vez que uno de ellos pueda tener un dragón, volarían por todo Westeros juntos.

- Bueno, quédate ahí, lo intentaré primero. -Sin soltarle la mano la puso fuera de la vista de la dragona para cuando ella se despierte, lo menos que quería era que su hermana resulte herida de eso, y si la dragona veía que eran dos, podría pensar que la quieren atacar. Con las manos temblorosas pero el paso firme fue acercándose para tocarla, esta se había dormido y aún no se percatado de la presencia de los dos niños.

Aemond llegó a tocarla y está abrió sus ojos, tenía miedo no lo iba a negar pero había llegado muy lejos y no se iba a acobardar ahora.

- ¹ Lyka Silverwing, ly'kirï, ly'kirï , kesan daor ōdrikagon ao -La dragona parecía entender y eso le daba seguridad de continuar. - ² Iksan aōha kipagīros -Y eso fue lo último que pudo decir. En cuánto escucho sus palabras esta se paro decidida a atacar.

Daena que se encontraba atrás intentando no hacer ruido se asustó, se asustó tanto que quiso correr fuera de la jaula pero la dragona era más rápida y la derribó con su cola, provocando que esta cayera y se golpeara la cabeza.

- ¡DAENAAA! -El miedo lo invadía, no sabía que había hecho, en el intentó de ir por su hermana fue detenido por la llamarada de la imponente dragona que tenía en frente. Por todo el bullicio, todos los dragones despertaron, gruñieron y lanzaron fuego hacia arriba, muchos empezaron a aletear como queriendo salir de sus fosas pero sus cadenas no lo permitían. Aemond estaba seguro que este era su fin, se maldijo tanto, tendría que haber escuchado a Daena cuándo le dijo que no, pero él y su tonta ambición la pusieron en peligro y ahora no estaba seguro de que pudiesen salir de ahí con vida. -¡GUARDIAS! -Era su última esperanza que alguien lo escuche fuera de las fosas para poder venir a salvarlos.

Intento otra vez correr hacia su hermana que yacía en el piso inconsciente, la dragona lanzó otra llamarada que lo hizo retroceder y caerse, mientras está intentaba volar, él agachado se acercó a su hermana y la abrazo pidiendo a todos los dioses que Silverwing no los mire. No fue hasta después de unos minutos, llenos de caos, gruñidos, fuego y miedo que llegaron los guardianes a calmar a los dragones. Se dieron cuenta que los pequeños príncipes estaba en la fosa y calmando a la bestia decidieron alejarla para poder sacarlos a ellos de ahí.

- ³Ñuha dārilaros, pōnta kostagon daor sagon kesīr, pōnta gīmigon -Dijo el guardián

- ⁴Iksan vaoreznuni, se dārilaros iksis ōdrikagon, dohaeragon nyke -Contestó el príncipe mirando el rostro de su hermana, el guardián llamó a otros para que cargasen a la princesa hasta el castillo.

Luego de limpiarse y sacarse la ropa enlozado que traía fue a la habitación de su hermana, su madre se encontraba allí, tomándole la mano a su hermana, nunca la había visto así de preocupada, ¿será que realmente no despertaría nunca?

- Lo siento madre, se que fue mi culpa, prometo no ir nunca más. - su madre volteo a verlo, pero no fue como lo imaginaba, él esperaba que ella está enojada con, después de todo fue su culpa que Daera este en ese estado.

- Lo sé Aemond, solo espero que no sea tan tarde para tu hermana. -Dirigió su mirada hacia la pequeña Daena que se encontraba en su cama, como si estuviera durmiendo. No podía creer en que momento se fue todo de control. No podría perdonarse nunca si algo le llegará a pasar.

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Diálogos en Alto Valyrio

¹ -Tranquila Ala de Plata, calmada, calmada, no vine a lastimarte
² -Yo soy tu jinete
³ -Mi príncipe, no pueden estar aquí, lo saben
⁴ -Lo siento, pero la princesa está herida, ayúdeme

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Muchas gracias por todo el apoyo que tuvo el video en tiktok, prometo hacer de este fic una historia visual así logran conectar más con los personajes.

Si bien es un fic basado en la historia dentro de La casa del Dragón, hay muchas cosas que cambian en la trama de este fic.

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