MIDNIGHTS; AEGON TARGARYEN.

Capítulo 1

Midnights

06 años antes.

La cena en el funeral de la difunta Laena Velaryon estaba siendo algo tensa. Rhyannys observaba como la reina poseía su mirada sobre su madre desde que habían llegado.

Ella se había concentrado en comer mientras que intercambiaba algunas palabras con su tía Helaena y con sus sobrinas Baela & Rhaena Targaryen, a quienes no había tenido la oportunidad de conocer hasta ahora.

En un punto de la cena, levantó la vista encontrándose con la de su tío justo frente a ella.

Aegon...

Una sonrisa se plasmó en la cara del rubio haciendo que la respiración de Rhyannys se acelerara.

No sabía cuanto más podía aguantar así...

Bajó la mirada y comenzó a jugar con sus dedos de manera nerviosa.

Al terminar la cena, Rhyannys se dirigió a la habitación que se le había dado por aquella noche, claro está que luego de despedirse de su madre & hermanos.

— ¿Nunca usarás vestidos de otros colores? — susurró una voz a sus espaldas haciendo que se voltera.

— Sabes que los aquas son mis tonos favoritos, tío.

A pesar de las opiniones de sus madres, desde hacía unos años atrás, cuando Aegon tenía 14 & Rhyannys 13, comenzaron a verse todas las noches a escondidas de todos. De todos menos de Harwin Strong.

Aegon ya lo sabía, sabía que el hombre fuerte era el verdadero padre de Rhyannys y de sus hermanos, pero por alguna razón le daba totalmente igual & le prometió a Rhyannys guardar el secreto cuando ella misma se lo confesó un día.

Una noche, una par de años atrás, Harwin entró a la habitación de Rhyannys encontrándose con el príncipe Aegon al lado de su hija, ambos dibujando.

Sir Harwin Strong guardó el secreto de su hija hasta el día de su muerte, e incluso ayudaba a los dos jóvenes a que nadie más los descubriera.

Luego de su padre, nadie sabía la relación entre los príncipes herederos.

Cuando murió su padre, hacía ya un año, Aegon se quedó con ella toda la noche consolándola & diciéndole que sabía que ella era tan fuerte como su padre lo fue.

Durmieron abrazados esa noche, en la cama de Rhyannys mientras que el frío aire de la noche entraba por las ventanas de la habitación.

— Lo sé, querida sobrina, — murmuró Aegon, para luego verla de abajo hacía arriba mordiendo su labio inferior — y te quedan muy bien.

— Gracias — murmuró Rhyannys con timidez.

Se quedaron en silencio durante algunas segundos hasta que Rhyannys se dio la vuelta abriendo la puerta de la habitación.

— Entra — susurró mirando a Aegon sin voltear todo su cuerpo hacía él.

El Targaryen entró la habitación al segundo de escuchar esa palabra por parte de su sobrina.