2. Ilusión

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—Ah, Seojoon... —gimió con placer, sintiendo su cuerpo receptivo ante las embestidas de su novio.

La celebración por haber obtenido el papel protagónico en “Swan Song” había empezado con copas de vino tinto dulce, pero no acabó allí. Jimin quería sexo esa noche. No había visto a su novio desde hace varios días. Ambos estuvieron ocupados por sus respectivos trabajos.

A pesar de la insatisfacción de Jimin en el acto sexual con Seojoon, él amaba mucho los besos y las caricias en pleno acto. Porque lo adoraba mucho. Quizás esa adoración era mucho más valiosa que sus fantasías sexuales. Aunque para Jimin no fuera suficiente, ese era el significado de la pasión entre ellos.

Era sumamente placentero sentir el pene de Seojoon penetrando con lentitud su entrada. Su cuerpo sudaba y ardía, sintiendo la presión del cuerpo fornido de Seojoon contra sí. Jimin deslizó su mano derecha seductoramente por su torso hasta llegar a su vientre. Apenas tocó su propio miembro, porque quería sentir otro tipo de sensación para incrementar su placer. Sus dedos índice y medio rodearon el pene de Seojoon, sintiendo el movimiento erótico de la penetración.

—Seojoon, más fuerte... —le suplicó.

Seojoon complació a su petición, moviéndose con más ímpetu, pero no lo suficientemente fuerte. Vio a Jimin directamente a su rostro, contemplando las hermosas facciones de este. Adoraba tener a Jimin de ese modo. Amaba ser el causante de sus gemidos agudos y excitantes, pero más amaba causarle ese color leve carmesí en sus mejillas que hacía desearlo besarlo con dulzura.

Jimin se imaginó a Seojoon golpeándole la cara por gemir tan fuerte, también se imaginó a las caderas de Seojoon moviéndose con violencia contra sus nalgas. Esa imagen no era nada violenta para Jimin, sino excitante y erótica. Eso fue suficiente para llegar a su clímax, expulsando y derramando su semen en la piel de Seojoon.

Por su parte, Seojoon sintió la presión de las paredes anales de Jimin, llegando a su clímax de manera dulce y placentera. Sus gemidos eran roncos y fuertes, siendo interrumpidos por los besos vehementes de Jimin. Sus movimientos se fueron reduciendo a lentitud y delicadeza extremas, alargando la sensación del orgasmo.

—Ay... —gimió, incapaz de sostener su peso por la debilidad, cayendo encima de Jimin—. Mi dulce Jiminnie, te quiero mucho.

Jimin sonrió contra los labios de su novio.

—Yo también te quiero, Seojoon —respondió con la respiración acelerada por la reciente actividad.

Seojoon se retiró de él con delicadeza, haciéndole gemir por el vacío repentino. Jimin nunca le insistiría más a Seojoon, pero realmente su cuerpo ansiaba tener más de él en el sexo.

Seojoon era demasiado... amoroso y dulce.

Acurrucándose contra el cuerpo de Seojoon, se abrazó a él con cariño. No les importó el sudor o el semen, ya después se ducharían. Seojoon cubrió sus cuerpos con las sábanas, para luego abrazar a Jimin con cariño.

—¿Estás bien, Jiminnie? —le preguntó.

Jimin asintió, somnoliento.

—Sí. Gracias por esta noche.

Seojoon sostuvo el rostro de Jimin para besar esos labios hermosos y voluptuosos. Todo en Jimin era encantador y fascinante. Estaba enamorándose perdidamente de él.

Cuando Seojoon rompió el beso, Jimin gimió de felicidad.

—¿Estás feliz?

—Sí, por esta noche de sexo contigo, pero también por el proyecto de “Swan Song” —dijo, emocionado.

Sueños Salvajes || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora