Capítulo 21. Como tú lo desees

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—No es el momento señora, si gusta, yo puedo decirle que la busque cuando se desocupe —Me menciona Zabdiel, me quedo callada mientras trato de agudizar mi oído

Es eso... Está con otra mujer

—¿Sabes qué? Mejor hablaré con él en la cena —Dije antes de caminar de vuelta a mi habitación, tal vez necesito descansar antes que nada.

No tarda más de media hora cuando escucho un pasos afuera, con cuidado, abro la puerta de mi habitación y miro justo por el pasillo, una pelirroja alta camina con los tacones en las manos hacia la puerta de entrada

Bueno, mínimo ahora son discretas

Vuelvo a cerrar la puerta y me devuelvo a mi cama

¿Qué hago?

¿Doy el siguiente paso o me quedo en el mismo lugar?

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—¿Sabes que? Recoje el plato de mi esposo, él no vendrá a cenar —Comenté a la mujer del servicio, ella asintió y comenzó a recoger el lugar, yo simplemente me límite a cenar con lentitud y en total silencio, tal vez con la esperanza de que llegara a cenar mi esposo

Él jamás solía faltar a la cena

Jamás me dejaba esperando

¿Es esto otra señal de que no debo hablar con él? 

¡Maldición!

Todo pareciera indicar que si...

Al terminar de cenar, me voy a mi habitación, es hora de dormir y ya mejor hablaré con él mañana...

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Salgo de la ducha, con mi pijama puesta y cepillandome el cabello para irme a dormir, pero un toque en la puerta me llama

—¿Puedo pasar, querida? —Llamó Christopher, yo solo solté un suspiro nervioso

—Adelante, Christopher —Dije mientras caminaba hacia la cama, mi esposo se adentra a la habitación

Con los primero botones de la camisa desabrochados, sin su saco, con un vaso de whisky en la mano izquierda y una sonrisa apenada

—Hola ¿Ya ibas a dormir? —Preguntó y yo asentí mientras dejaba el cepillo en mi mesa de noche —Lamento no haber llegado a la cena, no me avisaron que querías hablar conmigo y... No fui consciente del tiempo —Me dijo mirandome a los ojos, yo solo me encogí de hombros

—No te preocupes, ya no importa, yo...

—No no, insistiré querida, quiero escuchar lo que ibas a decirme... Cualquier cosa que venga de ti, es importante para mí —Añadió mientras me mira con curiosidad

—Bueno...

Llegó la hora, ________

—De lo que quería hablarte era de nosostros —Comencé un tanto nerviosa, él mira con más curiosidad —Llevamos ya más de un año y medio casados, ambos somos conscientes de lo terrible que ha sido nuestra relación, la poca comunicación entre nosotros... Creo que ni tú ni yo estamos siendo muy felices —Dije mirándolo con seriedad, podría jurar que lo ví tragar con nerviosos —Yo, quisiera pedirte que...

—No —Dijo al instante de una manera muy seria, mientras se ponía de pie de la cama, yo solo lo miré confundida

—¿No? —Cuestioné sin entenderlo

—No, se a dónde quieres llevar está conversación, mi repuesta es no, no voy a darte el divorcio, ni un tiempo, ni ninguna condición dónde tenga que dejarte ir, así que mi respuesta es no —Dijo mientras me mira a los ojos, yo solo asentí

—Okey, amm está bien... Yo no iba a pedirte el divorcio, pero bien, lo tengo claro —Respondí con gracia, él frunció el ceño

—¿Enserio? ¿Y entonces que ibas a pedirme? —Pregunta curioso, me pongo de pie de la cama y lo miro a los ojos con seriedad

—Christopher, quisiera ser madre... quiero tener un hijo —Le respondí con una pequeña sonrisa nerviosa

Él pareció palidecer, el vaso de whisky que tenía en las manos se soltó, haciéndolo caer al suelo y quebrándose en muchos pedazos y mojando el suelo
Yo rápidamente me devolví a la cama, Christopher siguió cada uno de mis movimientos

—¿Un hijo? —Preguntó con incredulidad, asentí con mi cabeza, él parecía digerir la noticia que le había soldado de golpe —¿Estás consciente de lo que pides, querida? ¿Sabes que implica involucrarnos en la cama para conseguir a nuestro hijo? —Me cuestiona mientras se acerca lentamente a mi, yo solo asentí con mi cabeza, mirándolo a los ojos

—Lo sé y estoy dispuesta hacerlo... Quiero ser madre y quisiera serlo pronto ¿Entonces? —Le pregunté mientras lo miraba con ilusión, Christopher parece aún no asimilar lo que acababa de decirle

—Por supuesto querida, estoy para hacerte feliz... Ya había pensado en hijos, aunque no creí que los querrías tan pronto —Comenta con gracia, yo asentí con un poco de pena

—Me gustaría que fuéramos lento con esto, no me gustaría apresurarlo ni nada... Está bien? —Pregunté mientras lo miraba a los ojos, él con una pequeña sonrisa asintió

—Por supuesto querida, todo será como tú lo desees.

Mentira ||C.V&TÚ||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora