-Cruzando el límite-

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Ya estaba atardeciendo, el sol se ocultaba lentamente y los niños volvían a sus hogares del parque, por su parte Mitsuya estaba preparando la cena para sus hermanitas quienes hacían la tarea con las caricaturas de fondo, o al menos Luna, Mana estaba tan distraída como siempre.

En el exterior parecía calmado y centrado en preparar y cortar los alimentos, pero en su cabeza se reproducía la imagen de aquél chico diciéndole esas palabras antes de retirarse, con una expresión contradictoria.

-"mentiroso"-

¿podía notar sus intenciones?

no, tenía que ser otra cosa

Un niño pequeño sería incapaz de ver a través de su máscara de niño bueno, por decirlo de alguna manera. No es que fuese un tipo desagradable con perpetuos pensamientos impuros que representaran una amenaza pública, solo era como cualquier adolescente con las hormonas alborotadas y gustos peculiares teniendo un momento de debilidad

Tal vez solo no confiaba en él, ¿cierto? era lo que cualquiera pensaría...

pero

"no me gustan los niños..." -murmuró con calma, no le comía la cabeza pensar que pudiera estar tan podrido como para tener esas inclinaciones tan inmorales-

Veía niños todo el tiempo, no era de extrañar, después de todo acompañaba a sus hermanitas a la escuela, asistía a las reuniones o actividades escolares, a veces hacían trabajos grupales en su casa o solo los veía en el parque cuando querían salir a jugar. Entonces...

"¿por qué es diferente?" -apretando los puños sintiéndose abrumado-

Hasta el momento previo a la visita era un tipo completamente normal, teniendo una fijación poco clara por otras personas de su edad, a veces mas grandes pero nunca menores, incluso había tenido algunos ligues de corta duración. Cuando creyó que enloquecería, esas imágenes volvieron.

Hizo una media sonrisa algo incómoda

Claro

Esa era la razón.


-

Al día siguiente todo parecía marchar bien, logró despejar su mente y comportarse, tal vez solo estaba conmocionado por la repentina revelación y el cambio en sus visitas. 

Tenía pensado pasarse toda la tarde en casa, se había podido dar el lujo de adquirir unas telas de mejor calidad para ponerse a trabajar mas seriamente en prendas de tipo comercial al menos para realizar pedidos entre conocidos de la zona y poder pagar sus estudios universitarios, no quería dejar su pasión de lado.

Cuando ya estaba listo con los moldes en manos y los colores de hilo indicados a disposición sonó el teléfono en su bolsillo, haciendo que pegue un pequeño salto en el lugar. Con calma lo tomó y atendió sin revisar el número.

"oi ¿Mitsuya?" -una voz familiar femenina sonaba con una leve preocupación- "disculpa que te moleste"-no parecía sentirlo-

"ah...Yuzuha" -arrastró su mano por detrás de la cabeza hasta llegar a su nuca, apretando, denotando cierta ansiedad- "no ,no te preocupes ¿qué necesitas?"

"se que es un poco repentino pero ¿podrías cuidar a Taiju? tengo práctica con el club hasta tarde y Hakkai fue a hacer un proyecto a la casa de un amigo, no creo que vuelva hoy" -rascando su mejilla- " me harías un gran favor"

-se quedó inmóvil, pensativo, debía ser una broma del destino el tener la oportunidad de compartir a solas con Taiju- "mh...bueno..." -miró a su lado, tenía todo listo para trabajar- "creo que si...pero llevaré algunas cosas de casa, ¿no te molesta?"

-Elógiame- (MitsuTai)- TokyoRevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora