Regreso a casa

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-¡Esperen!- queriendo ir en contra del tomulto, Nakanaka fue incapaz de agarrar su espada de madera -¡¡Darkness Kukuichimonji!!- viendo a su querida pertenencia perdida, la pelinegra se rodeo por un aura depresiva.

-Que pésima suerte...- agarrando el arma réplica, Shinichiro suspiro -Se la llevare al encargado, el se la enviara a su casa- yendo dónde el supervisor de los trenes, el pelinegro no vio cuando llegaron sus amigos.

-¿A dónde va Shin?- llegando con un cigarrillo en la mano, Wakasa exhaló el humo.

-¡¡No puedes fumar aquí!! ¡¡Va contra las reglas!!- quitandole el tabaco de la boca, Ryuko lo pisoteo con fuerzas.

-Era el último que tenía...- viendo su querido cigarro destruido, el rubio de mechones miro a la castaña -Me lo compensaras-

-¿Disculpa?- sorprendida por los labios del ojimorado, la guía turística más joven abrió los ojos de par en par.

-Satisfecho- dejando a la shockeada chica de lado, Waka fue con el resto de mujeres -Diganle a Shin-kun que lo esperamos en Tokyo- levantando una mano, el duo se despidió de las guías de turismo.

-¿Te encuentras bien Ryuko-chan?- preocupada por su compañera de trabajo, Satsuna la movió ligeramente.

-El me beso...-

-¿Eh?-

-¡¡El me dió mi primer beso!! ¡¡Y ni siquiera me dió su número!!- agarrando a la mujer de los hombros, la chica tenía estrellas en los ojos -Aunque si se fue así, supongo que tiene una mala impresión de mi...- preocupada por su vida, Ryuko tenía ganas de llorar -Estoy tan feliz...-

-Te ves bastante animada, Ryuko-san- llegando con el resto de guías, el ojinegro fue agarrado de la camisa.

-¡Dime todo lo que sepas de tu amigo rubio!- sintiendo una gota de sudor bajar por su nuca, Shinichiro se quedó con la incógnita en el rostro.

×××

-N-no te sientas mal Nakanaka-san, l-le puedes decir a tus padres que llamen para que te la devuelvan- consolando a la ojiamarilla, Agari le daba masajes leves en la espalda.

-¿Se divirtieron?- llegando al lado del grupo, Tadano pasaba lista de la clase 1-1.

-Mi dragón oscuro me falló, no me dió las suficientes fuerzas para mantener mi poderosa arma en las manos... No fui digna de empuñarla- hablando como una chuni, la pelinegra fue acariciada de la cabeza.

-Alguien la vera tirada y la podrán pedir por teléfono; no te preocupes- dándole una sonrisa a la chica, está última oculto su rostro avergonzada.

-¿Sigues aquí? ¿No sé supone que debes seguir revisando los grupos?- levantando una ceja, Yamai tenía los brazos cruzados mientras veía el exterior.

-Si; perdón si las incomode- yendo a ver a los demás grupos, las tres chicas tenían un enorme sonrojó en la cara.

-¡¡Es tan genial!!-

-¿Disfrutaron su visita a Kyoto?- llegando con sus amigos, el pelinegro recibió varios asentimientos.

-Por supuesto; ¿como iba a permitir que esa cuidad no se iluminara con mi belleza?- haciendo una pose, Naruse se levantó de su asiento y desabrocho su camisa -Debe ser incómodo ser mi amigo, digo, después de todo mis fans me aclaman por dónde voy-

Solo una persona normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora