✧El trato✧

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Tras el nacimiento de estos cinco pequeños que fueron escondidos en sus primeros días con un año de diferencia entre cada hermano son descubiertos al poco tiempo del nacimiento de la más pequeña Estrella, pues al enterarse los padres de los dos príncipes deciden crear un trato, Aymara se llevaría con ella al cielo a las tres mujercitas las menores de los cinco hermanos Luna quién era la del medio una niña calmada e independiente tan independiente como rebelde, Llena quién era quien le seguía en edad una pequeña rellenita y muy enojona, al final de ellas quedaba la tierna y dulce Estrellita.
Daren no tocaría, no vería pero sobre todo no buscaría a aquellas tres pequeñas, lo único que haría sería criar a los dos niños mayores entre los cinco hermanos comenzando por Univers el mayor de todos, un pequeño fuerte y rudo juntos a su hermano Meteoro que para su corta edad era demasiado calmado, tranquilo además de inteligente fue el que más sintió aquella separación.
Aquellos hermanos llenos de dolor con el paso del tiempo fueron olvidando su existencia, las tres pequeñas no sabían de sus hermanos mientras que ellos solo tenías recuerdos borrosos de las siluetas angelicales de sus hermanas.
Todo esto se fue acumulando por años los niños preguntaban a sus padres cientos de cosas y estos no podían contestar pues simplemente sabían que deberían mantener el trato, ese voto de silencio que los carcomia. La factura del silencio llegó a convertir a esos jóvenes y enamorados padres en gobernantes fríos e inflexibles, cada uno crío a los niños como mejor les pareció no queriendo aceptar opiniones ni mucho menos concejos de ajenos. Las cartas con información de como se encontraban los niños de ambos lados cesaron pues estos se cansaron ya no eran ni la sombra que lograron ser algún día.

Este podría ser relatado cómo el principio de la historia y los daños que desencadena, pero aún así solo es el pasado un pasado que no vivió la verdadera protagonista de esta historia pues el comienzo oculto de la historia llegaría muy pronto a la realidad, una realidad inevitable que tarde o temprano estaría inundada de la verdad y las preguntas de aquellos niños serían contestadas con un agudo dolor, un dolor tan sigiloso que corrompería una de las almas más poderosas que habían existido en todo el infinito.

♡♡♡

-Luna, cariño ya levántate-Susurro mamá en mi oído.

-Mmm-Fue lo único que pude contestar, me tape hasta la cabeza y le di la espalda.

La oí suspirar con pesadez y de un jalón me quitó la cobija de encima, mi único remedio fue levantarme de mala gana pues no estaba de humor menos después de la pelea de ayer con ella, pues me había vuelto a negar la respuesta a la pregunta que más curiosidad me daba "¿Quién era mi padre?¿Y por qué me atraía el infierno?"

Me cambié algo normal y común en mi rutina baje los cientos de escalones que separaban mi recámara de la cocina y cuando por fin llegué lo primero que encontré hizo que mi ilusión de un poco de paz junto con un buen desayuno se cayera por un barranco.

-Cállate y devuélvemelo tonta-Grito mi hermana Llena quién era la del medio.

-Pero me lo has regalado, ¿No te acuerdas?-Respondió Estrella la menor de las tres, haciendo una especie de cara de perrito triste y haciendo un falso puchero.

-Nunca te lo regale mentirosa, tú lo has tomado directo de mi joyero- Escupió Llena.

-Ya paren!! Ambas son un desastre, no puedo tomar nada en paz gracias a ustedes me empiezo a cansar!- Terminé gritando yo pues me habían logrado sacar de juicio.

En ese momento entro mamá con una cara de jubiló y nos dijo:
-Chicas calmadas es muy temprano para este tipo de cosas, Estrella amor porfavor has caso a tu hermana y dale sus cosas luego yo te comprare algo- Le sonrió amablemente a ellas, mientras que a mí me miró con un desden cuando volteo-Mientras tú jovencita deberías ser el ejemplo para ellas, para de gritar y basta de berrinches no puedo más contigo, has estado cargada de enojo, simplemente ya no se qué hacer.

-Bien! Pues me largo- Y así avance a mi habitación de nueva cuenta sin haber desayunado nada.

Después de un rato llorando en cama me llene de valor, limpie mi cara y salí de mi habitación con dirección a la biblioteca pero tenía que pasar frente al estudio de mi madre, dónde oí una verdad que me rompería, me dolería aún peor que cuando salieron mis alas...

-Ya lo sé Josef, se que no puedo decirle ese fue el trato. Yo rompí la prohibición! No hace falta que me lo repitas cada vez que puedas lo estoy tratando de enmendar, me arrepiento pero ellas no puedes pagar las cuentas de las deudas que yo acumulé en mi destino.

Mamá rompió la prohibición? Eso de lo que tanto nos cuidaba y lo peor es que estaba llorando, dios no me lo podía creer después de todas esas charlas de moralidad dónde nos exigía ir por el camino recto, no voltear a ningún lado del camino y mantener la vista al frente, todas esas clases de modales, simplemente no lo podía creer. Mientras todo eso pasaba por mi mente la volví a oír.

-Ya para porfavor, se que fue un error me deje llevar pero si no fuera por eso no habrían nacido mis hermosas niñas y estoy segura de que Daren tampoco se arrepiente...

En ese mismo momento deje de escuchar pues mi mente cargo en segundos me eche a correr por todo el pasillo en dirección al jardín, si bien oí dijo ¿Daren?¿Ese Daren?¿El nacido de la oscuridad?¿Rey del infierno? No podía ser el único Daren en el infierno ¿O si? Pues ella dijo que había roto la prohibición, entonces él... ¿Él era mi padre?
Tenía tantas dudas como falta de respuestas mi mente no podía y estaba segura de que tenía que investigar porque mamá no me diría nada, no pude escuchar el final de la conversación con mi tío Josef al igual que no sabía que le habría dicho el tío Josef a mamá pues era una llamada telepática. Lo único que podía asegurar es que tenía que investigar por mi cuenta lo de mi padre, ahora por lo menos tenía un nombre al igual que un lugar por dónde empezar a buscar, el infierno, esa podría ser la respuesta a una de las cientos de preguntas que tenía, el infierno me atraía porque mi sangre no era pura, está corrompida y ya no era un secreto, la atracción hacia esas tierras calientes y rojizas era porque mi padre provenía de ahí ya no había duda.

Mi padre podría ser Daren, un Daren que todos conocían bien pues era el rey del infierno, aquel hombre cruel, violento, mujeriego pero sobretodo frío y distante al que nadie podía ver muy seguido en sociedad.

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