🃏𔘓 ¦ Capítulo 30

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Jimin bajó la mirada al suelo, aún completamente rojo mientras sentía el pulgar de Jungkook acariciarle el dorso de la mano mientras las mantenían entrelazadas, intentando transmitirle paz en ese momento

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Jimin bajó la mirada al suelo, aún completamente rojo mientras sentía el pulgar de Jungkook acariciarle el dorso de la mano mientras las mantenían entrelazadas, intentando transmitirle paz en ese momento.
 
–Mamá, te presento a Jimin–, habló Jungkook, rascándose la nuca algo nervioso bajo la atenta mirada de ojos oscuros de su madre, –Es... todavía no es mi novio, pero lo será–, Jimin sintió su estómago removerse ante eso, la seguridad con la que lo había dicho el mayor le había puesto más nervioso de lo que estaba.
 
No escuchó nada de parte de la señora Jeon, y tampoco le quiso mirar. En cambio, sintió como caminaba hasta quedar frente a él, parecía ser un poco más bajita que él. Y como de pronto se agachó lo suficiente como para ver su rostro escondido.
 
–Hola cariño, ¿Puedes mostrarme bien tu rostro?–, preguntó, ladeando la cabeza y con una sonrisa tan cálida como la de Jungkook, Jimin ya sabía de donde había sacado aquella sonrisa el mayor.
 
Asintió tragando saliva, levantando la cabeza mientras se mordía el labio y logrando ver mejor a la mujer frente a él. Era un par de centímetros más baja de él, de ojos pequeños y la misma sonrisa y nariz de Jungkook, su cabello negro le llegaba a la cintura y era naturalmente regordita que le dio ternura, y por detrás del hombro de la señora Jeon, notó como NamJoon le escaneaba rápidamente y luego asentía con una sonrisa a Jungkook.
 
–¡Pero si eres tan lindo!–, de pronto, Jimin se vio apretado entre los brazos de su futura suegra con fuerza, soltó un quejido mientras sus ojos se abrían sorprendidos y solamente se dejaba hacer por la extraña fuerza de la señora, miró a Jungkook con algo de pánico a su lado y este solo pudo reír mientras le soltaba la mano y se encogía de hombros. Aspiró aire que le faltaba al sentir como era soltado, pero volvió a sobresaltarse al sentir esas pequeñitas manos sujetarle el rostro, –Ya veo por qué Jungkook está tan enamorado, ¡Si eres una cosita tan tierna!–, Jimin soltó una risa nerviosa y miró a Jungkook con pánico de nuevo, dándose cuenta de que estaba sonrojado y NamJoon se burlaba de él.
 
–Mamá... lo estás asustando–, dijo, separándolo suavemente de su madre y refugiándolo en sus brazos, Jimin se dejó hacer, ronroneando sin querer al apoyar su cabeza en el hombro de Jungkook.
 
Su madre bufó divertida, –Te lo tenías bien escondido, Jungkook, pero vale, que con solo verle la carita lo apruebo–, levantó las cejas, antes de darse la vuelta y tomar una bolsa que llevaba NamJoon en la mano, –Ni se te ocurra hacerle daño a Jimin, Jungkook... y por si acaso, solo vine a ver como estaba mi hijo y dejarle algo de comida ya que este no se digna ni a llamarme–, le apuntó acusatoriamente, antes de entrar a la cocina seguido de NamJoon y dejarlos a ambos solos de nuevo.

Jimin miró extrañado a Jungkook, aún sin entender muy bien qué había pasado, y Jungkook solo pudo soltar otra de sus risitas agudas y encogerse de hombros.
 
Al menos, Jimin se sentía más aliviado al saber que no había causado una tan mala impresión.
 
La señora Jeon realmente era tan alegre y cálida que le estaba mareando un poco, le había preguntado un par de cosas con entusiasmo y había quedado maravillada con su persona. NamJoon conversaba con Jungkook en la mesa de la cocina mientras Jimin escuchaba un par de historias de la señora Jeon con Jungkook de pequeño.
 
–¡Jungkook pegaba sus dibujos hasta en la taza del inodoro! un día fue mi jefe a una cena y Jungkook justo había pegado a la tapa un dibujo de un perro descuartizado, ¡Y ni hablar de debajo de la mesa! tenía hasta las cartas para sus amiguitas de primaria allí abajo–, Jimin rió al escuchar eso, la señora Jeon lo contaba con una gracia innata que solamente escucharla le hacía sonreir. Jungkook se quejó al escucharla contarle aquello al rubio, pero esta le ignoró, –Dios, Jimin, eres tan adorable. Créeme que no creería que tienes más de 17 si no hubiese visto aquello al llegar–, Jimin se sonrojó antes eso, –¿Cuantos años tienes, 21?–, preguntó mientras revolvía una olla con sopa.
 
Jimin miró a Jungkook nervioso, y este hizo una mueca de miedo hacia él, –Em... cumplí 18 hace 4 meses–, soltó, algo bajito.
 
La señora Jeon asintió con una sonrisa, antes de girarse hacia él y mirarle impresionada, Jimin intentó sonreir, saliéndole más una mueca, y la señora Jeon se giró a su hijo, viéndole apretar los labios mientras pestañeaba.
 
–Jeon Jungkook no me jodas que estás saliendo con alguien 4 años menor que tú–, susurró.
 
Jungkook solamente pudo apretar los dientes mientras la veía y musitar: –¿Lo siento?
 
Y bueno, el paño de cocina que estaba colgado en la manija del horno ahora había azotado la cabeza de Jungkook con un golpe seco.
 
Cuando Jungkook cerró la puerta de entrada luego de haber despedido a su madre y a NamJoon, fue que soltó todo el aire retenido que tenía, escuchando la burbujeante risa de Jimin detrás suyo quien estaba sentado en la mesa del comedor. Jungkook se giró, serio y con una ceja alzada, caminando hacia él suavemente y abrazándolo mientras se colaba entre sus piernas.
 
–¿De qué te ríes?–, preguntó, sintiendo los dedos de Jimin peinar su cabello.
 
–Tu mamá es rara, pero al menos no le he caido mal–, festejó, logrando que Jungkook virase los ojos divertido mientras negaba con la cabeza y le acariciaba la cintura.

–Mmm, si lo es, pero te aceptó bastante rápido, por eso estoy feliz–, Jungkook hablaba como si realmente estuviesen en una relación -y no estaba lejos de serlo-, por lo que negó con la cabeza mientras un bostezo salía de su boca, se sentía cansado, había tenido demasiadas emociones por el día y solo quería dormir apegado a Jungkook y al pequeño Bam en la cama de este.
 
Se estiró un poquito, lo suficiente como para impulsarse y aterrizar en el suelo sin que ese toque en su cintura se fuese. Le tocó la nariz a Jungkook, con los ojos algo entrecerrados.
 
–Tengo sueño, ¿puedo ir a tu cama?–, preguntó bajito.
 
Jungkook asintió, acariciando una de sus orejas cariñosamente mientras le miraba como si fuese lo más bonito de su vida.
 
–Claro que puedes, yo voy a lavar la poca vajilla que queda y voy contigo, ¿si, Minnie?–, el rubio asintió contento, besando suavemente al contrario en los labios, sin ninguna otra intención de por medio y solamente moviendo sus belfos contra los otros.
 
Cuando se separaron, Jungkook le dejó ir a su habitación, y él se fue por el pasillo refregando sus ojitos e imaginando a Bam acostado en la cama, esperándole. Y cuando estaba girando el pomo de la habitación del castaño, escuchó un jadeo de la cocina, antes de que las pisadas de Jungkook se escuchasen por todo el departamento.
 
Pero bueno, él ya había abierto la puerta, y Jimin se dio cuenta de que todavía eran suficientes emociones por el día.

  Pero bueno, él ya había abierto la puerta, y Jimin se dio cuenta de que todavía eran suficientes emociones por el día

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Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:

–almin♡

For Me? ♡ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora