Hablar con ella.

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La primera vez que hable con Andrea fue por facebook, y solo me hablaba para preguntarme por una tarea, ese fue el inicio para algo que me iba a doler después. Empezamos a hablar y a conocernos poco a poco, nuestros gustos, disgustos y así, pude notar algo peculiar en su perfil de facebook, en su portada tenía la foto de dos mujeres besándose, quería preguntarle si era lesbiana pero tal vez a mi no me debería importar si lo era. Seguimos hablando y con el tiempo solo me gustaba hablar con ella, porque de alguna manera sentí una conexión entre las dos, éramos completamente diferentes pero algo nos unía, de pronto eran las experiencias y los momentos similares que nos habían pasado. En las siguientes semanas empezamos a estar juntas en el descanso, yo le abrí mi vida de alguna forma, le conté todo sobre mi y puse toda mi confianza en ella, y ella hizo lo mismo,no se con certeza si todo lo que me dijo fue verdad, pero en ese momento yo le creía todo. Al pasar el tiempo empece a sentir que me gustaba , me gustaba estar con ella, hacer todo con ella, y en la forma en la que me hacia sentir especial, porque me trataba y me hablaba de una forma a la cual nadie lo había hecho. Fue cuando un día decidí contarle que me gustaba alguien y que ese alguien era de nuestra escuela. Ese día nos encontrábamos en el descanso solo las dos, lejos de todo el mundo.

-¿pero tú eres bisexual? Pregunto Andrea.
- no lo sé, solo se que empece a sentir algo por una niña, es raro.
-No, no lo es. A mi también me gusta alguien.
En ese momento mi corazón se paró, seria yo esa persona?
- Y... La conozco?
- Tal vez, pero primero tu me dices quien te gusta y yo te lo diré.
- Mejor adivina y si no adivinas al terminar el día, te lo diré y tu igual, bueno?
- Me parece.

Pasamos el resto del día diciendo y señalando al azar la persona que nos gustaba (obviamente no le iba a decir que era ella) porque de pronto yo no le gustaba y quedaría como una tonta. Sonó la campana para la salida, era el momento, se lo iba a confesar. Salimos juntas y le dije:

- Eres tu, tu me gustas (estaba que moría! No dejaba de temblar y quería salir a correr)
- ah que bien porque siento lo mismo

!¿QUEEEEEEEEEE?!

- es en serio? Respondí lo mas calmada posible (no lo estaba)
- Si, y ten. Me dio una manilla, me dijo que quería que yo la tuviera. Me la puse y olía a ella, parecía una idiota oliéndola pero era algo que me recordaba a ese momento, a ella, pero el olor de esa manilla se tendría que acabar algún día, como también nosotras.

El colegio de las lesbianas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora