Cap 2

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-Hasta que te encontré, mi pequeño gir... - me susurró al oído, pero no alcancé a escuchar lo último, aquel hombre en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba en el pasillo, solo se escuchaba el eco de un suspiro y una risa de él.

Luego de lo ocurrido fui de regreso a la oficina, me la pase supongo que casi una hora pensando de todo y nada, habían pensamientos que iban y venían, después me propuse a culminar con el resto de archivos, empaque mis cosas, apagué todos los equipos que estaban encendidos y me dirigí a mi auto, ya dentro del auto lo encendí, pero en ese momento me fijé al lado mío, en el asiento del copiloto, estaba el chico del pasillo, sentí mis vellos de la nuca erizarse, el estaba con su postura relajada, con una pequeña sonrisa vaga y mirándome fijamente, atento a todo movimiento, como si yo fuera un libro, como si al mirarme pudiera leer algo interesante en mi.

-...Que quieres de mi...como para estar siguiéndome?... -mentiría si dijera que no sentía escalofríos recorrer mi cuerpo y sentía mi cuerpo pesado, sabía que era un fantasma, o eso creo, esa idea la tuve dese que lo vi, y esa idea se quedó, extrañamente no tenía miedo, quizás si esta aquel fantasma del que me hablo Wendy, la cosa rara aquí era que este hombre me hacía sentir una sensación familiar.

-Primero que todo, hola, solo quería verte, que tiene de malo eso cariño- dijo mientras tomaba una postura recta.

-Si?, pues ya me viste, vete, no se quien eres, apareciste de momento a otro y sin explicación, que mierdas quieres de mi, eh?!...- dije ya fatigado por la falta de sueño y por las miles de preguntas que me venían a la mente.

El hombre con un suspiro dijo- Buen, bien, si, te daré una pequeña explicación de lo que está pasando- otro suspiro-pero...y si te doy miedo, después de que te cuente?, y si te causo asco o repulsión?- dijo con preocupación y desespero falso.

-Si me das miedo eso dependerá de cómo yo tome lo que me digas, si me causas asco o repulsión, eso se pasa como el tiempo, solo es temporal, cuéntame, a ver si así te dejo de ver y dejas de molestar.- dije con neutralidad, algo que me sorprendió hasta a mi, lo había dicho sin pensar.

-Bien, entonces empezaré-dijo mirando hacia el cielo a través de la ventana del auto- Cuando tenía 18 años, aún seguía estudiando, y en ese tiempo quería conseguir mi propio dinero, mis padres nunca aparecieron después de un accidente de auto, no encontraron sus cuerpos ni rastros de ellos, estuve al cuidado de mis tíos, ellos eran arrogantes y era poco lo que me daban para sostenerme, entonces decidí conseguir un trabajo, quería un trabajo que no interfiriera con mis estudios, así que decidí cuidar niños, empecé cuidando el bebé de la vecina de al lado, y luego con otros más, me iba bien eso de cuidar niños. Un día ,me llamaron unos papás, me dijeron que si les cuidaba su Niño, ya iban a ser las 7 de la noche, pero igual acepté, era viernes, y al otro día no tenía clases; fui a la casa de ellos, no me dejaron instrucciones ni nada, solo me dijeron que él Niño estaba en el patio, se despidieron y se fueron, sin la más mínima preocupación, fui a ver al niño, y si, estaba en el patio, lo extraño era que ese Niño estaba tranquilo y felizmente viendo el cielo nocturno, me acerqué al Niño, lo saludé, y le pregunté que hacía, aunque era obvio, quería que él mismo me lo digiera, me dijo.

-Estoy viendo salir la tímida luna de entre las nubes- mes sorprendió que un niño de 14 años se fijara en algo como eso y no en las cosas cotidianas.

Luego de ese día los papás de él me volvieron a citar para que lo cuidase, aquel Niño, de ojos azules, cabellos negros, piel blanca y rojiza, y de sonrisa hermosa, hicieron estragos en mi mente y quizás en más de mi.

Pase más tiempo con el, supe que le gusta ponerle nombres raros a las estrellas, que cada que sale la luna, el habla con cariño, y se que le gusta los dulces, se que los escondía bien de sus padres, que casi no se la pasaban en casa, su voz es armónica cuando habla y cuando canta, la imagen de él tocando el piano aún sigue en mi mente, recuerdo tantas cosas de él, estuve con él desde que lo conocí hasta que cumplió sus 21 años, yo tenía 24, él decidió rice de casa, sus padres lo tenían atado, pro él decidió irse, y se fue conmigo, porque lo que en realidad pasó, fue que nos amábamos, ese amor siguió floreciendo, soy consiente que quizás no de la forma correcta, pero a nuestra forma, nos seguimos amando- concluyó lo contado con un brillo en sus ojos y una suave sonrisa en su rostro.

Yo me había quedado pensativo en lo que él había dicho, se sentía tan familiar lo que contó, pero no podía descifrar nada de lo que pensaba o sentía.

-Y como cereza para el pastel, dame tu mano- dijo extendiéndome su mano- Si quieres saber por qué te dije todo eso- yo sin pensarlo le di mi mano, fue recibida por su mano fría pero suave.

-Nos vemos luego mi pequeño girasol, sueña felizmente ...- me susurró al oído antes de que yo cayera en un sueño profundo.

Una Pesadilla en Sueño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora