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Me levanté con las energías levantadas, tal vez se debía a qué últimamente estaba teniendo el espacio que le había pedido a Izuku, o también a qué la noche pasada había logrado dormir algo. Incluso me sentí con los ánimos suficientes para mirar mi reflejo en el espejo cuando me lavaba los dientes y le gritaba a las bacterias que se fueran a la mierda.

Aún sentía pesado el centro de mi pecho, y sentía todavía aún que mi vida acababa con pesadez, pero ya estaba mejorando y eso solo era increíble.

Salí de la habitación y corrí escaleras abajo para llegar a la cocina y comer algo, tal vez hasta tomar un café. Sopese mis opciones mientras revisaba la nevera, tal vez un sándwich.

Con eso en mente tome todo lo necesario para un apetitoso desayuno:  Pan, Huevo, Jamón, Tómate, Lechuga y Mayonesa. Y mientras preparaba todo me serví una humeante taza de café, debía de aprovechar que mi apetito se había abierto, antes de que se decidiera a abandonar mi cuerpo.

Cuando termine de cocinar, disfrute de mi desayuno como nunca, incluso Kirishima — entro en ese momento junto a la bola de imbéciles — me observo asombrado.

— Wow, Bakugou ¡Me alegro de verte mejor, hermano! — me dijo, sonriendo mientras Kaminari sacaba un cartón de leche de la nevera y la caja de cereal de la alacena.

Mima sonrió, tomando asiento frente a mi en la barra de la cocina — Estamos felices de que esté mejorando — acaricio mi brazo con ternura antes de tomar la taza de leche que le ofrecía Sero junto a unos panecillos dulces.

— Yo también estoy feliz por mi — respondí, dándole las últimas mordidas a mi desayuno.

— Buenos días, Bakugou

Mire de reojo al... A Todoroki, que acababa de pasar por el pasillo con Izuku detrás mientras se susurraban — seguramente — cursilerías.

No respondí a su saludo, seguro eso solo deprimiría mi día y no iba a permitirlo.

— Iré a buscar mi mochila, nos vemos en cinco afuera de la residencia — les avise a mis amigos, antes de levantarme y subir a buscar mis pertenencias antes de irnos a UA.

...

Cuando Aizawa quería matar a alguien de aburrimiento y se lo proponía, podía lograrlo con creces.

Apenas eran los primeros treinta minutos de clases antes del primer descanso y mis energías habían sido drenadas. Por un momento me pregunte si en realidad su don no era borrado sino algo similar al de Kageyama.

Estaba apunto de dormirme sobre mi cuaderno cuando una nota de color rosa fue puesta en mi escritorio, mire la nota y la tomé para desdoblarla, viendo que Aizawa no me pillara.

“¿Podemos hablar?

Después de la clase de Aizawa.

-Deku”

Enarque una ceja viendo la caligrafía de Izuku, guarde la noté en el cuaderno y seguí mirando la clase, ignorando a Izuku y su absurda petición.

Sin embargo, otro papel color rosa termino en mi mesa, decidí ignorarlo, tal vez así pararía, pero no, al menos cinco papelitos más fueron puestos en mi mesa, y si esto seguía así Aizawa nos vería y estaríamos en problemas.

Tome uno de los papeles y escribí en su tapa contraria un escueto si para que dejara de molestar, y al parecer había funcionado, porque el envío de notas había parado.

Sin embargo me sentía preocupado ¿Porque tanta su urgencia por hablar conmigo? Solo espero que no se tratara sobre algún problema con el ofa.

El momento de rendirse | KTDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora