Yang Xinhai- El moustro asesino.

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sus 67 víctimas, Yang Xinhai ha pasado a la historia como el asesino serial más prolífico de China. También violó a 23 mujeres, y su instrumento preferido fue el martillo, con el cual destrozó cráneos de hombres, ancianos, mujeres y niños...

Yang Xinhai, también conocido como Wang Ganggang , Yang Zhiya y Yang Liu, fue un asesino serial chino que confesó 65 asesinatos y 23 violaciones, cometidas entre 1999 y 2003. Llamado el "Monstruo Asesino" por los medios de comunicación, Yang aún sigue siendo el asesino serial más prolífico en toda la historia de la República Popular de China.

Antes de que empezara a matar

Yang Xinhai nació el 29 de julio de 1968 en Zhumadian, Condado de Zhengyang, en la provincia china de Henan. Su familia era una de las más pobres del pueblo, y él fue el más joven de entre cuatro hijos.

Yang era inteligente y podía terminar su educación básica, pero a los 17 años la abandonó y no volvió a casa: estaba harto de su pobreza.
Desde temprana edad, Yang mostró ser un chico inteligente e introvertido. Tenía lo necesario para terminar sus estudios elementales sin dificultad, pero en 1985, con 17 años de edad, abandonó su institución educativa y su hogar, ya que estaba frustrado, cansado y harto de las penurias que día a día debía afrontar a causa de la pobreza de su familia.

Para sobrevivir después de separarse de su familia, Yang se dedicó a viajar y a subsistir a base de trabajos ocasionales como obrero. Nunca duraba mucho en esos empleos, ya que no era suficientemente responsable y comprometido, además tenía una fuerte tendencia a llevarse cosas que no eran suyas, y cuando lo descubrían, además de ser despedido, debía sufrir la cólera de sus patrones y hasta las reprimendas policiales.

Por un tiempo, Yang pudo sortear las dificultades que le acarreaba su tendencia al hurto, pero después empezó a meterse en casas y a robar, y eso hizo que, entre 1988 y 1991, pasase realizando trabajos forzados en el campo por haber robado en Xi'an, Shaanxi y Shijiazhuang.

Cuando por fin salió, Yang no estaba reformado en lo más mínimo: los trabajos forzados solo habían aumentado el resentimiento social en él, y la ira que tenía acumulada podía estallar con cualquier detonante apropiado... Sin embargo permaneció en relativa calma, lógicamente por temor y no porque se hubiese reformado, hasta que en 1996 sus bajos impulsos lo dominaron e intentó violar a una niña en Zhumadian, por lo que volvió a ser encerrado, aunque acabarían reduciéndole la pena a tres años por el buen comportamiento que astutamente mostró.


Los asesinatos.

En 1999, Yang salió de prisión gracias a su buena conducta. Las autoridades creían que el criminal había tomado conciencia, pero no era así: en realidad estaba peor que antes.

Ya libre, Yang tenía los bolsillos vacíos, el rencor a flor de piel, y el nefasto conocimiento de que le sería muy difícil ganarse la vida honradamente. Pese a eso, en esos tiempos logró hacerse con una bicicleta y hasta entabló una relación amorosa con una mujer que acabó siendo su novia, aunque ésta le dejó cuando se enteró de su oscuro pasado criminal: ese era el detonante que se necesitaba, pronto empezarían las matanzas...

El arma favorita de Yang era el martillo; pero, para despistar, nunca usaba el mismo martillo.
En efecto, ese mismo año de 1999 y con la bicicleta que lo acompañó cuando conoció a la chica que lo abandonó, Yang empezaría un itinerario de sangre que sólo se detendría en el 2003, dejando a su paso 67 muertes. Su modus operandi era éste: iba de una provincia a otra en su bicicleta, y por la noche entraba al hogar de las víctimas, casi siempre granjeros o agricultores; entonces, ya adentro, empleaba un hacha, un martillo o una pala, golpeaba hasta matar a la víctima o las víctimas, y a veces violaba a las mujeres, acabando después con éstas y con los presentes; finalmente, solía tomar ropa nueva, zapatos grandes y dinero.

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