Eres el juego. {Gemeliers}

Capítulo 2

Tres días después.

-Tía -me llamó Andrea mirando el móvil.

-Dime -dije sin importancia.

-Nuria, Alicia y Esther han dicho que han quedado con unos chicos que están... -hizo una parada- muy buenos.

-¿Y qué pintamos nosotras en todo esto? -pregunté desconcertada.

-Que hay otros dos para nosotras.

-Vale, dile que para mí ninguno.

-¿Por qué? -preguntó.

-No quiero relaciones ni nada de eso -dije.

-No es una relación, es solo un lío -bufé.

-Me da igual, no quiero.

-Sooooosa.

-Me da igual, tía, paso -dije.

-Venga, porfa, que a mi me apetece que vayas conmigo.

-Si voy, ¿te callas y me dejas? -suspiré agotada.

-¡Sííííííííí! -gritó emocionada.

-¿Cuándo vamos a quedar? -pregunté.

-A las 5.

-¿¡Qué!? -grité- entonces no puedo, he quedado con Jesús.

-Tía, pareceis novios, por un día que no quedeis...

-No parecemos novios, es como un hermano para mí.

-Lo que tú digas -miró su móvil- ya se lo he dicho a Jesús.

-¿El qué?

-Que no vas a quedar con él.

-Ahhh.

*Jesús*

Me llegó un mensaje de Andrea. ¿Esta que quiere ahora? Había quedado con Ari a las 5 y la verdad es que estaba nervioso, aunque no sé por qué.

"Jesús, Ari hoy no va a poder quedar contigo. Hemos quedado con unos chicos JAJAJA. Bueno, solo era eso, chaao."

Sentí una especie de... ¿celos? Sí, celos. Celos al saber que prefiere quedar con un tío que a saber quién era que quedar conmigo.

Le respondí con un simple "ok".

«¿Qué estoy sintiendo hacia esta chica?» me preguntaba mi menté.

*Ariadna*

-¿Vas a ir así? -me preguntó Andrea poniendose los pendientes.

-Sí, ¿qué tiene de malo? -pregunté.

-Pues que para ir a una especie de cita con unos vaqueros y una sudadera más vieja que el costipado y tus viejas converse no es un buen plan.

-Quieres que vaya con un vestido y tacones, ¿o qué? -rodé los ojos.

-No, pero podrias ponerte una camisa o algo y algún collar -suspiré. Cogí una camiseta de tirantes negra y una camisa de cuadros roja y me la puse con un collar de cadena de plata.

-¿A sí mejor? -asintió.

-Venga vamos -dijo cogiendome de la mano.

-Andrea, yo no quiero ir -hice un puchero.

-Me da igual, vas a ir por mis narices -rió.

-Pareces mi madre.

Salimos de casa. Fuimos a paso lento hacia la cafetería donde habíamos-habían quedado. De camino allí nos encontramos a Jesús.