Las vacaciones habían sido las mejores, como siempre me había escrito con Harry y con Ron mis mejores amigos del colegio Hogwarts de magia y hechicería. Mis padres, a pesar de ser muggles me apoyaban en que yo siguiera potenciando mis misteriosos poderes mágicos y bueno las vacaciones con ellos fueron totalmente normales, como siempre.
No sé con exactitud cuando empezaron y como comenzaron a surgir dentro de mi, sólo sé que a los once tuve el primer brote de magia y de inmediato me aceptaron en el colegio que mencioné antes, para mí fue un cambio rotundo pasar de ser una chica normal (aunque siempre destacada) a una chica que tenía que instruirse para convertirse en hechicera, pero es mi naturaleza y así como yo la acepto mis padres igual. Ellos son dentistas y a pesar de que no entienden mucho, sé que están orgullosos de mí.
Este año es la tercera vez que dejo casa para alojarme en el internado y estoy ansiosa por ver a mis amigos, desde primero que somos muy unidos, a pesar de que en un comienzo no estaban muy contentos con mi presencia... creo que los he ayudado a salir de más de una en aquel colegio donde hasta el momento ningún año ha sido normal y espero que este lo sea.
Aquel día era 31 de Agosto y como siempre iríamos al callejón Diagon a hacer las compras para ese año, por lo cual me desperecé y me levanté lo más rápido posible para darme una ducha. Generalmente me encontraba con los chicos allá y esperaba que ese año no fuera la excepción, puesto que me hicieron mucha falta durante todo el verano, a pesar de las cartas. Salí debajo del agua y me puse unos vaqueros, una playera y un polerón de un tono rosa; luego comencé a batallar con mi enmarañado cabello, siempre es un desastre y me cuesta mucho controlarlo, pero dentro de todo algo puedo hacer. Bajé corriendo las escaleras y tomé desayuno velozmente antes de que nos dispusiéramos a ir primero al caldero chorreante. Aquel día decidimos ir en autobús, cuando llegamos y entramos al bar que era algo típico entre magos y brujas vimos de inmediato varias cabezas rojas y era tan obvio que era la familia Weasley, además que hacían demasiado barullo, puesto que eran muchos. Nunca andaban todos, porque Bill vivía en Egipto quitando maldiciones de las pirámides y Charlie estudiaba dragones en Rumania. Aquel año habían viajado a Egipto, el señor Weasley había ganado el premio del profeta, donde le habían regalado 700 galeones y ellos los habían aprovechado de la mejor forma, me sentía tan feliz cuando leía las cartas de Ron y Ginny, quien se había convertido en alguien muy cercana para mi igual, se notaba que la vida había dado un vuelco para ellos y que les había hecho bastante bien el viaje.
-¡Ron! ¿Cómo te fue? ¿Cómo estás?-
Al parecer mis preguntas lo pillaron de sorpresa, puesto que siempre había sido más cercana a Harry que a él, pero a pesar de que teníamos nuestras diferencias nos queríamos a nuestra manera.
-Bien, todo bien... ¡Egipto es maravilloso!- Escuché con atención como me hablaba de su viaje con la emoción que lo inundaba y con la exageración que siempre usaba, creo que era como una característica propia de él y sólo de él. Al final me dio la mano viendo que no nos habíamos saludado y yo le di un abrazo, como dije a pesar de nuestras diferencias era mi amigo.
Con posterioridad saludé a los señores Weasley que conversaban con mis padres y a los demás hermanos, Fred y George me comentaron que Ronald le había mostrado la foto del diario a la mitad ya del mundo mágico, pero era comprensible la emoción que sentía. Poco después sentí una voz conocida que provenía de las escaleras fingiendo un malestar con el barullo que tenían los cabezas rojas, era Harry. Mi amigo quería ser un chico normal, aunque era el mago más famoso dentro del mundo mágico por haber derrotado a Voldemort, un chico de gafas y cabello alborotado y bueno su ropa era donada por su primo por lo que generalmente le quedaba enorme. Saludó a Ron primero y luego nos dimos un cálido abrazo, de verdad los había extrañado y por fin me estaba sintiendo cómoda y realmente en casa... No es que con mis padres no sintiera eso, pero era distinto estar allí.
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Fuego y agua
FanfictionUn romance ilegal, prohibido nace en las paredes de Hogwarts, un romance del cual nadie sabe y que deberá salir adelante a pesar de los contras que surgirán a lo largo de la historia. Una pluma puede cambiarlo todo y los enemigos pueden llegar a fra...