Capítulo treinta y nueve

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Una amplia habitación nos da la bienvenida luego de Connor la abriera; un sofa gris en forma de L, una mesa de cristal en el centro de esta, una gran TV cuelga de la pared junto con algunos cuadros hacen que le de un look muy moderno a la habitación, y una pared divide el resto de la habitación, donde se encuentra un pasillo que conduce a las demás habitaciones.

— Vamos— me agarra de la muñeca y me conduce por el pasillo—, por aqui esta el baño, date una ducha y ya te llevo ropa.

Abre la segunda puerta y un espacioso baño me da a bienvenida; una ducha con las puertas cristalinas, un sanitario, el característico lavabo y un espejo arriba de este, pero lo que mas  me llama la atención es el largo dibujo que cubre la mayor parte de la pared, dejando que mi boca se abra ligeramente al contemplar la belleza de este, hipnotizada me acerco y lo inspecciono mas de cerca.

— Cuando estábamos remodelando la casa, me sugeriste un que hiciera un en algún mural una pintura de Vicent Van Gohg debido a que en ese momento te encantaban por lo que decidí pintar “La noche estrellada” aquí.

Escucho como menciona atrás mio, seguramente notó mi expresiva cara.

—La mayor parte de la decoracion la escogimos entre los dos, quizás te haga sentir mas en casa saber esto.

Volteo a verlo sobre mi hombro y se encuentra apoyando la cadera en el marco de la puerta, puedo notar su cansancio, pero se esmera en ocultarlo, por lo que a pasos lentos me acerco a él y enrollo mis brazos en su cuello y le beso la mejilla para acto seguido apoyar mi cabeza en su pecho.

Nos quedamos así por un rato mas hasta que decido separarme y poner distancia entre los dos.

— Iré a cocinar ago, te espero—. Menciona para luego abandonar mi campo de vision.

Cierro la puerta y comienzo a desvestirme, para luego entrar en la ducha, el agua tibia cayendo por mi cuerpo hace que me pueda relajar.

Luego de unos minutos que parecieron horas me encuentro saliendo del baño con una camisa de Connor y un short de pijama.

—Te dejé la ropa encima del lava manos.

—Lo sé, pero esta esta mas cómoda—. Me encojo de hombros restándole importancia.

El lo único que hace es negar divertido con la cabeza.

—Mientras esto se termina de cocinar me daré una ducha, no tardaré —. Besa mi cien para despues desaparecer por la puerta.

Me acerco para husmear qué es lo que esta haciendo y veo que esta preparando unos vegetales y filet de pollo en el horno. Luego de saciar mi curiosidad me dirijo a la refrigerador a tomar cualquier liquido que calme mi sed, por lo que al agarrar una botella de agua, salgo de la cocina y me acuesto en el sillón.

Enciendo la television y comienzo a cambiar los canales hasta encontrar algún contenido de mi interés, luego de no encontrar nada interesante decido apagarlo otra vez.

Un par de minutos despues veo como Connor sale del baño, con un jogger rojo y una camisa negra mientras se seca el pelo con la toalla.

Mi concentración se ve interrumpida luego de escuchar un irritante sonido proveniente de la cocina; el cual alerta que la comida está lista, por lo que me levanto del sofa y junto con Connor nos dirijimos a la cocina. Él comienza a sacar la cena del horno y yo a repartir los platos entre los dos, él comienza a repartir la comida y yo busco algo para beber, cuando todo esta listo comenzamos a comer en silencio, donde el único sonido son los cubiertos contra el plato y nuestras respiraciones.

—Gracias, Connor, te quedo buenísimo—. Digo luego de poder saciar mi hambre, mientras recogo los platos y los pongo en el lava vajillas.

Connor hace una reverencia muy graciosa en donde casi bota el jugo que estábamos tomando, lo que causa que me ponga a reír. Luego de tener todo listo en la cocina, salimos de está y nos quedamos en la sala. Él se sienta y yo recuesto mi cabeza en sus muslos mientras acaricia mi cabello. No necesito nada mas para estar mas cómoda, únicamente con la presencia de Connor es mas que suficiente.

(.......)


Me encuentro en el jardín trasero de una gran casa, indago en el lugar hasta que a lo lejos distingo la silueta de un hombre de espaldas que sujeta la muñeca de una niña, estos se encuentran en un cobertizo viejo, algo descuidado por el tiempo apresuro mis pasos hasta encontrarme lo relativamente cerca de ellos para lograr escuchar un poco la conversación de estos.

—Nunca por nada en el mundo abras esa puerta, Alexa...

¿Alexa?, una gran confusion entra en mi.

—¿Por que, Papá?

¿Papa?, ¿ese sujeto es mi padre?, ¿por que no puedo distinguirlo?, su rostro esta completamente distorsionado.

—Porque no mereces saber el contenido de esta.

—¿Pero por qué?— dice la pequeña mientras cruza sus pequeños brazos.

—Será mejor que nos vayamos de aquí, Alexa.

El sujeto jala a rastras a la niña y ambos desaparecen de mi campo de vision. Con curiosidad me acerco a dicha cabaña y la inspecciono, justo al frente de la puerta, me da ese sentimiento de querer abrir la puerta, por lo que coloco mi mano sobre la cerradura de esta y al tratar de abrirla, esta no cede.

—¿Por qué eres tan curiosa, Alexa?


Puedo sentir como alguien me mueve, por lo que de manera repentina me levanto lo que causa que golpee mi frente con la de Connor. Ambos soltamos un quejido.

—Dios, Alexa, casi partes mi cráneo en dos, ¿qué te pasa?— dice el susodicho mientras se lleva una palma en el lugar afectado.

—Eso te digo a ti, que hacías moviéndome de esa manera, casi me matas de un susto.

—Era eso o que se me durmieran las piernas, tu cabeza pesa mucho y ya habías comenzado a roncar y babear.

—Yo no ronco y menos babeo—. le reclamo

—Sí claro

Me aparto de él y comienzo a sobar mi frente.

—¿Dormirás conmigo o no?

—Claramente dormiré contigo, Connor, todavía no me siento lo suficientemente bien durmiendo sola.

—Entonces sígueme, el sueño me esta matando—. Dice mientras comienza a caminar en dirección a la tercera puerta.

La abre y dejo que ingrese primero él enciende a luz y  me hace una seña con las manos de que entre; una cama matrimonial junto con un cobertor azul oscuro y algunos almohadones adornan esta, a un costado esta la mesita de noche, en la otra pared hay una puerta por lo que asumo que es el ropero y un mini escritorio el cual se encuentra en la esquina de la habitación, luego de haber inspeccionado brevemente el área me dirijo a la cama y me acuesto sobre esta para acto seguido sentir como el colchón se abaja, por lo que asumo que Connor ya se acostó también.

—Buenas noches, Connor, descansa.

—Buenas noches, Alex, descansa también.


Últimamente hay muchas actualizaciones, ah. 🌝
Espero les haya gustado. ❤️

Mentes peligrosas (En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora