capítulo treinta y seis

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Alexa POV'S

-Alexa, Alexa, Alexa.

Puedo escuchar como me llaman, sin embargo no sé de donde proviene esa voz, todo esta en completa oscuridad por lo que es difícil orientarme.

Comienzo a tantear con las manos mientras que camino hasta que logro tocar algo blando. Frunzo el ceño al no saber exactamente qué es.

-Si sigues toqueteándome así, no me podré controlar.

Escuchar la voz de Baal al frente hace que detenga mis movimientos de manera brusca.

De la nada una luz segadora hace que cierre los ojos rápidamente hasta que mis ojos se acostumbren a la luz, ya cuando mis ojos pueden procesar la luz que me rodea los logro abrir con dificultad.

A dos pasos de distancia se encuentra Baal con su forma humana, la habitación en la que nos encontramos es completamente blanca y grande, únicamente hay una fuente de luz y una salida, pequeños recuerdos sobre una habitación así comienzan a surgir, lo que hace que me comience a doler un poco la cabeza.

-Veo que ya te acostumbraste a la luz, te propongo algo interesante, ¿te gustaría saber que es?

-Esa oferta la pensare de acuerdo a lo que me vayas a decir.

-Tiene mucho que ver con tus recuerdos.

Hago un leve asentimiento con mi cabeza dándole a entender que tiene mi completa atención, mientras cruzo mis brazos.

-Si logras encontrar la llave que esta escondida en la siguiente habitación antes de que el reloj se detenga, te doy mi palabra de que recordaras todo lo que ha sucedido en tu vida a lo largo de los años, pero...

-Y aquí esta el famoso, pero. Algo me decía que no iba a ser tan fácil lograrlo-. Digo mientras giro los ojos.

-Por favor no me interrumpas, mocosa. No me gusta que me interrumpan mientras hablo. Si el reloj termina antes de que hayas encontrado la llave, mataré a Connor, dejando claro eso de eso, únicamente tienes una oportunidad para encontrar la llave. Si pierdes ya conoces las consecuencias.

-No puedes hacer eso, no es justo.

-Claro que no lo es, esto lo hago por diversión, eres mi juguete recuérdalo. El reloj ya comenzó a contar el tiempo, yo de ti me daría prisa.

Ignorando lo que dice me dirijo a la puerta con la frustración de saber que no me puedo liberar de él.

-También recuerda que no todos son tan confiables e inocentes como aparentan.

Escucho que dice después de haber cruzado la puerta.

El ambiente cambio de manera drástica, ya no me encuentro en una habitación blanca, ahora lo único que pueden captar mis ojos y darle de información a mi cerebro es un camino de piedra iluminado únicamente por unas antorchas las cuales iluminan ligeramente el camino, mientras mas me acerco al final de este, puedo escuchar ligeros gemidos. Un tanto confusa por la situación me doy prisa, la escena que captan mis ojos me deja petrificada en mi lugar.

Logro ver a una persona rodeando a lo que parece ser un infante el cual se encuentra encadenado en una camillas sin embargo, también logro notar que hay mas cuerpos; mujeres, hombres, infantes, algunos de ellos sin partes del cuerpo, otros con los órganos afuera y lo que mas impactada me dejó fue que ningún cuerpo poseía cabeza, todas estas colgaban del techo algunas hechas calavera y otras recientes donde incluso les caía sangre, el olor a descomposición era impresionante. Tanto que no pude aguantar las ganas de vomitar.

-No, no quiero esto. ¡Ayuda!, ¡que alguien me ayude por favor!, ¡mami, quiero a mi mamá!

Después de eso escucho como algo cae al suelo para después escuchar un grito, para luego escuchar silencio.

Mentes peligrosas (En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora