Capitulo 26

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El resto de dias son monotonos. Me despierto, bajo al comedor, nos reimos de los veraces, no salimos del complejo de verdad por miedo, duermo. Dia tras dia vemos pasar vehiculos haciendo redadas. Todo igual, hasta que la locura se apodera de mi.
Un dia, segun me despierto, pierdo la conciencia. Salgo descalza de la sede de Verdad y camino por las calles de la ciudad con paso lento pero firme. Mi reloj marca las ocho y veinte de la mañana y el sol comienza a salir por el horizonte. Camino hasta los pequeños edificios de Abnegacion y me encuentro con varios grupos de abnegados recojiendo escombros. Cuando me ven dejan el trabajo a medias y se can corriendo, aun voy de negro osado. Me paso la mano por el pelo notando las partes mas cortas a la derecha de mi cabeza. Me lo ato en una trenza que cae por uno de mis costados haciendome cosquillas, pero no sonrio. Me siento sobre una pila de escombros, me paso las manos sudorosas por el pelo y un recuerdo se me viene a la mente. Un recuerdo de mi maxima felicidad, mi maxima felicidad fue con el, el mismo hombre que me apunto con un arma entre las cejas, el me hizo caer y me obligo a levantarme, el me dejo moratones que ahora recuerdo con una sonrisa, el me empujo a fuera de un tren mi primer dia, el. Me levanto de las piedras que me dejan su relieve por las piernas y camino. Camino buscando su recuerdo, su olor a ceniza o sus besos. Camino perdiendome por la ciudad, alejandome lo maximo posible de Verdad. Poso la mano sobre una ventana del edificio de mi derecha y entonces oigo unos neumaticos deslizarse por el asfalto. Giro la cabeza hacia la entrada de la calle y ahí esta. El, subido en uno de esos horrendos vehiculos, agarrado a un asidero y apuntandome con uns pistola. Corro serpenteando por la calle hasta que llego a la esquina de un callejon. Los disparos caen a mis lados y mantengo el cuerpo en tension mientras corro, como el me enseño. Cuando estoy en la mitad del callejon puedo escuchar el vehiculo chirriar a mi espalda. Me agarro a un saliente del edificio y comienzo a trepar. Bajo mis pies el vehiculo es estacionado y Eric salta de este a la pared y empieza a subir pir donde subo yo. Va mas rapido que yo entonces, cuando veo la posiblidad, me meto por una ventana. Ruedo por la planta del edificio y me agarro a una puerta. Me siento en los edcalones de mi derecha los cuales estan tapados por una pared provocando asi que solo se me vea si tuerzes la esquina. Escucho el ruido de sus botas pasear por el suelo y entonces lo veo delante de mi.

-Vaya vaya -Dice agarrando el cuello de mi camiseta-, si parece que la gatita se revela

Golpeo su mano derecha en la que lleva el arma y esta ruedo por el suelo. Reuno el valor suficiente para darle un golpe en la garganta que hace que me suelte. Es hora de poner en practica todo lo que me enseño en sus entrenamientos. El aprieta el puño y lanza un puñetazo a mi estonago que esquivo agachandome, paso entre sus piernas con un movimiento rapido y me engancho en su espalda. Eric se tira de espaldas contra el suelo haciendo que quede entre su espalda y el suelo, me corta la respiracion. Eric se gira y me aprisiona con las piernas, giro la mirada y me relajo, la pistola no esta a su alcanze.

-Vaya, vaya, poniendo en mi contra lo que te enseñe -Dice mirandome fijamente a los ojos

Eric aprieta un puño y lo levanta. Da contra mi cuello y toso, toso sangre. Golpeo la espalda de Eric con las manos y con las manos su pecho. Al rato este se levanta y aprovecho el pequeño espacio de tiempo que me da para levantarme del suelo y correr. Subo escaleras y escucho a Eric comenzar a subir las escaleras cuando yo ya estoy en el rellano. Corro por la estancia hasta una ventana. No lo pienso dos veces, me despeño. A escasos metros del suelo mi pie se queda enganchado en una repisa provocando asi que mi cabeza golpee contra la pared y mi nariz sangre. Bajo agarrandome a los otros asideros y cuando estoy abajo veo a Eric asomado a la ventana cargando la pistola. Echo a correr por la calle, gran error. Escucho varios disparos antes de que uno acierte en mi brazo. Me lo agarro pero sigo corriendo mientras veo la sangre correr por ambas de mis manos. Giro por varias callejuelas ahogando gritos y reprimiendo sollozos. Llego a Verdad, y cuando la puerta se abre me desplono en medio del vestibulo de la sede.

No eres tan cruel || DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora