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Estaba haciendo mi tarea en mi escritorio cuando alguien abrió la puerta, volteé a ver de quien se trataba - ¿Sana? ¿Qué haces aquí? - pregunté al verla entrar a mi habitación - Se lo que sientes por mi Dahyun, lo sé todo - dijo pensé que estaría molesta, pero para mi sorpresa no se veía molesta se acercó mí poco a poco hasta estar a pocos centímetros, podía sentir su respiración, mi mirada fue directo a sus labios - No te resistas - dijo me levante de la silla solo para terminar con esa distancia.
Sus labios eran suaves, nos besamos lento mientras sus manos en mi cintura me acercaban más a ella. Me empujo hacia mi cama donde me senté se colocó encima de mi dejando besos en mi cuello, a este punto mi corazón latía como loco, podía sentir el deseo crecer cada vez más mientras un gemido se escapaba de mi boca al sentir sus besos en mi cuello.
Se separó mirándome a los ojos para luego besarme esta vez era diferente sus labios devoraban los míos y pude sentir como sus manos se colaban por mi blusa acariciando la piel de mi abdomen subiendo mi blusa hasta quitármela.
Poso sus ojos en mi - Dahyun - escuche a lo lejos luego todo empezó a desvanecerse - ¡Dahyun! - escuche la voz de mi madre quien golpeaba la puerta de mi habitación.
Abrí poco a poco mis ojos 'Fue todo un sueño' pensé regresando a la realidad - Levántate tenemos que ir a la iglesia - dijo mi madre golpeando mi puerta - Ahí voy - dije aun regresando a la realidad se me hacía tan raro soñar con ella sobre todo en esa situación cuando la realidad era otra.
Me estiraba en la cama y pude notar que efectivamente el sueño había provocado algo en mí, me sonrojé de la vergüenza y tape mi cara con la almohada un poco frustrada. Luego fui a darme una ducha con agua muy fría.
Como todos los domingos íbamos a la iglesia temprano en la mañana sin embargo hoy no tenía ganas de ir. Mis padres me obligaban a ir y ayudar en la iglesia fue así que me uní al coro de la iglesia, era la encargada de tocar el piano.
Estaba escuchando las palabras del pastor y algo llamó mi atención hablaba sobre como Adam cayo bajo la seducción de comer la manzana que Eva le ofrecía lo que me llevó a pensar que ¿Y si Sana era esa manzana?¿Solo sentía atracción por ella nada más? Quizás ¿Si la besaba?, aunque fuera una vez y me saciaba de este deseo dejaría de rondar por mi cabeza, quizás solo era eso... O quizás solo estaba siendo ingenua...
Muchos pensamientos rondaban mi mente mientras la misa avanzaba hasta que llegó mi turno de tocar el piano para la última canción de la misa. Comencé a tocar la canción me perdí en la melodía cerré mis ojos, pero no fue una buena idea a mi llegó el recuerdo de Sana, su rostro, sus ojos, sus labios, el sueño que tuve y como me besaba.
Negué quitando esos recuerdos de mi cabeza abrí los ojos continuando con la melodía hasta terminar la canción pensé en confesarme, pero... Tenía miedo muchas veces cuando me confesaba mis padres terminaban enterándose lo que hablaba con el pastor y si esto se consideraba un pecado grande mis padres seguramente iban a enterarse así que lo descarte.
