dragon's duty - aemond targaryen

x. union of dragons

chapter x | union de dragones

EL PRIMERO EN DESPERTAR FUE Aemond enredado en las piernas de la muchacha.

Estaban cubiertos por una fina sabana en la que podia ver su silueta desnuda con el reflejo del amanecer.

Miro detenidamente la cara de la mujer que dormia a su lado y juro confundirla con un angel recien caido del cielo.

Sus largas pestañas decoraban sus ojos cerrados, sus labios entreabiertos y su pelo castaño corrido por toda su cara. Era tan preciosa que apenas creia que fuera capaz de merecerla.

Beso primero sus labios, luego su nariz, luego su mejilla y asi seguidamente hasta que alys levanto sus manos acunando sus mejillas y dio un pequeño pico a su nariz.

—buenos días principe Aemond

—buenos dias princesa Alysanne—abrazo su cintura colocando su cuerpo encima de ella—¿has dormido como tal?

—si, estaba muy cansada

—lo tomare como un cumplido—alys rio y golpeo su hombro en broma

—egocentrico

—te encanta este egocentrico

—para que negarlo—levanto su cabeza de las almohadas y lo beso suavemente

Si pudiera capturar ese momento en un cuadro, lo haria y estaba segura de que seria la obra de arte mas expresiva que hubiera visto el mundo

se separaron un poco pero no del todo para poder hablar

—deberia irme si no quieres que me quemen vivo, te espero en la costa en menos de media hora—se acerco a su oido susurrante—ponte ese vestido blanco que tanto te favorece

no le dio tiempo a cuestionarlo cuando se acerco a besar sus labios dejandola sin palabras y al separarse ya estaba vistiéndose y saliendo de la habitación

no sin antes lanzarle un beso desde la puerta antes de cerrarla.

HABIA BAJADO LOS ESCALONES del torreon hasta la salida hacia la playa sujetando el dobladillo del vestido para que no se manchara ni se tropezara con él.

Aemond se encontraba mirando la orilla con ese traje negro que tan bien le quedaba a su figura. Detras de ellos estaba la cueva que dirigia al castillo.

—Aemond—lo llamo

Se dio la vuelta con sus manos agarradas a su espalda observando a la bella muchacha que resaltaba en toda la playa. Llevaba el vestido que tanto le gustaba adornando su cuerpo y para Aemond era la mujer mas bonita de los siete reinos y él el hombre mas feliz de los siete reinos por tenerla.

Se acerco a ella extendiendole la mano y atrayéndola a la boca de la cueva. Los reflejos del amanecer se reflejaban en sus perfiles.

—creo que me estoy arrepintiendo—dijo riendose y girando su cabeza al mas

—¿que es lo que pasa cariño?—susurro la ultima palabra con cuidado acariciando su suave mejilla pasando el dedo por su cicatriz

Aemond al escuchar el apodo cariñoso olvido todo lo que iba a decir—yo...se que es algo loco y que quizas no estes de acuerdo pero—alys al ver que volvia a dejar de mirarla a los ojos atrajo su cara para que la volviera a mirar—¿te casarias conmigo en este mismo momento?

—¿ahora mismo?

—ahora mismo

la respiracion se le quedo parada en la garganta pensando en las consecuencias pero realmente su amor cegaba todas ellas.

—¿y como lo hacemos?

Aemond sintio una felicidad nunca experimentada cuando escucho su respuesta positiva.

—puede que me adelantara

dos personas salieron de la cueva, el septon Oswyck y su hermano Lucerys.

—no preguntes hermana—dijo pasando a su lado tocando su hombro y sonriendole—quiero que seas feliz—y justo despues dijo en voz baja—espero que esto me asegure no perder mi ojo

y asi fue como conforme salia el sol, Aemond Targaryen se desposó con su sobrina Alysanne Velaryon en la costa de Rocadragon, ante los ojos de los dioses, los hombres y los dragones que danzaban.

El septón Oswyck ofició los esponsales; pese a que su voz era debil y temblorosa, no se saltó ninguna parte de la ceremonia.

Su hermano pequeño Lucerys fue testigo del enlace y no fue cuando el acto hubo terminado y Alysanne se separo del beso que observo a su alrededor asombrada.

Aemond tambien estaba asombrado cuando de las escaleras de la cueva sobresalian criados y guardias observando el acto y aplaudiendo.

Rhaenyra y Daemon bajaron las escaleras poco a poco y el ahora matrimonio aun con las manos cogidas se las apretaron mutuamente con miedo a sus reacciones.

Pero Rhaenyra solo abrio sus brazos para que su hija corriera a ellos y la abrazara con Daemon acariciando su cabello

—mi princesa se hace mayor—las lagrimas de la reina resbalaron por su mejilla con la alegria de una madre viendo a su dragona despegar hasta la luna

Aemond se giro hacia Lucerys que estaba ya a su lado

—¿fuistes tu?

este solo se escogió de hombros—tómatelo como un seguro por mis dos ojos