Cap 35

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Narrador Omnisciente

La trihibrida sacó la cabeza del último vampiro y lo lanzó contra el resto de vampiros sin cabeza, chasqueó los dedos y en tan solo segundos los cuerpos se incendiaron. Se alejó del fuego y se puso frente a los tres últimos vampiros; Aro, Jane y...

Alec.

El rey vampiro la miraba con odio y rencor, ella había acabado en pocos minutos con su guardia y lo peor fue que tuvo que presenciarla muerte de sus "hermanos". Pasó milenios reinando junto a ellos y le fue inevitable tomarles aprecio, aunque le enfureció ver como Marcus aceptaba su muerte.

El rey Marcus no iba a ser destrozado como los otros vampiros, Tn no tenía la intención de hacerlo, solo que este se lo imploró en un susurro. Después de todo, no podía seguir existiendo sin su amada compañera, Didyme.

Jane y Alec, los hermanos, la trihibrida los dejó al último porque sabía que Aro los quería como si fuesen sus hijos, aunque este no lo admita sus pensamientos lo habían delatado. Quería hacer sufrir al rey mediante a ellos, quería que sintiera el mismo dolor que ella sintió cuando mataron a Seth.

El corazón y alma de la princesa de New Orleans estaba cegada por la venganza, todo su ser le pedía a gritos que haga sufrir al despiadado vampiro que estaba frente a ella. Sus ojos azules con destellos dorados delataban eso, ya no había rastro de aquella chica tierna que parecía un ángel.

Aro: Parece un demonio con sed de venganza.– pensó el vampiro.

Tn sonrió con levedad al escuchar sus pensamientos, hace muchos minutos atrás no escuchaba a nadie en su cabeza, era como si su don de leer mentes nunca habría existido.

Tn: Rey Aro.– su voz salió con burla, el vampiro la miró apretando la mandíbula– puede elegir, ¿Jane o Alec?

Los vampiros presentes la miraron con confusión, en especial Aro. El rey vampiro la miraba sin entender, no entendía el porque lo estaba haciendo elegir.

Aro: Jane.– habló luego de pensarlo bien, aunque aún seguía sin entender. Tn ensanchó su sonrisa y a pasos lentos se puso frente a ella– ¿La dejarás fuera de esto, verdad?.

Tn sonrió burlona mientras soltaba una pequeña risita, miró a Aro e hizo que Jane quedara de rodillas, no pasó ni un minuto cuando todos entendieron lo que haría.

Jane no se resistió y le dió una última mirada a su hermano antes de cerrar los ojos. Tn estaba por quitarle la cabeza cuando las palabras de Alec la interrumpieron.

Alec: Principessa.– la llamó pero la trihibrida no volteó a verlo– deje a mi hermana y tómame a mí... por favor.

Todo el lugar estaba en silencio, todos esperaban que Tn tuviera compasión de aquel par de vampiros. Luego de unos segundos ella volteó sin ninguna expresión.

Los Cullen la miraron fijamente, no querían perderse de ninguna de sus expresiones, por otra parte, el rubio Hale intentaba que su don fuese eficiente en ella, temía que luego se arrepintiese de todo eso.

La trihibrida luego de que lo pensara un poco, soltó un bufido y se acercó a Alec, no tenía ni la mínima intención de hacerle caso. Tn estaba en una profunda oscuridad con deseo de venganza, que al ver a Aro se intensificó aún más.

Miró a los hermanos y una idea pasó por su cabeza.

Sacaré la cabeza de ambos... al mismo tiempo. Pensó.

Sonrió con levedad y se puso entre ambos, levantó una mano dispuesta a chasquear los dedos, pero algo la impidió hacerlo. Una inmensa calidez la rodeo de pies a cabeza dejándola aturdida por un momento.

Una MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora