Este capítulo contiene escenas +21 y temas delicados, como drogas, vicios, mención de intentos de secuestro y ataques de ansiedad no aptos para cualquier público, leer bajo tu propio riesgo.
Yo como autora no acepto ni romantizo dichas acciones para seguir o imitar, esto es ficción (esto en cuestión a las drogas y/o vicios) si tu sufres de ansiedad en verdad te recomendó saltar este capítulo, puede que algunas escenas desencadenen ataques de ansiedad, o estrés.
Ahora, si decides quedarte abstente de hacer comentarios ofensivos, te recuerdo que esto es mera ficción.
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Una vez más Denisse se maldijo a sí misma, por haber sido tan floja, estaba realmente enojada con ella misma. Faltaba solo un mes para el Victoria's Secret y no había entrenado nada, si había salido a correr por las mañanas pero no era suficiente, aún faltaba mucho por tonificar en su cuerpo, se miró al espejo del gimnasio y vio su cuerpo completo, noto como había ganado un poco más de peso probablemente no era mucho pero en la pasarela estaría en la mira de todos.
— Mierda Denisse... — Se maldijo a sí misma. — Tenemos que hacer mucho hoy.
Dejó su maleta en el locker y salió al gimnasio, empezó a hacer algo de cardio, pero se dijo que no era suficiente así que comenzó con las mancuernas.
Una persona promedio no haría más de dos horas, Denisse paso cuatro horas ahí, estaba cansada si, pero no iba a parar ahora.
Su cuerpo estaba cansado, pero tan solo pensar que estaría en el ojo público y y absolutamente todos la jugarían la hizo seguir. Dos horas después no podía seguir más y estaba tomando un break en el baño, no lo quería hacer, pero necesitaba seguir haciendo ejercicio.
— No será mucho, Den. Solo necesitamos un empujón. — Se intentó persuadir a sí misma, de su mochila sacó una pequeña bolsa con un polvo blanco. — Solo será un poco, es cocaina, la tenemos controlada.
Con todo su cuerpo temblando Denisse alieneo perfectamente la cocaina, enrollo un billete y lo uso para inhalar el polvo blanco. Después de unos momentos sintió la energía regresar, salió del baño con una sonrisa y las pupilas dilatadas a más no poder.
No sabía cuanto tiempo había pasado, pero cuando salió del gimnasio ya había anochecido, maldijo y busco su celular. Tenía montones de llamadas perdidas. — ¡Donnie me va a matar!
Busco un taxi y fue a casa maldiciendo cuando el conductor iba a baja velocidad, pero no dijo nada y solo pago el total en cuanto llegaron.
— ¿Donde estabas, Denisse? — Donnie se veía preocupado, tenía los ojos rojos e hinchados y estaba sentando en la cama de Denisse. — Me asuste, yo... Yo pensé que te había pasado algo.
