Santos
Llegar a la capital siempre representaba un cambio de ambiente, no lo mal entiendan, él amaba su tierra pero tener que convivir todos los días con una cultura sumida en el atraso era desgastante; las cosas habían cambiado, sí, ahora había un hospital, la escuela de su tía Cecilia cada vez recibía más niños y eso en parte era gracias a Maricela y su trabajo allí, pues se había tomado como meta personal llevar la educación al Progreso y a toda la región, pero ese era otro tema, sin embargo muchas cosas continuaban siendo lo que eran, el pueblo estaba sumido en la corrupción y mucho de esto era culpa de Gonzalo su amigo quien alguna vez lucho porque todos tuvieran los mismos derechos, pero el dinero los cambia a todos y el no fue la excepción.
Como sea alejarse del Progreso un poco le sentaba bien, ya no tendría que tolerar a Gonzalo haciéndole la vida imposible solo porque se caso con Marisela, además mantener dos haciendas a flote le absorbía la vida. Cuando Barbara le devolvió El Miedo a Maricela en ese momento, parecía que todo estaba poco a poco regresando a la armonía, pero la realidad es que ni su mujer ni su suegro querían encargarse de la hacienda, lo que terminó en convertirse en una responsabilidad más para Santos. Tal vez ella tenía razón y la única persona que podía mantener esa hacienda funcionando
era ella misma.Santos agitó la cabeza desviando esos pensamientos, no le gustaba pensar en ella, no era bueno, siempre se convertía en un circulo vicioso del que no podía salir en días. La vida había cambiado mucho desde que se fue, en tres años se había casado, consolidó una asociación de ganaderos y tenía las dos haciendas más prósperas de la región, pero siempre sentía que algo le faltaba, en realidad desde que ella se fue todos en el Progreso sentían que algo les falta, solo que nadie lo decía en voz alta.
Nunca supo con certeza que sucedió ese día, ni siquiera está seguro de que haya salido con vida, nadie lo sabe. Maricela la vio huir, herida; ella dice que todavía la puede sentir, no entiende a que se refiere pero también prefiere aferrarse a la idea de que está en algún lugar de este mundo terrenal.
Al llegar al departamento que tenía en la ciudad, se cambio de camisa y salió rumbo a la federación de ganaderos, hoy tenía una reunión para vincularse más a la comercialización de carne hacia la capital, sería una buena oportunidad de abrir relaciones con la capital y lograr que el Arauca generara más economía. Subió al taxi que lo esperaba afuera y partieron hacía la reunión, iba inmerso en sus pensamientos cuando el auto se detuvo y notó que la dirección en que estaba no parecía un sitio acorde par la reunion, verificó y aún sin estar seguro se bajo y entró al lugar. Era un mercado de frutas, verduras y carnes, muy grande, caminó por los pasillos adentrándose más, cuando su teléfono sonó, era uno de sus socios, le dió instrucciones hacía el punto de encuentro y caminó tratando de localizar el lugar, estaba confundido sobre por qué hacer la reunión allí pero supuso que tenía que ver con el proceso de traslado de la carne y donde se iba a vender; al notar que era la segunda vez que pasaba por el mismo puesto de manzanas levantó la mirada para ubicarse y entonces su respiración se detuvo, su mente claramente le estaba jugando una broma.
Frente a él pero a lo que parecían kilómetros, estaba ella o eso creía, estaba muy seguro de que era ella por la reacción que su cuerpo estaba teniendo al verla, pero no parecía ella, su cabello era más claro, estaba casi rubia, un poco más largo de lo que alguna vez le había visto, vestía diferente pero en eso supuso que influía el clima, llevaba un suéter bordado color rosa y un jean de tiro alto, estaba escogiendo frutas con los dedos, tal vez no era ella sino una muy parecida; una versión citadina de ella, sin embargo sus dudas fueron resueltas cuando en un breve movimiento que hizo con su cabeza para cambiar de dirección vio sus ojos fijamente, ella no lo vio estaba seguro, en cambio el observó todo lo que necesitaba saber.Era ella, a metros suyos, en una plaza de mercado... Su cuerpo se congelo, le daba indicaciones a sus piernas de moverse pero estas no respondían, solo se quedó ahí lo que le parecieron horas observadola, escogía diferentes frutas, desde donde estaba no distinguía mucho pero la notaba muy seria mientras compraba, ella hablaba pero no podía entender nada, después de unos minutos la vio girar su cabeza hacía la izquierda y una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en su rostro, Santos siguió el camino de su mirada y vio a un hombre que se dirigía hacia ella con un niño pequeño en brazos, frunció el ceño confundido por lo que veía, el pequeño estiró los brazos hacia ella y empezó a subir su voz -eso si lo pudo escuchar- en segundos ella lo recibió con los brazos abiertos y lo acomodó a su costado mientras lo llenaba de besos en sus mejillas, Santos estaba en shock, observo como el hombre solo se puso al lado de ella y le acaricio levemente la espalda mientras ella se giraba para seguir con sus compras. Por alguna razón eso le incomodó a Santos, no entendía que estaba observando pero claramente había comodidad en la escena frente a él. Mientras trataba de salir de su estado de conmoción la vio pagar y moverse hacía la salida y entonces su cuerpo reaccionó finalmente.
-¡BARBARA!- gritó
Ella seguía caminando, ajena a los gritos
-BARBARA!,- Se movió tratando de acercarse- BARBARA!!- levantó más la voz esta vez.
Y ella giró, su mirada busco el lugar de donde provenía su nombre. Cuando sus ojos conectaron con los de él, Santos vio como se ponía absurdamente tensa, palideció como si hubiese visto un fantasma - tal vez eso era él para ella- en un abrir y cerrar de ojos vio a Barbara tomar de la mano al hombre que la acompañaba, jalandolo desesperadamente hacia la salida.
Santos corrió hacía ellos esquivando todos los puestos del mercado pero era mucha gente y en cuestión de segundos los perdió, ya no estaban, corrió hacía la salida con la esperanza de abordarla mientras dejaba la plaza pero fue muy tarde, no estaba por ninguna parte. Suspiró y se sentó en una banca frente a él, no podía creer nada de lo que había pasado hoy, no sabía si sería capaz de regresar a la reunión o si quiera a El Progreso después de lo que había visto, de lo único que estaba seguro es que necesitaba ver a Barbara nuevamente.
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[TU AMOR ES UN ABISMO]
FanfictionCuando Bárbara abandonó El Progreso lo hizo huyendo de su pasado, buscando la calma que tantos años de venganza le habían negado, sin embargo el destino la arrastrará nuevamente hacía ese pasado cuando Santos Luzardo la vea un día en un mercado de f...