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Al día siguiente, tu ventana estaba ligeramente abierta. Supuse que buscabas cerrarla, pero lo hiciste de manera descuidada y éste fue el resultado.

Te pude ver sentada en tu cama, con hematomas bastante fuertes en tu rostro y brazos, llorando mientras tratabas de curar tus heridas.

Aparté la mirada, sabiendo que si seguía viendo lloraría yo también.

Mi chica se ha roto.


calvin klein; j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora