Hyunjin es el cantante de una banda indie que jura amor eterno a su novio, Felix. Pero parece que siete años después, las cosas ya no son lo mismo.
Ahora Hyunjin tendrá que salvar a Felix de su oscuro destino.
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× Adaptación
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Felix abrió la nevera del pequeño apartamento y sacó unos cuantos ingredientes que le servirían para hacer la cena de esta noche. Destapó la olla que empezaba a hervir en el fuego y con una suave sonrisa sintió el delicioso olor. Hyunjin, sentado en una silla un poco más atrás, tenía la guitarra entre sus manos y tocaba notas aquí y allá sin un ritmo en específico, solo disfrutaba de la vista de su novio cocinando.
-Que rico huele- el mayor habló cerrando los ojos- de repente se me antoja la sopa de frijoles que tu preparas.
-¿En serio? -Felix se giró a verlo un momento, y luego volvió a concentrarse en lo que cocinaba.
-Me gustaría que la prepararas todos los días- el cantante se levantó de al silla, dejando la guitarra sobre esta y se acercó al más bajo.
-Te vas a aburrir de ella si lo hago.
-¿Aburrirme? Imposible -Hyunjin apoyó su mentón sobre el hombro del contrario mientras sus manos se deslizaban desde atrás, rodeándole la cintura y haciéndolo sobresaltar.
-Cuidado, está caliente- Felix lo regañó suavemente.
Hyunjin solo sonrió travieso y lo abrazó con más fuerza, comenzando a moverlo de un lado a otro, estrujándolo como si no pudiera evitarlo, y es que Felix siempre se veía tan adorable, le provocaba esa sensación de querer siempre apachurrarlo entre sus brazos.
-Hyung, no hagas eso, es peligroso -el menor trataba de seguir cocinando, pero ahora su pegajoso novio lo había empezado a llenar de besos sonoros por todo su rostro, orejas y cuello, y Felix se removía tratando de huir de ellos, soltando unos soniditos muy agudos por lo sensible que siempre era por esas zonas- yah, basta, Felix, ah...
Hyunjin estaba mirando la comida cocinarse en el fuego mientras recordaba aquello, hoy había amanecido extrañando la comida de Felix, aunque todos estos días había estado comiendo en restaurantes lujosos, su pequeño novio tenía una rica sazón, sobretodo con su sopa favorita de frijoles.
-¿Él estará bien? Han pasado varios días... -susurró pensativo, su mirada se perdió un momento en el ramen hirviendo, hasta que reaccionó y negó con la cabeza; que importaba, Felix ni siquiera se daba cuenta que el día se estaba repitiendo.
Ya en la tarde, después de firmar el contrato y escuchar a Seungmin hablar un poco, salió de la empresa dispuesto a tomar algo de aire, ¿cómo les estaría yendo a los chicos? Llevaba muchos días sin saber de ellos... Sin embargo no fue a visitarlos.
Al siguiente día repitió su rutina, fue a las apuestas y esta vez, en medio del juego, se levantó aburrido de todo. Caminó calle abajo, deteniéndose frente a una anciana que vendía frutas en la calle con una pequeña niña que coloreaba un libro sentada a su lado, en el suelo. Se veían tan pobres que Hyunjin simplemente se quitó el morral donde siempre cargaba el dinero y se lo entregó a la viejita.
-Tome esto, yo ya tengo demasiado -le explicó sonriendo, luego se agachó para acariciarle los cabellos a la niña, y se marchó de allí sin decir nada más.
