Capítulo 4: Un CEO problemático

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PUNTO DE VISTA DE JAN

Luke, que se desempeñaba como en administrador de la sociedad que conformaba el Grupo Lennox, convocó a una junta de accionistas y, una semana más tarde, aquí estábamos.

Llegué junto a Penny, mi secretaria, y mis dos escoltas, Derek y Milly, con quienes me desplazaba en los momentos importantes.

El chofer fue a aparcar el auto, y unos empleados designados para el protocolo nos guiaron al interior de esta gran instalación.

El edificio administrativo del Grupo Lennox era muy vistoso y bonito, no voy a negarlo; tenía trece plantas, y formas abstractas, mucho vidrio y mármol por todas partes. Era la primera vez que pisaba este suelo en mucho tiempo, la última vez fue cuando vine a recoger las cosas de Erik de su oficina después de su muerte.

Pasamos al vestíbulo, y al mirar alrededor me llené de nostalgia; sin embargo, respiré hondo, enterré mis emociones y seguí adelante.

Subimos por el ascensor hasta el piso donde estaba la sala en la que se llevaría a cabo la dichosa junta.

El timbre del ascensor dio la llegada y bajamos, y enseguida me encontré con Wil, cuya cara palideció al verme, y vino directo a mí.

—Jan, perdona mi pregunta, pero... ¿qué haces aquí?

Él se veía de verdad confundido, lo que me lleno de complacencia. Manteniendo mi porte sereno, contesté:

—Quise venir a ver si esa mujer de verdad vendrá a tomar posesión de este lugar.

Mi voz fue un tanto despectiva, pero es que así se suponía que fuese, y vi la calma bañar sus ojos aunque, en el fondo sus dudas e inquietud aún me eran fácilmente apreciables.

—Pero, esta asamblea solo permite la entrada a accionistas que cuenten con representación considerable, no puedes venir así como así.

—Bueno, no hay ningún problema, ya que lo soy desde hace un par de años; pero, como bien sabes, he estado muy ocupado con negocios en el extranjero, así que siempre enviaba a un representante —hablé de lo más casual.

La confusión de su azulino mirar desapareció apenas y, cuando quiso decirme algo, sus padres aparecieron en el panorama.

Los señores Lennox eran los fundadores de esta compañía. Ellos se habían retirado hacía unos años ya, primero dejando la empresa en manos de Erik y, tras su muerte, en las de Wil, su primogénito; no obstante, al conservar un alto porcentaje de representación en acciones, su presencia no me era nada inesperada.

Ahora, la persona que todos esperaban y deseaban ver todavía no llegaba.

Miré alrededor y resoplé. Valió la pena haberles comprado a mis padres sus acciones de este lugar, un 4% en ese entonces, y trabajar por lo bajo los tres últimos años, comprando acciones en secreto, hasta poseer un poco más del 8% de la representación total que, en términos de dinero, no eran minucias.

Por supuesto, no era tan genial como el 10% de Wil, o el 47% que ahora tenía esa tal Trish Edevane, pero se ajustaba a mis requerimientos y necesidades.

Me dirigí con calma a la sala de juntas y saludé a varios conocidos. La empresa de mi familia se dedicaba en parte a la fabricación de armazones, carcasas y componentes electrónicos que distribuíamos a nivel mundial, lo que me dio la posibilidad de esparcir grandes lazos empresariales. De hecho, éramos proveedores de algunas de las firmas de los Lennox, aunque fuimos un poco relegados desde que Wil tomó las riendas del negocio.

Luke llegó. Su papel como administrador de la sociedad se mantuvo todos estos años por la confianza que Michael le guardaba, y el hecho de que era quien resguardaba las propiedades del socio mayoritario. Hoy vestía de punta en blanco, y llevaba en la mano un maletín negro.

Él también saludó a todos y se puso a conversar.

Tirando la vista alrededor, me sorprendió no ver a Abby, quien quizás estaba tan enloquecida por el curso de las cosas que Wil la dejó encerrada en casa... Quién sabe.

Tan solo unos minutos después, Trish llegó y... ¿cómo no voltear a verla?

Su cabello rubio se bamboleaba con gracia por su contoneo; hoy vestía una falda de lápiz con estampado de lunares, y una blusa azul con tacones tan rojos como su labial. Y no venía sola; a su lado, un varón pelinegro de rasgos asiáticos la acompañaba, ambos charlaban entre sí con mucha calma y, en el momento en el que entraron en la sala, el silencio reinó.

La mayoría tomó asiento, y Luke fue hacia ella y hablaron por un par de minutos, antes de que él diera inicio a la reunión.

—El único punto en la agenda de hoy es presentar de forma oficial a la nueva accionista mayoritaria del Grupo Lennox, a quien también se propone para desempeñar el papel de CEO, la señorita Trish Edevane —anunció el abogado tras los saludos protocolares.

Ella se levantó y, mientras lo hacía, el chico que la acompañaba comenzó a dejar una carpeta frente a cada uno de los que estábamos sentados a la mesa, unas nueve personas.

Tome la mía de inmediato, y lo que descubrí fue la hoja de vida de Trish Edevane.

—Vaya... —musité sin querer.

Trish Edevane era una estadounidense que estudió un MBA en Londres, y que trabajó allí y en Corea en cargos estratégicos y de consultoría en empresas del ramo tecnológico. Hablaba cuatro idiomas, además del inglés, y tenía una especialidad en IT (tecnologías de la información), todo con unos sorprendentes treinta y cinco años.

No aparentaba treinta y cinco, no con ese cuerpo.

Me reí para mis adentro por mi atrevimiento y resoplé. Vi a los demás, y sus asentimientos me dieron aún más risa.

—Es un placer conocerlos, yo soy Trish Edevane. Estoy aquí siguiendo los deseos de su antiguo Presidente, Erik Lennox, quien me encomendó esta empresa para llevarla a donde debería estar.

La voz de Trish resonó con firmeza, y no pude evitar olvidar todo y verla solo a ella. Y lo mismo pasó con los demás.

—El señor Erik y yo fuimos compañeros de negocios en el pasado, y poseemos líneas estratégicas similares, por lo que él pensó que yo sería la persona más adecuada para hacerme cargo de esta corporación, y de continuar con los planes que tenía a favor del crecimiento del negocio.

Ella siguió hablando, era una especie de presentación a la que nadie faltó. El muchacho asiático se detuvo a su lado tras repartir todas las carpetas y, cuando volteé a mirar a los Lennox, pude ver la frustración en los ojos de Wil.

Era obvio. Erik le había pedido a esta extraña que, básicamente, le quitara el puesto.

—Así pues, el siguiente punto es la postulación de la señorita Edevane como nuevo CEO de la empresa.

»El convenio de esta sociedad establece que el CEO de la empresa debe ser elegido, al menos, con la mitad más uno de los votos. La señorita Edevane ahora es acreedora del 47% de la participación de este Grupo.

»Por la premura y los plazos, una negociación extensa es impensable, por lo que la señorita Edevane adjuntó en su documentación una breve descripción de los planes iniciales para esta sociedad, y decidió someterse al buen juicio de cada uno de los presentes.

Todos ojearon de nuevo la carpeta, pero yo me quedé viendo a Wil y a Michael tras las palabras de Luke. Los dos se sorprendieron mucho, así que decidí echarle leña al fuego, y solté con voz firme y alta:

—Voto a favor de que la señorita Trish Edevane sea la nueva CEO de esta empresa.

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2022 ⏰

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