Carta al Lector

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El ensayo que has leído si es que llegaste hasta aquí nace de una propuesta para una ponencia que fue rechazada en un coloquio estudiantil por haber sido condensada en seis cuartillas que no fueron suficientes para abordar el tema como se debía, como tampoco parecen haber sido suficientes ahora; querido lector, lo que no pretendo aquí es juzgar tus hábitos, sino simple y llanamente difundir para ti la información aquí contenida, bajo la consideración de que las ideas que he buscado desarrollar valen la pena y merecen ser leídas, escuchadas y difundidas, presuponiendo que análisis como el aquí desarrollado se necesitan hoy más que nunca y con urgencia, razón por la cual otorgo éste breve ensayo de forma gratuita esperando que la mayor cantidad de personas lo lea y se ponga a pensar; no quiero caer en el cliché de “apaga tu celular y sal a vivir”, pero ¿no sería bueno? al menos debería emplearse el tiempo en mejores cosas que porno y memes, pero eso es pura opinión. Ésta carta es un breve llamado de ayuda, es una petición: yo soy un pesimista declarado, es mi pesimismo el que me ha llevado a escribir esto, un pesimismo filosófico que nada tiene que ver con estar triste o considerar todo perdido, yo hablo del pesimismo que vive en todo ser humano en toda época, el pesimismo de la inconformidad que señala las injusticias, todas las diversas fuentes de nuestros sufrimientos, y nos lleva a pensarlas, cuestionarlas en un análisis crítico, y finalmente a actuar conforme a la necesidad de reducir el sufrimiento en la constitución de una vida soportable en la medida de lo posible, ¿y de qué depende lo posible en éstos casos sino de la cantidad de personas dispuestas a actuar para suprimir las fuentes colectivas del sufrimiento y mejorar las vidas de tantos como se pueda? Querido lector, éste sólo pretende ser un primer paso, tras todo lo dicho todo queda por resolverse, y mi pretensión, con esto, es hacer un análisis crítico de la infoesfera en todos sus ámbitos, no únicamente en el aquí tratado, y que ni siquiera ha podido ser, a mi juicio, definitivamente tratado. Yo no puedo solo, y para eso te necesito a ti. Mi actual novio (cuyo nombre no menciono por paranoia, “no vaya a ser que”), al leer el primer esbozo de éste ensayo (el que fue rechazado) me manifestó su interés en extrapolar mi análisis de las no-personas a los directos en Twitch, pues las no-personas están en toda la infoesfera representando todo tipo de actividades en no-situaciones y no sólo en el porno; yo no puedo hacerlo, pues nunca fui consumidor activo del contenido de ésta o plataformas similares, sin embargo, a partir de lo aquí leído lo que más puede hacerse es problematizar a través del cuestionamiento. Mi llamado es a hacer preguntas, si ya hemos visto lo que ocurre al consumir porno y las consecuencias, individuales como sociales a grandes rasgos, que esto tiene: ¿qué pasa cuando consumimos no-personas en instagram y cómo nos volvemos no-personas que son consumidas ahí al informatizarnos en fotos, historias y demás?, ¿qué pasa cuando consumimos no personas en Youtube, qué tan íntimo es nuestro desalejamiento al seguir de forma persistente el contenido de un determinado youtuber, qué nos lleva a hacerlo y cómo es que esto afecta el imperativo de influencer?, ¿cuáles son las consecuencias para las obras artísticas cuando éstas se informatizan y se consumen como no-cosas en Pinterest, Spotify o Netflix y similares?, ¿por qué Twitter es una red tan conflictiva y cuál es el modo específico en el que se relacionan las no-personas en los hilos, opinando día a día sobre las tendencias cambiantes? O incluso ¿qué ocurre al utilizar redes de mensajería como Messenger, Telegram o Whatsapp en nuestro día a día, qué tanto influye en nuestras relaciones con personas reales de carne y hueso la interacción que tenemos entre nosotros informatizados como no-personas a través de la pantalla y de qué manera?, y ¿qué tan significativas son las relaciones que tenemos exclusivamente con no-personas en el chat a las que no conocemos offline, que carecen de referente tangible al cual recurrir en el mundo de las cosas? Y éstas son sólo algunas preguntas que se me vienen a la mente en un intento por problematizar nuestro segundo mundo. Yo no puedo solo, pero podemos juntos si nos dividimos los temas, podemos desarrollar un acercamiento filosófico a la problemática de la infoesfera y todos sus diversos ámbitos en el desarrollo de lo que, siguiendo la tradición heideggeriana y en contraste con su análisis de “la mundanidad del mundo” (Heidegger, 2021) llamaría analítica de la digitalidad y la digitalidad circundante o circundigitalidad. Aquí el objetivo es hacernos dudar, pensar, sabiendo que dos cerebros, aunque no necesariamente mejor, sí piensan más que uno solo, y si lo hacen mucho, tal vez puedan pensar bien, y mejor mientras más cerebros se unan a nuestra encrucijada. 

Para ello, y como buen Narciso que se lamenta bajo el imperativo de influencer, te dejo medios a través de los que puedas contactarme en la infoesfera o seguir mi trabajo: 

Correo electrónico: rubennessim@gmail.com

Instagram: ruben_nessim 

Podcast: Tu Pesimista Con-Sentido (Spotify)

También te recomiendo, si te pareció valioso éste texto, ver mi ponencia en la Sociedad Iberoamericana de Estudios sobre Pesimismo (SIEP), que se encuentra en en el canal de Youtube Pessimist Society y en la página de Facebook de la sociedad, con el nombre Hacia un Pesimismo Materialista, de éste modo entrarás más en contacto con mis ideas, y si deseas profundizar más, puedes adquirir mi libro, El Absurdo Nihilista, a través de Amazon Kindle, en éste podrás entender las raíces que han dado lugar a mi filosofía actual. 











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