small things you do // minsung

is you

"cause all of the small things that you do are what remind me why i fell for you"

— Hannie.— habló Minho, canturreando la última vocal.

— Hola, cariño. Ya salimos, estoy yendo para allá.

— Vale. Por cierto, ¿no tendrás ganas de salir a comer afuera? La noche está muy linda.

— Me agrada la idea. Si quieres puedes ir saliendo, ya estoy cerca.

— Voy.— Con esa última palabra, finalizó la llamada.

Tomó su billetera, llaves, celular y la cajita con el anillo, arregló su cabello frente al espejo a un lado de la puerta y suspiró, susurrándose un "tu puedes", apretando sus mejillas con sus manos, justo antes de salir de su casa.

Cuando terminó de pasar por el pequeño camino en la entrada, la blanca camioneta de ambos acababa de llegar.

Jisung bajó la ventanilla del copiloto para que Minho pudiese verlo, y le sonrió. Minho se quedó en su lugar, mirándolo con gracia y brazos cruzados.

— Hola, precioso.

— Buenas noches, señor.— Minho le siguió el juego y agudizó su voz al decir aquello, para darle más esencia al papel que había comenzado a seguir.

— ¿Qué hace un señorito tan lindo como usted caminando por las calles a esta hora? — Dijo Han sonriendo grandemente, aguantando las ganas de reír.

— Me perdí, ¿me puede llevar? Parece un buen hombre.

— Con todo gusto, bonito. Sube, la pasarás muy bien conmigo.— Guiñó un ojo para añadirle más gracia a su acto, pero terminó explotando en carcajadas antes de poder decir las últimas palabras.

Minho rió de igual manera, acercándose para abrir la puerta del copiloto y subirse.

— Hola, amor.— Habló Jisung cuando Minho cerró la puerta, acercándose mientras hacía boca de patito, pero al aún no haberse recuperado totalmente, volvió a reír con fuerza, apoyando su frente en el hombro del mayor.

Sus carcajadas terminaron contagiando al pelinegro, que ya había olvidado completamente los nervios que antes lo estaban volviendo loco.

Han se separó, mirando hacia el frente mientras realizaba una respiración profunda y Minho lo observaba sonriente.

— Ahora sí.— justo luego de aquellas palabras, Jisung se acercó y unió sus labios con los de Lee, a pesar de que ambos aún sonreían con grandeza y calma.— ¿A dónde vamos?

Minho aportó la idea de dirigirse a algún tipo de restaurante o cafetería calmada; era de noche y un lugar con demasiado ruido no era precisamente el ambiente favorito de ninguno de los dos chicos, por lo que el menor estuvo rápidamente de acuerdo y colocó marcha hacia uno de los mejores lugares que conocía cerca de su hogar.

El corto camino fue acompañado por sus canciones favoritas reproduciéndose, junto a ambas ventanas delanteras abiertas y las fuertes voces de los dos chicos que cantaban las letras a gritos.

Muy a su conveniencia, vivían en un lugar localizado a algunos minutos de una playa pública, pero no muy constantemente iban a ella. El restaurante al que se habían dirigido era su favorito por el simple hecho de tener una vista directa al mar, al que sin problemas podían ir. No muchas personas se acercaban allí en la noche, excepto por ellos dos y su grupo de amigos que una que otra vez planificaban una salida a aquel sitio, pero por esa razón era tan especial; no había nada que se comparara al relajante y precioso sonido de las olas rompiendo junto a los deliciosos platillos ofrecidos y nada más que la presencia de sus personas favoritas.