09

176 16 4
                                    


Las llamadas y mensajes de Harim interrumpían el momento y Yolka trataba como sea tener la atención de Andra quien entre caricias en su cabello contestaba los mensajes explicando que no iba a dormir en casa.

— Andra...

— está bien señor Yolka, solo voy a terminar de explicar que no voy a ir a casa.

El alfa asiente mientras se acurruca abrazando a su compañero mientras trata de oler esa pequeña fragancia que emana de su cuello. Tan cálida como un cachorro.
Sus manos se deslizan un poco a arriba tratando de conocer el camino a sus pezones, aún sobre la tela de la camisa puede sentir como su abdomen se contrae y su respiración es pausada y agitada.

Saber que se quedará esa noche con él lo hace feliz, siente que está aceptando una parte de su cortejo.

No necesita sexo, los supresores y pastillas le ayudan a mantener la racionalidad pero aún necesita saciar esa necesidad emocional de compañía. Andra le a ofrecido su cuello, no quiero morderlo por ahora, solo se dedica a buscar una afirmación para poder besarlo en esa zona tan íntima y poder sentir el sabor de su piel.

Cuándo Andra deja su celular se gira para poder proporcionar mimos al alfa quien gustoso, Yolka no duda en aprovechar esa cercanía para cubrirlo con su aroma natural y sentir la sensación de sus cuerpos rosando sobre la tela.

— bien Andra, eres lo máximo — se dice mentalmente con sarcasmo — ahora no tienes escapatoria.

Aún así el beta está sorprendido por la actitud de su jefe, es como si tratará de mantener su racionalidad para no dañarlo. Es extraño ese comportamiento ya que todos los alfas que salieron con él solían usarlo a su antojó cuando llegaba un celo.

Usando su cuerpo y penetrándola sin la preparación adecuada causándole desgarros y fisuras en ambas partes. Las que más dolían eran en la parte donde se volvía un anómalo; dolía como la mierda a pesar de su insensibilidad corporal. No quería imaginar cómo sería si no tuviera esa bendición por así decirlo.

El peso extra lo saca de su ruidosa mente para concentrarse en el dueño de ese peso quien parece un cachorro buscando atención. La forma en que lo abraza y como acomoda su cabeza a un lado para escuchar el latido de su corazón y luego frotarse como aprobado el sonido de sus latidos acelerados por la impresión de sus actos...todo eso...le confunden.

Su mente tenía claro que los alfa en celo solo buscaban sexo y placer, cegados por el instinto de apareamiento y buscar dominancia sobre su pareja. ¿Entonces porqué Yolka lo trata de esa forma?
Se había preparado mentalmente para que tuvieran sexo y lo usarán a más no poder con tal de que el celo inestable termine lo más pronto posible y evitar que eso genere alguna pelea o la violación de un omega.

Yolka sigue buscando atención, da besos y caricias tratando de demostrar que es un alfa calmado aunque por dentro aún tiene el deseo de hacer aquel cuerpo ajeno un desastre y hacer que este sucio por sus fluidos. La imagen de Andra totalmente desnudo y cubierto de semen mientras sigue chupándole el pene hace que su erección se vuelva más descarada mostrando sus verdaderas intenciones y aún así trata de mantenerse a raya para no destruir ese avance que tiene con Andra. Muy pronto para dar ese paso.

El alfa sube su cabeza dejando ver su sonrojó y sus pupilas dilatadas, el beta traga sus saliva de forma sonora por el miedo y la sorpresa cuando el alfa se acerca a su rostro de forma lenta.

¡¡¡Va a pasar!!!

Grita su mente esperando a que el alfa pierda el control sobre su cuerpo y racionalidad. Cierra los ojos esperando a que pase lo obvio.

Mire señor betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora