Con un corazón al lado

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No debió haberla invitado a comer a esa hora.


Cuando salieron del metro, dos estaciones más allá, la rubia le pasó los cinco mil que le saldrían la tintorería, y él no iba a pedir una polera nueva ni mucho más qué lo que le había dado, si tan barsa no era.


Y después, un poco cohibido, limpió su garganta. Ella lo miró con cara rara, como si estuviera esperando a que él fuera valiente y lo dijera.


-¿Quieres comer algo? Yo invito.- La pronunciación le salió muy perfecta, marcó la 's' y con eso se le marcó también el nerviosismo.


Ahora que la veía mejor, no con todo el olor a sobaco y la luz artificial del metro, podía decir que realmente era linda. Tenía los ojos claritos, el pelo rubio, y era pequeña, debía medir un metro y cincuenta, máximo. Se le vislumbraban tatuajes cuando movía las manos y las mangas se le deslizaban por las muñecas, ahí, llamativos y coloridos.


Debía ser de una de estas mujeres que eran tan populares hoy en día, más de un millón de seguidores en instagram y él ¿Quién era él?


No debió haberla invitado a comer, se sentía intimidado.


-Ya po- Respondió ella, la voz le salió finita y melódica. Pero seguro que eran puros rollos que se estaba pasando, porque se había flechado a primera vista, y ella no era tan perfecta como su mente la estaba armando en esos momentos.


Le sonrió, no esperaba que accediera, eso ¿Podía considerarse como un triunfo? Sí, él no era feo tampoco, incluso podía considerarse un hombre ligeramente atractivo.


Es una ganada, demás que sí.


Con esa frase de auto-apoyo estaba todo decidido.


-¿Qué te gustaría comer? Cerca tenemos un Pedro,Juan&Diego que abrió hace poco, o si prefieres ir al Starbucks, o a comer sushi, no sé, dime- Iba enumerando con los dedos de la mano derecha los locales de comida. De pronto sintió vergüenza ¿Era un crío para estar así, contando con los dedos?

Ella se rió, no una carcajada fuerte, más como una risa que quería salir pero que se le atrapaba entre los labios.


-Eh, el Pedro,Juan&Diego me gusta- Y es lo único que conozco. No quería ir a locales caros con un completo desconocido, no saber qué pedir o no saber usar los palillos y quedar como ignorante, o tonta.


Caminaron dos cuadras manteniendo una conversación amena sobre el clima, como el invierno estaba cada vez helando más y que las clases las suspendían a cada rato por las lluvias. Pero Colomba no estudiaba, y él era universitario y las clases no se le suspendían aunque hubiera terremotos, pero ninguno dijo nada sobre eso.


-Me llamo Matías, por cierto.- Cuando se dio cuenta que no sabía como se llamaba la niña, pensó que presentarse primero le daría paso a que ella igual pudiera decir su nombre.


-Colomba, me puedes decir Colo.-


-Pero soy de la U.-


-Ah, mal ahí.-


Y los dos se rieron, porque a ninguno le importaba mucho.


»


El local no era la gran cosa, igual que todas las sucursales departamentales de comida rápida, solo que estaba todo limpio y nuevo.


-Quiero una doble gigante, una Pedro, y un batido de frutilla.- El de caja tomó la orden, Matías estaba atrás de ella, mirándola con una ceja alzada pero sin pronunciar palabra alguna ¿Podía alguien tan pequeña comer tanto?


Si supiera que era su primera comida del día, a las siete de la tarde, y que estaba muerta de hambre.


-Yo quiero una gringa, con una pepsi.- Colomba se dio media vuelta cuando escuchó gringa, y estuvo apunto de decirle que le decían gringuita, pero ¿No era eso muy de ella?


Muy de su población.


No dijo nada.


Se sentaron en una mesa vacía al lado de un ventanal con anuncios publicitarios, los dos comían manchándose las manos con los aderezos.


-Y ¿Qué estudias?- Esa pregunta la tomó por sorpresa. No quería decirle que no estudiaba nada, le daba un poco de vergüenza, porque él se veía tan buen niño, de buena casa, y le había parecido bonito ¿Le pediría el número igual si le decía que trabajaba part-time y era mechera en sus ratos libres? No, seguro que no.


-Agronomía en la Mayor ¿Y tú?- Mintió a medias, porque tenía como plan estudiar en la Universidad Mayor, agronomía.


-Leyes en la Chile.- Dijo él, y eso era sorprendente.


»


Cuando terminaron de comer e iban saliendo, ella estuvo apunto de irse a tomar el bus que la dejaba cerca de su población, pero él le tomó la mano en un impulso.


¿Qué se siente tocar al amor de tu vida cuando aún no la amas?


Fue como un preludio, como se siente el aire de calmo antes de la tormenta.


Ella frenó y lo quedó mirando, directo a los ojos, y él se puso rojo pero no desvió la mirada. Todo era tan intenso, no como las otras veces que salía con mujeres y un beso en la mejilla era tan frío como un apretón de manos.


Podía sentirla en sus labios sin tener que besarla.


-¿M-me das tu número?- Tartamudeó un poco y sacó su celular, mirándola con ojos de cachorro, un bajo método para que ella no pudiera decir que no.


-65457xxxx, puedes guardarme como Colo.-


-Con un corazón al lado.-


Se volvieron a reír los dos.


»


Amor a primera vista :3 espero que dejen sus comentarios o votos or something(? en los capítulos que siguen a esto se desarrollará su 'romance' de una manera particular, los pequeños detalles que llegan a formar, realmente, una relación.


Besos y abrazos ~

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