Después de todo el alboroto que había pasado, esos días pasaron con relativa calma aunque Boss noto la distancia que el novato ponía e inventaba cualquier cosa para no tener una charla juntos
Supuso que solo debía darle tiempo, pero los días pasaron y nada..
Se dedico a cuidarlo en silencio, en estos momentos Eugene estaba jugando con ese otro humano, Luke, ambos jugaban a usar las sillas de ruedas como si fueran autos de carreras, se sintió un poco mal, no entendía porque sentía malestar cuando veía al chico pálido junto al moreno riendo por tonterías
-Charlie de verdad debes irte?
Pregunto el de gafas mientras puso una mueca de tristeza, sin embargo el fantasma de las tijeras revolvió su cabello para darle una sonrisa confiada
-no te preocupes niño, volveré, por lo pronto tú tienes mucho que aclarar
Con su mirada indico discretamente a Boss y a Luke y paso a un lado del espíritu oscuro para susurrarle algo
-si no actúas rápido temo que lo perderás, aparte me voy feliz sabiendo que yo robe su primer beso~
Antes de recibir un abanico sobre su cabeza, se fue volando rápido tras Joan para pedirle que le devolviera al bastón para terminar de cumplir su condena
Boss frunció el ceño, no entendía a que se refería Charlie, pero quería enfocarse en la recuperación de su novato
Sin que nadie lo notara River decidió irse sin hacer ningún ruido, necesitaba saber qué demonios sucedió? Ósea todo iba bien hasta que..
Hasta que.. El novato le dio una carta a Boss..
Esa carta.. Debía tener algo importante para que Eugene casi terminara muerto..Sin mayores miramientos salió de inmediato a la oficina a buscar dicha carta
Por su parte los fantasmas de la oficina pusieron turnos para cuidar de ambos humanos, dado que ambos habían logrado cruzar el umbral entre la vida y la muerte, sus cuerpos y almas estaban en un delicado equilibrio, serian victima fácil para cualquier espíritu corrompido
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Una ultima maldad~
FanficLos de la oficina del inframundo no mentían cuando le dijeron a Eugene que las maldades acumulan oscuridad a un alma hasta opacar su brillante luz nadie estaba exento de acumular maldades, ni siquiera el jefe estaba exento y lo que parecía una peq...