El ambiente era apasionado, Boss tuvo que llevarse a Eugene a un edificio abandonado, no era su mejor opción para tener su primera vez pero tampoco podían darse el lujo de ser descubiertos
Las ropas estaban regadas por el camino, el menor era el mas emocionado y besaba descaradamente a su jefe, pero este tampoco se quedaba atrás, recostó a su lirio para poder besar su cuello y morder sus hombros, el deseo los desbordaba, deseando marcar todo del cuerpo del otro
Luke despertó en el cuarto solo para notar que estaba solo, fue a buscar a Eugene por todas partes pero no lo encontraba por lo que tuvo que recurrir a los fantasmas de la oficina del inframundo, pregunto uno por uno y todos le dijeron que Eugene no estaba y que Boss tampoco
-.....
totalmente desanimado Luke regreso al cuarto donde estaba su cuerpo y se sentó en la orilla empezando a derramar lagrimas
-y-ya veo cual fue tu respuesta a mi declaración.. Mi lirio.. Si hubieras aceptado mis sentimientos estarías dormido a mi lado..
El moreno intento no hacer un alboroto para no llamar la atención pero no podía evitar reprimir sus llantos
Boss estaba concentrado chupando los pezones de Eugene, adoraba los juegos previos al sexo y sacarle gemidos al menor
-mnhh~ B-Boss~ n-no juegues con mi aahh~ cuerpo~
-juego con tu alma cariño~
Boss no podía estar mas complacido al ver ese delicado cuerpo lleno de chupones y marcas
-eres mío~ que jamás se te olvide~
-Aaahh~ s-si soy tuyo~
Ambos sabían que lo que hacían era incorrecto pero no les importo, al jefe nunca se le dio el placer de estar con alguien de forma tan intima mientras que para Eugene todo era nuevo, cada caricia y cada beso, se preguntaba como habían llegado tan lejos pero no tuvo tiempo a procesar todo cuando sintió como una mano lo tocaba sobre sus boxers y acariciaba subiendo y bajando
ESTÁS LEYENDO
Una ultima maldad~
Fiksi PenggemarLos de la oficina del inframundo no mentían cuando le dijeron a Eugene que las maldades acumulan oscuridad a un alma hasta opacar su brillante luz nadie estaba exento de acumular maldades, ni siquiera el jefe estaba exento y lo que parecía una peq...