Not Enough 「 Blue Lock 」

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No existe nadie mejor que Kaiser, había un gran debate entre los fans del fútbol sobre quien es mejor entre Kaiser, Loki y todos los otros de los once de la nueva generación del mundo pero por más buenos que fueran Sae o Loki a los ojos de Isagi el mejor era y siempre sería Kaiser.

No siempre había aceptado esto incluso si hasta cierto punto hace mucho que tenía conocimiento al respecto, durante mucho tiempo pensó que quizás incluso él podría superarlo y lo intentó con todo lo que tenía, estuvo muy cerca, sin embargo falló, no era más que una fantasía, no fue capaz de superarlo o ponerse a la par incluso si mejoró muchísimo en el intento, no le tomó mucho tiempo darse cuenta de lo increíble que era Kaiser pero si que le tomó tiempo saber hasta que punto.

Pero él lo había sabido desde el principio ¿No? Desde el primer momento Michael Kaiser había sabido que tenían que estar juntos, había viajado de un continente a otro solamente por él, no cualquiera haría eso por una persona a la que no conoce de nada, muchos ni siquiera lo harían por una persona a la que juran amar, eso decía muchísimo sobre el alemán y también sobre el japonés quien tardó un tiempo en ver lo que él veía, siempre había sido así, siempre había tardado un tiempo para cosas para las que aquel rubio solamente necesitaba un momento.

Pero ahora Isagi no podía hacer más que recostarse mirando la pared blanca de su departamento, estudiando esta con aparente atención como si no la hubiera estado mirando seguido durante los últimos años, como si no hubiera tenido millones de otras oportunidades para estudiarla, como si no fuera una simple pared blanca sin absolutamente nada de especial.

Si llamara a Kaiser, a Michael, ahora mismo ¿Este realmente lo dejaría escuchar su voz? Ni siquiera tenía su número, había pasado tanto tiempo, tanto tiempo desde la última vez que sus palabras habían estado dirigidas hacia él, probablemente habría olvidado su voz para esas alturas si no fuera por las numerosas entrevistas dadas por Kaiser que se podían encontrar en Internet, Yoichi jamás en su vida lo admitiría pero había visto varias, más de las que podría admitir sin demostrar alguna clase de interés por él.

Kaiser había hecho tanto por él incluso si lo había tratado como si fuera un personaje secundario, un payaso, lo había hecho creer que si lo copiaba, si competía contra el, entonces iba a ser capaz de superarlo, fue bastante inteligente de su parte controlarlo de esa manera, molestarlo y ganarse su corazón al mismo tiempo, hacerlo odiarlo y amarlo todo a la vez, quizás solo se había burlado de él, de hecho casi podía jurar que efectivamente se estuvo burlando de él durante todo el tiempo que estuvieron juntos, sin embargo de todas maneras no había podido evitar amarlo tanto como lo odiaba.

Lo odiaba, lo odió todo el tiempo que estuvieron juntos, cada instante en el que respiraron el mismo aire, cuando sus ojos se encontraban, cuando peleaban por el balón durante un partido, cuando entrenaban, cuando él le sonreía, cuando las manos de Kaiser se posaban sobre su cuerpo y lo maniobraban de forma experta persiguiendo el placer propio pero causando el de Isagi a la vez, cuando sus labios se encontraban con los labios o con la piel del de cabello oscuro, cuando el ambiente se ponía muy caliente y todo lo que querían era pegar sus cuerpos hasta fusionarse en cuerpo y alma, en todos esos instantes estaba totalmente seguro de que su sangre ardía en odio, sin embargo también lo amaba, la manera en que su corazón latía, en que sentía mariposas en su estómago, en que no podía tener suficiente de él, todo le decía que también lo amaba por más que no quisiera amarlo.

Quien diría que iban a terminar así, viviendo en el mismo país pero sin haber intercambiado una sola palabra en tanto tiempo.

Al final Isagi no había dado la talla, al menos eso era lo que pensaba y lo que podía deducir, si hubiera dado la talla, si hubiera podido estar a la par de Kaiser, si hubiera hecho que su viaje hasta Japón valiera la pena entonces este todavía seguiría sobre él como en el momento en que se conocieron, todavía estaría desafiandolo, insultandolo, burlándose de él, si hubiera sido suficiente entonces probablemente Kaiser estaría ahí en ese instante, probablemente acorralandolo contra la pared y obligandolo a usar sus piernas para sostenerse a su cintura, apretando los cuerpos de ambos juntos y hablándole al oído, diciéndole palabras sucias a Isagi, llamándolo un necesitado y un caliente, afirmando que el japonés necesita su miembro dentro de él, causando la producción de distintos sonidos obscenos de parte de el más bajo, diciéndole que lo iba a dominar tal y como lo dominaba en la cancha, que debía rendirse ante él, obedecerlo y alabarlo como su rey, entonces sabía que iba llamar a Isagi un chico malo y castigarlo por ser demasiado rebelde.

Pero nada de esto estaba pasando en ese momento, Isagi seguía solo en su departamento mirando la pared y era por esto que daba por hecho que no había sido suficiente para hacer que el viaje de Kaiser valiera la pena, no es que Kaiser se lo hubiera dicho directamente o que tuviera evidencias al respecto, no le había dado ninguna razón para creerlo, ninguna más que el hecho de que ya no había contacto entre ellos y no comprendía cual otro motivo podría existir para eso, por eso pensaba que no había sido suficiente.

Así que no podía culparlo si quería enterrarlo en su memoria, no era el hombre que se suponía que fuera, solo esperaba que quizás cuando Kaiser recordara su estadía en Japón si lo mencionaba entonces dijera lo que vio en él y no lo que resultó ser.

Pensar en eso lo hacía sentir como si algo ardiera dentro de él, algo que evitaba que se cayera a pedazos, le dolía, lo destrozaba en cierto sentido, sin embargo por más que Kaiser no lo supiera era ese dolor el que le impedía caerse a pedazos.

¿Qué estaría haciendo? Difícil saberlo, solamente se enteraba de él cuando tenía algún partido o alguna clase de evento que incluyera estar bajo el ojo público, solamente podía adivinar, probablemente estaba entrenando, más de lo que él estaba haciendo, mejor que solamente quedarse como estúpido pensando en alguien con quien nunca tuvo nada formal como él estaba haciendo ahora mismo.

Alguna vez había hablado con Yukimiya, quizás no era un gran amigo de este por decir poco pero igual habían mantenido el contacto, Yukimiya le había dicho que había escuchado a Ness y Kaiser hablando sobre él y a Ness decir que debería olvidarse de Isagi pero al parecer el japonés más alto no había escuchado más, era difícil de saber a qué se refería o por qué Kaiser necesitaría olvidarse de Isagi si de cualquier manera no había vuelto a hablarle, no era Isagi quien había roto lo que sea que tenían, era Kaiser.

Tomó su teléfono, a la mierda todo, iba a buscar a quien pudiera pedirle el número de teléfono de Kaiser, quizás solamente iba a quedar en ridículo pero iba a hablar con él, averiguar qué carajos fue lo que sucedió para cortar el contacto entre ellos, obviamente no iba a preguntar si de verdad no llenó sus expectativas, solamente iba a intentar comunicarse con él y a ver qué salía.

Overshadowed by sweetness 「 Scenarios & One-shots 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora