THE LONELIEST (Extended) 「 Blue Lock 」

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Para el menor de los hermanos Itoshi aquel delantero de hebras negras como la brea y ojos azules como la cianita que llevaba el nombre de Isagi Yoichi siempre iba a ser la parte más triste de él, la parte de él que jamás iba a ser suya, durante un tiempo había creído que le pertenecía, había creído que no solo de verdad era así si no que además siempre iba a ser así, que siempre iba a ser de él, no era así, era obvio, cada noche no podía más que pensar en ello cuando estaba en su cama solo y a oscuras, era triste y ridículo, él siempre había creído que lo tenía todo pero si no tenía a Isagi entonces no, no tenía nada, nada que realmente le importara como mínimo.

Cuando recién se conocieron al principio Rin no soportaba a Isagi, eran tan diferentes y opuestos como el día y la noche al punto de que resultaba sumamente lógico e ilógico a la vez que las cosas entre ellos fueran así, el hecho de que fueran diferentes en todas las categorías de la A a la Z pero que de todas maneras tuvieran la misma pasión para la misma cosa hacía que se complementaran pero Rin no quería ser complementado, no quería dejar a nadie entrar a su vida e inmiscuirse en sus asuntos de esa manera.

De todas maneras Isagi había entrado en su vida de la misma manera en que entra la humedad en una casa vieja y sin cuidados, sin avisar o preguntar, sin pedir permiso, se había abierto camino en la vida del menor en todos los ámbitos posibles tomando lo que sea que quisiera de él sin que Rin pudiera siquiera evitarlo, sus goles, la atención y reconocimiento de su hermano y principalmente su corazón, por lo tanto en realidad Rin no estaba seguro de haber sido capaz de soportarlo nunca.

Sin embargo en algún punto se había convertido en el oxígeno que respiraba, cada partido que jugaban juntos, cada vez que ambos entrenaban, los molestos momentos que pasaban juntos o las molestas conversaciones que tenían porque su mayor así lo quería, todas esas cosas se habían vuelto indispensables para él al punto de encontrarse a si mismo extrañandolas cuando ya no tuvo más de nada de eso, extrañando sus discusiones, la molesta voz de su adverso, la manera en que trataba de copiar sus acciones dentro y fuera de la cancha, sus reacciones químicas, su entusiasmo que secretamente siempre lo había abrumado un poco, el tacto de sus manos, sus ojos cuando lo miraban, sus labios sobre los propios o sobre su piel, la forma en que sus cuerpos encajaban, como Isagi a veces insistía tanto en cosas en las que Rin ya le había dicho que se fuera a la mierda, veía su rostro cuando cerraba sus ojos para dormir cada noche y esto era una tortura para él, el hecho de que recordaba sus facciones con tanta claridad y con tanto detalle lo mataba, no lo soportaba, no soportaba ver su rostro cuando cerraba los ojos con tanta claridad como si lo tuviera frente a él y saber que eso iba a ser lo más cercano a verlo de verdad en su habitación durante la noche que iba a estar, cuando los recuerdos de él no le permitían ser capaz de dormir, cuando la imagen de su mirada intensa y tan llena de pasión que parecía soltar fuego tomaba control de su cabeza, era Rin quien alguna vez había sido llamado como "el titiritero" pero al parecer era Isagi quien tenía y seguía teniendo control sobre él, lo odiaba, odiaba esa sensación, no quería quedarse despierto pensando en él, no quería darle esa clase de control sobre su persona ¿Quién se creía?

Aun así habían goles que había metido pensando en únicamente una cosa "Me pregunto si Isagi sería capaz de devorar esto", goles sencillamente increíbles, del tipo que otros jugadores profesionales tendrían muchos problemas en replicar, del tipo que cuando se retirara seguramente iban a ser recordados, el hecho de que incluso en esos momentos pensara en Isagi decía mucho sobre cuanto control en él tenía, Sae había sido remplazado por Isagi en su cabeza, aún así dar esa clase de show estaba bien, eso era lo que quería, ser recordado por ser el mejor, por hacer cosas que ni siquiera ese insoportable personaje secundario fue capaz de hacer.

Había tres razones por las que estaba tan obsesionado con superarlo, la primera era porque quería ser el mejor y eso no era algo que fuera posible mientras hubiera alguien intentando ponerse a su nivel, la segunda era porque no podía soportar la idea de no tener ni siquiera eso, de no ser capaz de destruirlo, la tercera era la más sencilla y a la vez más compleja, era porque lo amaba, lo amaba con la misma pasión ferviente con la que lo odiaba, lo odiaba tanto que quería destruirlo, acabar con él hasta hacerlo llorar y suplicar, quebrarlo con sus propias manos, así lo amaba.

Overshadowed by sweetness 「 Scenarios & One-shots 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora