Capítulo XVII

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Un par de sacudidas en sus pantorrillas habían hecho que Sehun se despertara sobresaltado, sus movimientos fueron tan bruscos que despertó a quien lo acompañó durante su sueño: Baekhyun.

Conforme su mente se aclaraba, fue consciente de que la noche se hizo presente y, por el bullicio que todavía gobernaba la ciudad, supo que acababa de oscurecer. Encendió una de las lámparas de mesa con la idea de que una pesadilla fue la causante de los bruscos movimientos que lo extrajeron de su ensueño, no podía haber otra explicación para él ya que su esposo había despertado apenas por causa suya.

No fue hasta que vio al mayor con el cuerpo tenso y con la mirada preocupada que descubrió la impactante razón: Jongin.

Resultaba desconcertante el que se encontrara sentado sobre una silla a los pies de la cama, observándolos molesto, y era algo alarmante el que tuviera un par de armas, con sus respectivos amortiguadores de sonido, apuntando hacia ellos.

Hun se encontraba atónito, confusión y preocupación, su ser se convirtió en un caos y su cerebro presentó dos causas a lo que veía: el moreno había perdido la cordura o continuaba soñando. Y, definitivamente, la segunda opción era lo más probable. Su esposo parecía menos confundido y más en modo de pelea, como si fuese a atacar al intruso en cualquier momento. Fue con ese pensamiento que recordó la desnudez de sus cuerpos, con cautela, cubrió por completo la parte baja de sus cuerpos con el edredón.

—Jongin, baja tus armas— pidió el menor.

—Estoy muy decepcionado de ti, Sehun— habló Jongin, ignorando las palabras del aludido—. Después de saber que Baekhyun fingió amarte sólo para obtener dinero, creí que no lo perdonarías pero estaba muy equivocado.

—Lo que haga con mi vida no debe preocuparte— comentó sereno, intentando no alterar al otro.

—Con él no fingí amarlo, contigo sí— afirmó Baek, el entrecejo del moreno se arrugó.

—Si fuera tú, me ahorraría esos comentarios— advirtió—. Al menos que quieras ver sufrir a Sehun— disparó contra el brazo izquierdo del menor.

Chillidos del alto resonaron en la habitación, preguntas preocupadas de Baekhyun acompañaban los lamentos. Jongin soltó una carcajada al ver la sangre de su víctima.

—Te llevaré a un hospital— pronunció el mayor, angustiado. Su manos intentaban quitar las de Hun sobre la herida para que sus ojos vieran la gravedad de ésta.

—No irán a ningún lado— habló el moreno. Sus labios formaron una sonrisa maliciosa—. ¿Recuerdas esa sensación Baek? ¿Recuerdas ese temor de ver morir a tu protegido?

Al oír la última palabra, Baekhyun se petrificó. Miró al intruso y halló en sus ojos un brillo de maldad que le produjo escalofríos. Los gritos del menor se habían convertido en sollozos.

—¿Confundido?— preguntó el moreno, divertido—. Yo estaba igual la primera vez que tuve un recuerdo de mi vida inmortal, creí que enloquecía pero sólo me mostraban el porqué me encontraba en este asqueroso mundo.

—Necesitas ayuda— murmuró Sehun, dolorido. Una de sus manos tapaban la herida.

—Si vuelves a interrumpirme, será algo más que un roce de bala lo que obtengas— amenazó, mirándolo con desprecio antes de regresar su atención al mayor—. ¿No tienes idea de quién soy?

Baekhyun tragó con dificultad, sospechaba a quién se enfrentaba realmente, Solar y Tao se lo habían advertido, pero rogaba por estar equivocado.

—¿Cómo se abreviaba el nombre del experimento que te dio vida?— cuestionó Jongin, como si la respuesta fuera a despejar las dudas de Baek.

El mayor no contestó, sin embargo, la respuesta viajó por su mente y confirmó su temor. El intruso sonrió malicioso al leer el miedo en los ojos azules.

—Hubiera sido tan exquisito marcarte y escuchar tus gritos mientras una “K” aparecía en tu cuerpo— se lamió el labio superior—. Que tuvieras un recordatorio constante de que tarde o temprano te comería, tu alma hubiese sido sazonada con la incertidumbre… Jamás imaginé que seguirías a este humano al mundo mortal.

Baek agarró la pierna de su amado, como si temiera que se lo fueran a arrebatar.

—En tu desesperación por reunirte con él estuve tan cerca de tragarte, pero llegaron a salvarte.

—No sé de qué hablas— dijo el mayor.

—No mientas— pidió mientras su sonrisa se tornaba terrorífica—. Tú recuerdas, y lo sé porque gracias a ti pude recuperar mis memorias también.

—Eso no es cierto, yo no tengo poder alguno— contradijo. Sehun lo observó como si no pudiese creer que siguiera la historia del otro.

—No, pero lo tuviste… Lo usaste el día que tu cuerpo original agonizaba. Pasaste tu alma y tu consciencia a este nuevo cuerpo, pero creyendo que necesitabas ayuda, te conectaste al aparato A.N.A. y trasferiste ese deseo de saber quién eras realmente, ese anhelo de vivir para averiguarlo… Le diste esa capacidad al equipo..

—Muchas personas fueron expuestas a él sin que se vieran afectadas, es mentira lo que dices— el entrecejo de Baek se frunció. Se rehusaba a caer en un engaño de ese ser.

—No lo hago— afirmó, molesto porque los brazos de su cuerpo mundano comenzaban a molestar por tenerlos a la altura de los hombros—. Sólo que una vez no es suficiente, Baekhyun. Tu cerebro ya estaba debilitado por tantas veces que experimentaron contigo, por lo que se necesita ese agotamiento para que tu magia pueda abrirse paso, cuando las barreras neuronales están abajo.

Baek no quería admitirlo pero lo que Jongin le explicaba era lo único que se le ocurría para justificar lo sucedido. No había otra razón para que recordaran o para que él consiguiera la trasferencia de su consciencia. Él sí tuvo poder cuando llegó a ese mundo, se lo habían dicho sus amigos y, aparentemente, ese era el motivo del porqué ya no lo poseía.

—Gracias a que Haneul me recordaba lo que tú querías que olvidara, utilizaron el aparato en mí en varias ocasiones y así recuperé mis recuerdos de cuando era el demonio que acechaba a Sehun y tú su ángel… Sirvió de algo el ayudarle a escapar.

El menor quedó perplejo al oír aquello porque eso coincidía con sus sueños. Era imposible lo que ambos decían sobre una vida inmortal y no era lo único impactante que escuchaba, sino que todo parecía indicar que su amigo de años resultó ser la persona que arrebató a Baekhyun de su lado.

—Y no me sorprende el que tus amigos te hayan ayudado a llegar hasta aquí; después de todo, si no lo hacían, tendrías que ser castigado por romper las reglas. Por eso accedieron con tanta facilidad— comentó encogiéndose de hombros—. Sehun había decidido a darme su alma y tú interferiste, ¿no es así?

—No permitiría que lo devoraras— respondió Baek, mientras su mirada se tornaba desafiante.

Al principio, el mayor no quería que su enemigo supiera que recordaba lo que le estaba relatando, sin embargo, había algo que necesitaba aclarar y solamente de ese modo sabría la verdad.

—¿Cómo sabes todo eso?—  preguntó Baek a un sonriente Jongin.

El moreno se puso de pie, con las armas apuntando a sus objetivos. Su expresión era de arrogancia, le gustaba tener el control sobre aquellos dos seres con los que venía compartiendo historia desde años antes.

—Contrario a ti, yo apenas utilicé mi poder demoníaco y logré comunicarme con aquellos a quienes no vemos pero que siempre están con nosotros— informó, mientras Baek se removió en su lugar—. Y supe todo lo que te platiqué… Además, me enteré que las palabras que le dijiste a esta escoria antes de morir fue un juramento divino— la molestia invadió su mirada—. “Al único a quien podré amar”, esas fueron tus palabras y ahora sé que no importa lo que haga, no querrás entregarte a mí.

Las alertas mentales de Baek se encendieron, la adrenalina corría por sus venas. Se sentía como en sus prácticas de combate, únicamente que este sería real, en el que estaba en juego la vida de Sehun y la suya.

—Quiero que sepas que todo estará bien entre los dos— continuó Jongin—. Ahora, ambos somos humanos y podemos reencarnar si morimos.

—No puedes estar seguro, un demonio puede llevarse tu alma, no lo olvides— le recordó Baekhyun.

—Por eso les pedí un favor a mis antiguos colegas— sonrió de lado—. Dejarnos libres y devorar a Sehun.

Un disparo impactó uno de los brazos del moreno, quien dejó caer una de sus armas mientras sus ojos fulminaban al que se atrevió atacarlo: Chanyeol. El alto, con lágrimas en los ojos, lo veía con desilusión y dolor.

—¿Qué estás haciendo, Channie?— preguntó Jongin, apuntando su pistola hacia el aludido. La sangre que escapaba por su herida no le importaba—. ¿No ves que eliminaré al que se interpone entre nosotros?

—No hay ningún “nosotros”— su voz sonaba devastada.

El moreno dirigió  su arma hacia Sehun y otro impacto lo golpeó, haciendo que su tiro diera contra la acolchada cabecera. Chanyeol se acercó con cautela a su amante, quien yacía tendido en el suelo con sangre cubriéndole el pecho y el brazo. Pateó las pistolas del rival lejos del alcance de éste, antes de corroborar lo que los ojos de Jongin le revelaban: había muerto.

El alto se dejó caer de rodillas junto al cadáver. Su mirada inundada no podía despegarse del rostro sin vida del que fue el hombre que amó desde su juventud. Había tomado una decisión que parecía desgarrarle las entrañas: salvar la vida de su hermano.

Yoora acertó. Aunque, en el fondo, Chanyeol siempre supo que tenía la razón, pero se convenció de que no era así, quiso darle el beneficio de la duda a Jongin; después de todo, creyó que éste realmente se enamoró de él y eso podía cambiarlo. No permitiría que Sehun y Baekhyun sufrieran las consecuencias de su ingenuidad.

Supo que el moreno tramaba algo malo desde que vio que se dirigía al penthouse del menor, y dudaba que Hun lo hubiera invitado porque Baek sospechaba que fue el perpetuador intelectual de su secuestro, y tuvo razón.

Chanyeol oía a Baekhyun pedir ayuda por teléfono mientras constantemente le cuestionaba al menor sobre su sentir. El amor y la genuina preocupación que las palabras de la pareja llevaban impregnadas, le hizo pensar en lo mucho que le hubiese gustado tener aquello… con Jongin, a quien había asesinado.

—Lo lamento— sollozó Channie, sin apartar la mirada del cadáver. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, acompañado de enorme vacío.

Tomó el arma y la apuntó hacia una de sus sienes. Escuchó a su hermano gritar su nombre con una suplica de que detuviera sus movimientos, lo oyó aproximarse a él a prisa… Disparó y todo se oscureció para él.

...
¡Hola!
Espero se encuentren muy bien. Extraño estar aquí más seguido pero el trabajo me tiene ocupada😞

El siguiente capítulo será el último de esta trilogía, ojalá puedan darle mucho amor y apoyo como todo este tiempo.

Cualquier duda aquí estaré leyéndolos.

¡Muchas gracias por leer!

Remember you <SeBaek>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora