¿Quién te crees? Tan rastrero, piensas que con esa carita de muñeca y ese cuerpo curvilíneo te ganarás a todo el mundo. Eres un malparido, un bastardo, un hijo de Omega.
La calamidad se pegó a tu piel como mugre el día que naciste.
🍒 Contenido sex...
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—Y fue en aquel entonces... —murmuró acariciando la seda de las cortinas, su mirada fue iluminada por la luz del sol y pudo deleitarse de la maravillosa presencia del mar a lo lejos, el viento que traía con sus olas chocó en su rostro, apartó, sin embargo, la mirada—. Que vi por última vez a mi hermano. Ahí, en aquél barco mercante donde toda presencia e historia se la llevó el viento.
—¿Entonces, mi rey, afirma que... la historia que cuentan los grandes poetas sobre el príncipe del demonio... son ciertas?
—Se dicen muchas cosas —habló el rey volviendo la mirada, juntó sus manos tras su espalda y se sentó en la gran silla del enorme aposento. El alfa frente suyo lo miraba atento—. ¿No estás tú aquí por esos rumores?
—Oh... La verdad es que... Muchos se han olvidado del príncipe, es decir... —habló y el hombre frente a él lo miró con suma atención. Los nervios colmaron al joven alfa que buscaba escribir la historia y suavemente empezó a mover los dedos sobre el papel—. No recuerdan su rostro... Pocos son... Los que pueden decir con veracidad cómo era el príncipe Off, como dijo usted, se han dicho muchas cosas, demasiadas, tanto que parece más... Un personaje inventado... De una historia trágica.
—¿Y tú crees eso?
—Estoy aquí para saber la verdad de las cosas —habló el joven alfa tomando la pluma en su mano, el rey asintió mirando los anillos que tenía en los dedos—. Y la verdad es que... Me parece extraordinario que pueda existir un ser tan puro e inocente... Como el que me ha relatado, mi rey, a pesar de que las grandes historias que manchan su nombre no hayan envenenado el alma de esa pobre criatura. De... De Gun.
—Entiendo —murmuró el rey, esta vez su mirada volvió al mar, a los pueblos que se extendían por las grandes tierras, la vejez, la historia que marcaban sus ojos perdieron la belleza y el sentido a las pequeñas cosas—. Sé que dicen... Que el príncipe Off obtuvo el reflejo de su muerte al ver aquellos tristes ojos, muchos piensan, al escuchar esa frase, que se condenó. Que lo perdió todo. Pero lo único que murió en Off fue la necedad y la ignorancia que aún no abandona el alma de mi pueblo. Que donde hubo odio y un terror intrínseco... Él lo cambió por el amor de una criatura que no podía ofrecerle más que eso. Y lastimosamente debo confesar que estas tierras aún no están listas para un pensamiento como ese y lo único que espero es que las jóvenes generaciones dejen de lado el ignorante hecho de creer todo lo que cuentan los poetas... Y tomen un barco para descubrir ellos mismos lo que el mundo puede ofrecerles...
Cabalgó con toda prisa cuando escuchó a lo lejos el grito de muerte de su propio padre. El corazón de Off se había vuelto chiquito, ahogado mientras el viento se encargaba de desesperar sus pulmones. El bosque frente a él lo traía como loco, los árboles, las ramas, los troncos caídos y las grandes piedras que el caballo esquivaba con agilidad. El joven alfa sintió que sus mejillas se mojaban en sudor y lágrimas, sus temblorosas manos tomaban las riendas con fuerza y sus dientes apretaban como loco. Podía sentir a lo lejos la brisa del mar, podía sentir el gusto de su libertad en la boca, pero su cuerpo temblaba. Sus manos, sus piernas.