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Los pájaros cantaban y un arcoiris se pintaba en los maravillosos cielos de Tortillaland

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Los pájaros cantaban y un arcoiris se pintaba en los maravillosos cielos de Tortillaland. Un gran Hechicero se estaba despertando apenas con un rojo carmín pintando sus mejillas, ya que tuvo algunos sueños peculiares...

– Verga... — Pronunció el hechicero mientras  abrazaba su almohada, no recordaba el porque estaba sonrojado, pues el sueño que había tenido se esfumó de sus pensamientos como una estrella fugaz.

– ¿Maracas? estás ahí? — Hablo el hechicero nuevamente, actualmente vive "solo", supuestamente, pues su gran amigo Maracas y el puerco araña son los únicos que le acompaña en su soledad.

Un sonajazo se escucho, Maracas estaba presente, esto hizo que una sonrisa se dibujara en el rostro de Juan. – ¡Maracas! no me lo vas a creer, pero, amanecí coqueto. — Pronunció nuevamente, esto recibió otros sonajazos de Maracas. – ¡Ay! eres un guarro, pícaro y cachondo. — Dijo haciendo que se escuchará otro sonajazo más por parte de su amigo, en fin, la esquizofrenia.

– ¡Oh! Maracas, es verdad, hoy el "Esperen" me enseña a controlar la mierda que tengo. — Se paró rápidamente de su cama para arreglarse como era debido, podrá ser híbrido ahora, pero debe mantener su imagen respectiva.

– ¿Me acompañas a ver qué me enseña? — Un sonajazo se hizo presente, indicando un "si", al recibir está respuesta, el hechicero decidió escribirle a Spreen quien se encontraba "ocupado" por el momento.

– ¿Me acompañas a ver qué me enseña? — Un sonajazo se hizo presente, indicando un "si", al recibir está respuesta, el hechicero decidió escribirle a Spreen quien se encontraba "ocupado" por el momento

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Una notificación llamó la atención del Oso, era Juan dedicándole un hermoso "Buen día, estéril"... típico de Juan. Contesto de chiste tal cual hizo el hechicero "Buen día, gafotas" sabía que esto enojaría al mago, pero, era divertido ver a Juan enfadado, bueno, depende la situación.

"QUE NO ME LLAMO “GAFOTAS” Recibió nuevamente un mensaje del hechicero, solo sonrió y siguió leyendo lo que decía.

"Iré a tu pollería, me dijiste que me enseñarías a controlar mis instintos"

Por alguna razón, se sintió feliz al saber que Juan iría a verle y más aún, sabiendo que ahora sería su Tutor.

"Va, te espero" Aunque estuviera ocupado, sacaría tiempo para ayudar a Juan.

Instintos | Spruan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora