Cap 8 : Evitando guerras

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PUNTO DE VISTA DE VICTORIA

Cuando volví a casa, la culpabilidad me devoraba. Aún no podía creer lo que había hecho. No podía creer que había traicionado a Iles de tal forma. Y lo peor de todo es que no lograba encontrar una explicación lógica para mis acciones. Decidí entonces que no le contaría. Sería un pequeño secreto. Después de todo, Iles me guardaba secretos también, por lo que no había razón por la que debiese sentirme culpable. Esa noche decidí también  que por mi bien, no volvería a acercarme a Gabriel, pero estaba más que segura de que rompería mi promesa. Como podía alejarme cuando todo en el me atraía como un imán ? Sentía que ya no tenía ningún control sobre mi misma. Cuando bajé a cenar, mi aire perdido preocupó a mi madre. 

-Estás bien?-me preguntó sirviéndome trozos de carne. Esa noche solo estábamos las dos en la casa. Lina había salido con sus amigas y Dante había ido a ver el partido de football con uno de sus amigos. Suspiré. Aunque no éramos muy cercana, mi madre siempre me había dado buenos concejos. 

-Qué harías si sintieras algo por dos personas a la vez?-pregunté. No era exactamente lo que ocurría en mi caso, pero era la manera más sencilla de exponerlo. 

-Tomaría mis distancias hasta aclarar mis sentimientos, aunque si hubieses estado realmente enamorada de la primera persona, no te hubieses enamorado de la segunda. El corazón solo elige un amor a la vez.- 

Asentí sin entender exactamente lo que significaba. 

-Cómo supiste que tu corazón había elegido a papá?-pregunté en un hilo de voz. Nunca hablábamos de mi padre. Era algo muy difícil a pesar de que habían pasado más de 5 años. 

-Es una certeza que no puedes ignorar. Cuando lo sientas lo sabrás. No tendrás ni la más mínima duda-

Cuando terminamos de cenar, vi a mi madre tomar su bolso. 

-Saldré a tomar algo con Elizabeth, la vecina.- me dijo poniéndose su chaqueta y mis ojos se abrieron exageradamente. 

-Desde cuando son amigas?-pregunté rapidamente,  sorprendida por la idea de que mi madre pudiese ser amiga de la madre de Gabriel. 

-Nos cruzamos seguido en el mercado. Porqué?-respondió. 

-Nada. Buenas noches- dije quitándole importancia y subiendo a mi habitación. Sentía que todo a mi al rededor tenía algo que ver con Gabriel, y eso me preocupaba. Y si en realidad no estaba tan enamorada de Iles como pensaba? Esa idea me parecía una locura. Yo siempre había amado a Iles con lo más profundo de mi alma. Mis pensamientos fueron interrumpidos por Lina entrando como un demonio por mi habitación. 

-Gabriel me canceló par ir a la fiesta!- gritó lanzándose derrotada sobre mi cama como si fuese el drama del siglo. Era viernes y Lina y sus amigos habían organizado una fiesta en casa de Erick, un estudiante de último año. No respondí por miedo a sonar hipócrita. Lina no sabía que había besado a Gabriel, y que esa era sin duda la razón por la que se negaba a ir a la fiesta con ella. Aun así, no pude evitar sonreír al pensar en que, por primera vez en mi vida, alguien me había preferido a mí en vez de a Lina. Por un segundo la idea de contarle la verdad me vino a la cabeza, pero sabía que ese solo seria el inicio de un guerra sin fin que no estaba dispuesta a pelear, así que me quedé callada sabiendo que estaba siendo cobarde. 

-Te dijo porqué?-terminé por preguntar, intentando no revelar en mi rostro lo que había en mi mente. 

-Solo dijo que aun se sentía adolorido de la pelea que había tenido con Iles.-esa respuesta también era bastante lógica, pero me gustaba más la razón que yo había imaginado. 

-Ojalá se recupere pronto-susurré de manera ausente sacando  cuadernos de mi mochila pera empezar a estudiar. 

-Me sorprende que digas eso. Creí que estarías enfurecida al saber que le habían dado una paliza a tu precioso Iles-dijo achicando los ojos. Así señoras y señores, es como mi estudiad casi me delata. 

-Si lo estoy. Gabriel es un idiota. Pero eso no significa que no deseo que este bien-respondí tratando de parecer convincente. 

-Hablaste con él desde la pelea?-cuestionó acusadoramente. 

-No, para nada.- mentí, lo que pareció alegrarle. Cuando Lina salió de mi habitación al fin sentí que el aire volvía a mis pulmones. No podía dejar ni que ella ni que Iles se enteraran de lo que había pasado, y para eso debía asegurarme de que Gabriel no dijera nada. Fue con ese único fin que iría, esa noche también, a dar un paseo. Me cambié de ropa rápidamente y salí discretamente de la casa. Solo iría a pedirle que no le diga a nadie. Por supuesto, podía enviarle un mensaje por alguna red social, pero por lo delicado de la situación prefería que no quedaran rastros de la conversación. Lo encontré en el mismo banco de la noche anterior, con el mismo libro, excepto que esta vez estaba leyendo de manera distraída. 

-Hola- saludé tímidamente. El parque estaba particularmente oscuro esa noche. No habían encendido todos los postes de luz. También había mucho viento y las ramas de los arboles susurraban a lo lejos. Gabriel respondió con un gesto de la cabeza y se deslizó por el banco dejándome algo de espacio. Me aseguré de que no hubiese nadie por los al rededores antes de sentarme y repetir en mi cabeza las palabras exactas que diría. 

-No esperaba a que vinieras hoy-dijo sin mirarme. 

-Porqué ?-pregunte aun sin ser capaz de mirarlo a los ojos. 

-Parecías algo...perturbada cuando saliste de la enfermería-explicó. "Perturbada" era poco para describir las mil cosas que sentía cuando salí de esa enfermería. Ese había sido mi primer beso, y aunque no me consideraba la persona más cursi o romántica, el primer beso siempre era desestabilisante. 

-Estoy bien -aseguré- Y de hecho vine a pedirte que guardemos esa información en privado. No me gustaría que... 

-Que Iles se entere-terminó por mí. 

-Eso no fue lo que quise decir-me defendí dándome cuenta que sonaba como una terrible persona. 

-Pero fue lo que pensaste- 

-Deja de creer que lo sabes todo- reproche. Gabriel siempre parecía esforzarse por hacerme quedar mal. 

-Es fácil saber sobre ti, Victoria. Todo lo que sientes o que piensas es bastante predecible- 

Por alguna razón tenía la esperanza de que el hecho de que me había besado implicaría un nuevo comienzo en el que Gabriel sería menos insoportable. Estaba completamente equivocada. Decidí entonces que le mostraría que estaba en lo incorrecto y hice algo inesperado. 



Dejar de quererte (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora