☆[Dibujos de cuervos]☆

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Una tarde normal de un lunes, donde en una escuela primaria mixta de Londres sus capanas se encontraban a punto de sonar.

Pronto se anunciaría la salida de clases del primer día de inicio de semana. Muchos se encontraban desesperados por poder ir a sus casas y olvidarse por un rato de los deberes y de la escuela, y poder ser libres de hacer lo que les plazca. Pues para los alumnos de 6° de primaria que tuvieron la clase más aburrida de todas, sería como "aprovechar los días libres antes de entrar a la 'escuela más difícil' ". Es por eso que todos los niños del salón imploraban  por salir de una vez.

Entre todos los alumnos, había una niña que no estaba para nada interesada en salir de la escuela. Mientras se encontraba sentada hasta el fondo y dibujaba en su sketchbook de pasta gruesa color verde bocetos de cuervos a lápiz de grafito, no se daba cuenta que la profesora se encontraba observándola con una mezcla de curiosidad y preocupación. Sólo pudo notarla cuando su compañero de asiento trasero llamó su atención pinchándola ligeramente con un lápiz, sólo así se dio cuenta de que la maestra se acercaba a ella.

Su maestra, una mujer que estaba a mitad de sus treintas sin ignorar su cabello rubio con cola de caballo y mechones sueltos. La estaba mirando con sus manos juntas y su cara cerca, asustándola un poco.

— ¿Qué estás dibujando, Jessie? —le preguntó la mujer. Una pregunta con una respuesta demasiado obvia, a su parecer.

Si hay algo que la molestaba y mucho, era que no la llamaran por su verdadero nombre. Sólo sus padres le pueden decir "Jessie".

Su nombre era Jessabelle.

—Sólo me concentro en mejorar mis bocetos, Miss Darcy. —respondió tranquila, buen tono para esconder su molestia.

Sin embargo, la mujer aún no quitaba su vista de su sketchbook. Esto hizo que ella se pusiera nerviosa y mirara su vista y su libreta, ignorando posiblemente dos cosas: las verdaderas intenciones de la maestra, y que ahora ambas estaban siendo el centro de atención de todo el salón.

— ¿Me permites tu libreta, cariño?

Aquella pregunta, a pesar de sonar genuinamente amable, no fue para nada de su agrado. Tanto, que por inercia tomó su sketchbook y lo apretó hacia su pecho con fuerza pensando que la profesora llegaría a confiscarle la libreta.

Todo el salón se preocupó de inmediato. El niño ubicado detrás de ella, el mismo que le avisó de su acercamiento, casi estaba por pararse y tomar su hombro para calmarla notando que ella seguía nerviosa. La compañera sentada enfrente de Jessabelle le aventó una mirada reprobatoria a la maestra, acusándola de un posible mal comportamiento.

De inmediato y para sorpresa de Miss Darcy, dos alumnas fueron a tranquilizar a la niña quien estaba apunto de estallar en llanto. La situación la dejó más que anonadada.

Como un extraño método de defensa, la profesora volvió a su escritorio como si buscara cubrirse de un ataque en grupo; que curiosamente, era lo que parecía que estaba pasando.

No obstante, una de las alumnas tuvo la paciencia de explicarle a la profesora el extraño comportamiento de Jessabelle. Sólo que fue por escrito con dos mensajes, lo suficientemente claro para entender la situación.

"Ése sketchbook era el último regalo de su madre, quien falleció hace seis meses"

Aquel mensaje mostrada por una de las alumnas de enfrente fue un poco de contexto suficiente para entender el valor de esa libreta. Pero el siguiente mensaje le rompió el corazón, a tal punto de que ahora debía de pedirle disculpas.

"Por si se lo pregunta, la libreta está repleta de bocetos de cuervos. Siempre dibuja eso desde que su madre partió. ¿Su significado? Ella sufre de ansiedad".

Y como si fuera obra del destino, la campanada que indica la hora de salida suena. Y como si fuera poseída por algún ser demoniaco, Jessabelle guarda inmediatamente su libreta y sale corriendo con su mochila en mano.

Miss Darcy se queda quieta y en silencio, sintiendo la culpa carcomiendo su corazón.

—Ella es una exagerada. —una alumna se quejó del comportamiento de la niña de hace minutos.

— ¡Cállate, Jackie! —la regaño su compañera, la alumna que estaba sentada delante de Jessabelle.

—Silencio, las dos. Y usted, señorita Jackie, no me obligue a enviarla a dirección por un reporte. —regañó mis Darcy a la alumna que se había quejado— Pueden retirarse en orden.

Obedecieron a su profesora sin rechistar. Ahora Miss Darcy estaba sola y solo tenía algo en mente: hablar con el tutor de la niña.

[☆☆☆]

Jessabelle se sintió un poco aliviada cuando notó que su padre ya la estaba esperando en la puerta de la escuela. No pudo evitarlo y salió corriendo a abrazarlo, casi apunto de tirarlo por la fuerza.

— ¡Wow! Casi me tiras, linda. —dijo mientras acariciaba su cabello— ¿Qué tal tu día?

—No quiero hablar de eso, ¿podemos irnos?

Su tono de voz fue tranquilo y casi inaudible, pero para el hombre fue sencillo de escuchar. Eso no significa que no estuviera preocupado. Se agachó para quedar a su altura y ver mejor su rostro con sus ojos cristalizados.

—¿Quieres ir por un helado antes de ir a casa?

La pregunta fue tranquila y presentada con una sonrisa. Sin embargo, Jessabelle no tuvo la fuerza para sonreír y comenzó a sollozar. La preocupación de su padre aumentó.

—Hoy no, papá. Sólo... quiero irme, p-por favor. —inmediatamente se quebró su voz.

Rápidamente su padre la cargó y se la llevó al carro, dónde ágilmente abrió la puerta con una mano y la metió en el asiento del copiloto para después proceder a quitarle la mochila, arrojarla en los asientos de atrás y limpiar su mar de lágrimas.

—Tranquila, iremos a casa y te dejaré dormir hasta que te sientas mejor y puedas comer. No te volveré a preguntar por la escuela, si eso te calma ¿ok? —habló con voz suave mientras le daba un beso en sus mejillas. Haciendo que repetidas veces asintiera.

Honestamente ella odiaba sentirse así. No le gustaba estar a punto de estallar y no encontrar el lugar o el momento adecuado para estar tranquila.

Ni siquiera se dio cuenta de que su padre había entrado al auto para después proceder a echar andar el motor y salir de la escuela.

Probablemente se meta en problemas por ése comportamiento que ella tuvo con su profesora, pero no podía no sentir culpa por actuar así. Sólo quería proteger ése único recuerdo de su madre. No la culparían por hacer eso, ¿o sí?

The Little Human Raven [A Sandman Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora