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Después del incidente el día anterior con la tostadora de juguete, Shuka optó por comprarle más juguetes de espuma o peluches a su hija.

La primera noche con la bebé en casa no pudo haber sido más dulce y encantadora.

Durante el día, la pequeña tenía tanta energía que parecía ser hija de sangre de la mismísima Shuka, jugaba de aquí para allá y se movía con velocidad por el suelo, incluso tuvieron que ponerle una campana para saber donde estaba.

Pero por la noche, Akira era tan pacífica y relajada, acostándose en su cama para dormir largas jornadas de sueño, incluso dormía más que Anju. Iba a acostarse temprano para despertarse pasado el medio día, claramente con algunas pausas en las que las madres primerizas temían que algo le pasara a su pequeña, les preocupaba que su pequeña durmiera tanto.

Hoy fue una de esas ocasiones en las que el sueño de Akira era interrumpido, y no volvió a cerrar los ojos después de eso, Anju la sacó de la cuna para llevarla a mesa donde desayunarían por primera vez como una familia.

Como cualquier bebé curioso de su edad, la pequeña veía la comida de su madre de cabello corto con ojos brillantes, por primera vez estaba viendo un desayuno completo y balanceado como el que Anju le preparaba a Shuka.

Dicha castaña de cabello corto intentaba compartirle un poco a su hija, pero Anju la detenía.

-No le des eso, podría hacerle daño.

-Solo una probadita~, ella quiere probar- sonreía al ver como la pequeña agitaba sus manos, golpeando su mesita mientras abría la boca.

-Ella tiene su propia comida, lo cual es proteínico y le hará bien a su cuerpo- se mantuvo firme mientras disgustaba su desayuno.

-Ya oíste a mamá Anchan, Akira- apretó la mejilla de su pequeña, volviendo a su propio desayuno.

Akira por su lado, le dio un último golpe a la mesa, uno que las mayores tomaron como un berrinche molesto, Anju le daba de comer su papilla mientras alternaba entre su propia comida, a pesar de su golpeteo, parece que Akira no estaba molesta.

La pareja hoy tenía un día libre completamente para pasarlo con su hija, cosa que claramente aprovecharían.

La pareja hoy tenía un día libre completamente para pasarlo con su hija, cosa que claramente aprovecharían

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-Mira Akira, un tigre- Anju le mostraba a la pequeña un pequeño juguete del animal previamente mencionado.

-Grraww! - la bebé le dio efecto de sonido mientras lo arrastraba por el suelo.

Shuka soltó una risa encantadora mientras Anju sonreía con ternura, tenían una pequeña muy lista y adorable, estaban encantadas con esa bebé. Akira se quedó un momento mirando a sus madres, fue como si pudiera sentir esas miradas llenas de amor dirigidas a ella, aun era muy pequeña para saberlo, pero con esas dos mujeres a su lado, el amor nunca le faltara.

El repentino sonido de alguien tocando la puerta despertó a las mayores, ambas se miraron un momento, Shuka fue quien tomó la decisión.

-Ahora vuelvo- besó la mejilla de Anju para después ponerse de pie y acariciar la cabecita de su hija, saliendo de la habitación para ir a abrir la puerta.

-¡Gracias! - la de cabello largo sonrió, viendo a su bebé hacer ruidos y estirar sus manos hacia la puerta por la que acababa de salir su madre- tranquila Akira, mamá Shuka volverá pronto~ - tomó a su bebé en brazos para dejar besitos en sus mejillas

Akira reía alegremente, tomando las mejillas estrujables de su madre con gentileza.

-¡ANJU! - se escuchó desde la sala la voz de Shuka llamando a su pareja.

-Bien Akira, iré un momento con mamá Shuka, volveré muy pronto, ¿de acuerdo? - dejó a la pequeña en un área en la esquina del cuarto, tenía una barrera colorida que evitaba a la bebé salir de esa limitada área.

Anju salió para socorrer a su pareja, o atender al simple llamado.
Akira miró los juguetes que estaban en el área, era con los que había jugado junto a sus madres el día anterior, deseaba al tigre de juguete que tenía previamente.

-Grrraaaw! - estiraba sus pequeñas manos fuera de la barrera de plástico, en un intento fallido por conseguirlo.

Se puso de pie con los pies temblorosos apoyándose en la barrera, hasta que esta se calló y le dio vía libre para recuperar su juguete, fue gateando por el hasta que vio algo que llamó su atención, un bote blanco se encontraba sobre el pequeño mueble de madera en la habitación, su trayectoria cambió de rumbo, y ahora su objetivo era ese bote en el borde del mueble.

Estando en la esquina, comenzó a agitarlo, los otros juguetes sobre este caían uno por uno hasta que ese bote terminó cayendo sobre su cabeza, sus ojos lagrimearon con la amenaza de comenzar a llorar, pero lo que terminó haciendo fue toser, de aquel bote salió un polvo blanco que se derramó por el suelo junto a ella.

Akira lo tomó con curiosidad, agitandolo de forma agresiva, más polvo salía y salía, cubriendo su ropa, su cabeza y su pequeño rostro.

Reía mientras esparcía el polvo blanco por la habitación.

-¿Escuchaste eso? - el super oido de madre sobreprotectora de Anju se activó

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-¿Escuchaste eso? - el super oido de madre sobreprotectora de Anju se activó.

-Sonó como... Algo cayéndose- dejó la gran caja de cartón en la sala, si no habían sido ellas, solo había alguien más que pudo haber echo ese ruido.

Después de compartir miradas un momento, ambas salieron corriendo en dirección a la habitación de su pequeña, entrando con cuidado pero escandalosamente.

-¡Akira! - Shuka se asomó detras de la más alta, abriendo los ojos de par en par- ¿pero que...?.

La habitación se había transformado en un cuarto de hospital, blanco en su mayoría, mientras la culpable seguía agitando la botella vacía con esperanza en que cayera más polvo.

-¿Este es el cielo? - la de cabello corto entró a la habitación, tomando a su bebé en brazos y quitándole el bote- ya no saldrá nada, cariño.

-Te dije que te llevaras el talco ayer- gruñó molesta mirando a sus dos pequeños amores.

Madre e hija sonreían dulcemente, en un intento por calmar el enojo de mamá Anju.

Anshuka's FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora