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-Anju, estás temblando- susurró acariciando la mano de la nombrada.

-Estoy nerviosa... - suspiró, tratando de relajarse.

-Solo vamos a ver a los bebés, no tienes nada que temer, no muerden nada más que sus propios dedos- trató de relajarla con una pequeña broma, la de cabello más largo solamente sonrió.

-¿Kazuya Anju y Hida Yuchika? - apareció una enfermera en el pasillo, leyendo el nombre escrito en su tabla de oficio.

-¡A-aquí! - prácticamente saltó del asiento al escuchar su nombre.

-Aquí- igualmente se puso de pie con una sonrisa.

-Por aquí, siganme por favor.

La enfermera las guió por los pasillos a donde se encontraban los bebés nacidos en adopción, algunos se veían más grandes y otros parecían apenas haber nacido hace un par de días, completamente inquietos y curiosos pero sin poder abrir sus ojos.

-Aquí están, pueden mirar más de cerca si gustan.

La pareja se acercó, yendo de uno a uno por los lugares de cada bebé, apreciandolos, acariciandolos y dándoles un poco de cariño antes de pasar al siguiente, sus preferencias por el genero del bebé eran nulas, solo querían un hijo que con solo verlo se llenaran de amor, y sin darse cuenta, eso fue lo que encontraron casi al final de su visita.

En la cuna, una niña inquieta agitaba un peluche gastado de un conejo blanco, no dejaba de hacer muchos ruidos que las adultas encontraron adorables, la pequeña se encontró con las dos intrusas viéndolas, se quedó tranquila y dejó de moverse hasta que le extendió su peluche a la de cabello largo, Anju lo tomó con una sonrisa llena de ternura, cuando regresó su mirada a la pequeña, esta ya había atrapado el dedo de Shuka para agitarlo como si fuera un sonajero, sonreía alegremente dandole efectos de sonido a su nuevo juguete.

La pareja quedó cautivaba, la bebé ya podia abrir los ojos lo que daba a enter que nació hace un tiempo, eso les dio el privilegio de ver como sus ojos brillaban, y no solo sus ojos, ese bebé desprendía un aura brillante y cálido, para Anju, eso le recordó a Shuka. La sonrisa adorable y la gentileza con la que la bebé trataba el dedo de Shuka le pareció encantadora, tenia unas mejillas regordetas y estrujables, la de cabello corto quería besarlas y morderlas un poco, eso de cierta forma le recordó a Anju.

No hacia falta buscar más, ya habían encontrado a la bebé que buscaban.
Anju le dio una mirada a Shuka, Shuka la miró de vuelta, comunicándose con solo un par de miradas, ambas estaban de acuerdo.

-Disculpe- llamó a la enfermera, quien se acercó un poco para escuchar- queremos adoptarla a ella.

-Disculpe- llamó a la enfermera, quien se acercó un poco para escuchar- queremos adoptarla a ella

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Anshuka's FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora