─ FIRST OF HER NAME. ૭
❛ La princesa Daenyera Barlowe, protectora de Barloot y todo Poniente, señora de los dragones y las rosas, primera en su nombre ❜
El matrimonio de la única hermana de sangre completa de Rhaenyra había sido bendecido con tres b...
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122 d.c, día de nacimiento del príncipe Joffrey Velaryon Lady Daenyra contaba con la edad de 8 años
omnisciente.
El parto de Rhaenyra había sido difícil de ver, y Daenyera no quería imaginarse lo difícil que había sido para la princesa vivirlo. El pequeño recién nacido era bueno... pequeño, era adorable y aunque apenas podía ver sus facciones, este ya era el primo favorito de Daenyra, un niño más había sido agregado a aquella familia.
— Es lindo, ¿no es cierto? — preguntó Rhaenyra a su sobrina, que se encontraba al lado de ella, viendo su primo con impresión.
— Demasiado. — le respondió.
El cuarto estaba en calma, pero el problema comenzó cuando una de las sirvientes de la reina Alicent llego solo para avisar que está solicitaba ver al recién nacido de inmediato. Daenyra se moría en confusión, recordaba que Visenya alguna vez le había dicho que a su madre no le habían permitido pararse después de su nacimiento y el de Vaemond hasta que el dolor del parto ya hubiera cesado y su pobre tía que estaba bañaba en sudor y sangre aún se veía en agonía. Pero eso no le había importado a la princesa, pues con una cara de determinación, sostuvo a su bebé con fuerza entre sus brazos y decidió pararse junto con el.
— Lo llevaré a ella yo misma. — dijo Rhaenyra sin ninguna expresión en particular más que de dolor, Daenyra asintió a la orden, levantándose.
Las parteras habían tomado al pequeño bebé, cortándole el cordón umbilical mientras que Daenyra y otra sirviente ayudaban a la mayor a pararse, procedieron a tomar una toalla y tratar de limpiar el sudor en su cara.
— Tu vestido, tía. — Rhaenyra miro con cariño a la niña que le pasaba su ropa, toco su mejilla y suspiró.
— Mi dulce niña... Tu no tienes por que... — la princesa no pudo termino su frase pues Daenyra no le dio oportunidad.
— Mi deber aquí es cuidarte, yo te cuidare siempre tía. — a Rhaenyra no le dio tiempo de discutir pues volvió a retorcerse en dolor agarrando su estomago con fuerza; "la placenta" escucho decir a la partera.
Las puertas se abrieron dejando ver a su tío Laenor con una sonrisa en el, felicitaba a Rhaenyra por el hijo que acababa de dar a luz pero su cara de alegría cambió a una confusión al verla caminar junto a la niña hacía la puerta.
— ¿A dónde van? — preguntó Laenor preocupado.
— Ella quiere verlo. — contesto con simpleza Rhaenyra, dejando a Laenor detrás de ellas.
