ANTES DE IRME.

Con esta copa

"Se mi sol que yo, como tú luna, me encargaré de que nuestro eclipse sea eterno"

Cuando skylar fue joven, conoció a un chico dulce, amable y gentil, por supuesto como toda chica de su edad quedó encantada con él.

Creía que era el chico perfecto, lo idealizo tanto, que cuando esté comenzó a mostrar su verdadera cara, la aterrorizó.

Aquel chico no era para nada dulce ni gentil,  era un mentiroso,que manipulaba a cualquier chica inocente y no solo eso, sí no que también las golpeaba.

Skylar estaba asustada, que pasaba si no hacía lo que el quería. No la había golpeado, pero si que amenazó con hacerlo. Creyó ciegamente en qué su madre la ayudaría, o pero que equivocada estaba.

Cuando llegó a casa, corriendo temblando y con lágrimas  golpeó la puerta con fuerza, su madre a quien ella amaba y creía que el sentimiento era mutuo, abrió la puerta confundida.

"Que haces aquí" cuestiono confundida mientras la dejaba pasar.

Skylar sollozando le explicó lo que pasaba, le explicó que temía por ella y por el bebé que crecía en ella.

Lejos de lo que skylar creyó, su madre le dió una cachetada. Gritando que fue idiota al haberse ido de la casa y que debía irse, pues su prometido y padre de su hijo ya debería estar esperando en la casa.

Sin duda alguna skylar quedo en shock, había creído que si iba con su mamá, tal vez ella la ayudaría, pero sin duda alguna, aquello que hizo no fue de ayuda. Con lágrimas en los ojos y tratando de controlar sus sollozos, se fue de aquella casa y a comparación de lo que su madre creyó, ella simplemente había agarrado sus cosas y se había ido.

"Tranquilo pequeño, no dejaré que nada, ni siquiera tu padre, nos haga daño" prometió aquella mujer acariciando su abdomen aún plano pero que pronto comenzaría a crecer.

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"Si no te amara tanto, ya te hubiera insultado" murmuró Raiden con fastidio.

"Cuida tus palabras mocoso, que soy tu madre" exclamó skylar indignada.

"Madre, mi dulce, tierna y dulce madre, a quien amo tanto" comenzó diciendo Raiden dramáticamente.

"Ahora que" inquirió  viendolo con los ojos entrecerrados.

"Podrías para la próxima, tan si quiera avisarme que  invitaste a los hermanos Arerbac a la salida familiar" exclamó molesto.

"Sé que debí consultarlo antes contigo, pero entiéndeme hijo, estaba emocionada por tener más gente en la casa" dijo skylar viendolo con una deslumbrante sonrisa.

Raiden solo se permitió suspirar, tal vez era demasiado duro con su  mamá, pero el hecho de que invitará a alguien más sin si quiera decírselo a el, era algo que causó molestia en Raiden. Quiso abrir la boca y seguir diciendo lo molesto que estaba de no ser por la mirada esperanzada de su madre que fue suficiente para hacerlo quedar callado. Después de todo ella tenía razón, siempre desde que él nació, era solo ellos dos y nadie más, ahora tal vez está siendo egoísta.

"Bien" dijo resignado.

Skylar solo celebro emocionada, tal vez está sería una oportunidad para que los hermanos Arerbac volvieran a tener un poco de control en las cosas.

"Se que al final te agradaran los hermanos Arerbac" dijo segura de sus palabras.

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"Que pensabas cuando trajiste a esa chica a nuestra casa" cuestiono molesta Leticia con los brazos cruzados.

"Tu misma lo has dicho, nuestra casa, así que no tengo por qué pedir permiso de a quien traer o no" musito Gisselle con tranquilidad.