Capítulo 3

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Jisung sentía la esponja y el polvo en su cara mientras la maquillista del programa hacía su trabajo para que la cara del chico no brillara demasiado frente a tantas luces y cámaras. El muchacho tenía los ojos cerrados, pero en su mente repasaba con detalle el guion a seguir para la grabación; murmurando por lo bajo sus líneas.

Un chico no muy mayor a ellos entró de golpe a su cuartito designado, usaba unos grandes auriculares negros, como los de Ra-Im, con un notable micrófono adjunto, y cargaba con un portapapeles atiborrado.

—Veinte minutos, chicos, ya deben salir a sus lugares —dijo mirando al reloj en su muñeca.

Ambos pasantes se levantaron de las desgastadas sillas en dirección a sus respectivas posiciones frente a las cámaras. Hicieron un par de ejercicios de calentamiento vocal, que les había enseñado una sunbaenim de su universidad, mientras se preparaban para el momento más importante de sus carreras.

—Ánimo, Ji. —interrumpió Soobin acercando un puño a su amigo para que éste lo chocara.

El mayor sonrió al responder el saludo.

Las luces del estudio se encendieron por completo y el personal daba los últimos retoques a la escenografía del lugar que lograba transportarte a un escenario de concierto con tan solo el dibujo en el fondo. Junto a ellos solo se encontraban tres cómodos y coloridos asientos; uno para Soobin, uno para Jisung, y otro para la persona invitada que justo ahora, faltando quince minutos para la grabación, descubrieron quién es.

Una vez más, el chico con auriculares se acercó a ellos para entregarles los pequeños guiones de apoyo donde se encontraba la información actualizada del programa. Jisung ni siquiera lo miró pues estaba distraído con la extraña figura parada frente a la mesita de snacks.

Era un chico de más o menos su altura, de vestimenta y cabellera negra, usaba una chaqueta de cuero que le marcaba muy bien la espalda y ponía la imaginación del castaño a volar. Estaba tan distraído que muy apenas podía escuchar la voz de los hombres a su lado.

Jisung miró al pelinegro estirarse por un refrigerio del otro lado de la mesa cuando escuchó a Soobin preguntar algo que partió su atención por la mitad.

—¿Y quién es nuestro primer invitado?

Pero el castaño ni siquiera tuvo que esperar respuesta, pues frente a sus ojos vio al chico de chaqueta de cuero darse la vuelta con una galleta en mano.

No, no. Esto no puede ser.

Pensó que le estaban jugando una mala pasada. Sin embargo, el chico de los audífonos le confirmó lo peor.

—El actor, Lee Minho.

Era como si los bombeos de su corazón fueran granadas pues sentía cada uno más fuerte y agresivo que el anterior. Todas sus emociones se combinaron en una gran e inexplicable bola de sentimientos que tenía miedo le hicieran explotar el pecho. El más presente de esos sentimientos era el enojo.

De todas las personas que pudieron aceptar la invitación ¿por qué él?

Las palabras que el representante del actor le dijo aquella vez quedaron tatuadas en su cerebro y no las dejaba ir. Se preguntaba cómo era posible que un chico tan pretencioso, narcisista y egocéntrico hubiera aceptado estar en un programa que no contaba con mucho apoyo y mucho menos dirigido por dos pasantes que nadie conocía.

Efectivamente, Lee Minho era un enigma. Esa gran sonrisa solo era la máscara qué usaba para los grandes medios, porque Jisung creía conocer su lado podrido. Tan soberbio que era ridículo.

El chico de grandes mejillas exhaló con burla al ver a su némesis sonreírle y hablar tan animadamente con todos los miembros del staff.

Si tan solo supieran, pensó.

Mi Otra Vida [HR #0] | MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora