¡Papá en renta! ╿𝑱𝒊𝑲𝒐𝒐𝒌╿

3: Mesero bonito.

Habían pasado al menos dos días, tomando en cuenta que el anuncio lo puso el día anterior en su negocio, las cosas no estaban saliendo como realmente esperaba. No muchas personas solicitaban el puesto, a pesar de tener una tentación enorme que los podía incentivar a aceptar. Buen sueldo, tiempo de trabajo a elección (especialmente con los padres y estudiantes) y, sobre todo, comida gratis preparada por el mejor chef del país (según SeokJin).

Esperaba que todos dijeran: ¡Yo me apunto!, pero tal parecía que no siempre se obtiene lo que se desea de algo así. Soltó un suspiro sintiéndose algo frustrado, y eso que él no solía frustrarse con facilidad.
Park Jimin no era así, incluso estaba pensando en ponerse en el paquete para que acepten trabajar, aunque sonaba tonto ya que él era el jefe y eso se podía malinterpretar.

A medidas desesperadas, soluciones desesperadas, sí, pero tampoco para exagerar demasiado.

Era más de medio día, pronto el lugar se llenaría por lo que tendría que ponerse el delantal y atender a lado de su personal. No le molestaba la idea, pero estaba seguro de que a ellos sí, ya que, a pesar de bromear con todos, conocían perfectamente su humor y temperamento. Trataría de no incomodar demasiado.

El restaurante no era precisamente el más grande de la ciudad, pero sí estaba siendo cotizado estos meses de su recién apertura, tenían un total de veinte mesas y su personal no superaba la cantidad de once meseros y meseras. Así que de ahí nació su preocupación y cierta desesperación, esto gracias a que SeokJin deseaba hacer crecer el negocio, atendiendo durante la noche incluso.

Sonrió cuando vio ingresar a un hombre, era joven todavía por lo que asumía era un estudiante, a pesar de que tenía que tratar de otra manera al mismo. El muchacho se acercó con cierto nerviosismo hacia su lugar como recepcionista y cajero, probablemente solo venía a comer algo y él estaba creyendo que era por otra razón más importante.

—Buenos días o tardes, no lo sé exactamente —dijo el mismo mirándolo a los ojos evitando demostrar sus nervios— yo...

—Buenas tardes —sonrió en cuanto el otro calló— ¿Algo en especial que le guste ordenar?

—No gracias, de hecho —JiMin estaba confundido— venía... venía por el anuncio.

¡Gracias el cielo y todo lo bueno de este mundo! ¡Habían escuchados sus súplicas!

Ganas no le faltaban para abrazar al muchacho y darle el trabajo de una vez, pero se tenía que recordar que él era el jefe y por consiguiente había un protocolo que seguir.

—¿Tienes experiencia en esta clase de trabajos? Ya sabes, atender de forma correcta al cliente y todo ese tipo de situaciones.

El muchacho solo asintió ante su pregunta, había que cambiar su silencio y nerviosismo ya que solían ser los que fallaban en ciertas cosas. Esperaba que ese no fuera el resultado.

—Bueno —sonrió y sacó un cuaderno en el que mantenía ciertos registros de sus empleados—. Necesito tu nombre y a que te dedicas. Esto para ver si tienes y dispones de tiempo para tu nueva responsabilidad.

—Jeon JungKook, y soy... —se mordió el labio inferior, agachó la mirada al piso para después elevarla— soy estudiante.

JiMin no se pondría a indagar en el comportamiento de JungKook. Escribió su nombre y todo lo necesario para darle el trabajo, aunque el parecía tener cierto problema con el tiempo.

—No sé si dos días a la semana puedo trabajar en otro horario, es que donde estoy estudiando... hay ciertos horarios que debo de cumplir por la mañana —JiMin asintió—. ¿En serio? ¡Muchas gracias!

—Empezarás hoy, ya después hablaremos de tu horario.

El muchacho solo asintió y realizó una reverencia sin antes agradecerle por el trabajo.